Capítulo 26

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Me miré en el espejo del baño de Matías y vi como el morado de aquel golpe había desaparecido gracias al maquillaje que tenía en mi bolso.

Bajé hasta la sala en donde él estaba viendo un partido.

- Matías... ¿Me puedes llevar a mi casa? - Pregunté algo tímida pero él no me mira.

- Te llevaré cuando termine el partido, mientras puedes quedarte - Dice y maldice gritando porque el jugador del equipo al que alienta había fallado un tiro, al momento en el que grita mi cuerpo se crispa del susto.

Cálmate... él no volverá a hacerte eso... lo prometió... no tienes porque asustarte...

Suspiré y me fui hacia él, no quería molestar a nadie para que me vinieran a buscar así que solo me senté junto a él en el sofá y esperé a que su partido terminara, aunque recién estaba empezando...

***

***

- Gracias por traerme... - Dije cuando Matías estaciona frente a mi casa, él asiente pero luego me toma del brazo, esta vez con delicadeza.

- Mañana vuelve conmigo a casa... pasemos más tiempo juntos ¿De acuerdo? -

Asentí.

- Si, está bien - Dije sonriendo un poco.

Él también sonríe y me besa antes de dejarme bajar del auto, yo me despedí y él se aleja, entré a casa pasando por las miradas de mis guardias que veían como Matías se alejaba y luego me miraban a mi por si tenía algo, por suerte el maquillaje cubría bien el morado.

Fui directo a mi habitación y decidí descansar lo que quedaba de día.

Aunque me fue algo difícil dormir ya que, estaba acostumbrada a dormir de lado, y por el golpe me dolía hacerlo...

Suspiré sentándome en la cama y simplemente preferí levantarme e ir al balcón a sentarme allí y mirar o pensar.

Pero luego... agarré mi celular, entré a contactos y pasé lentamente la lista de todos los que tenía, vi cada uno de los nombres hasta ver el de Karla.

Amagaba con mi dedo el botón para llamar, quería hablar con alguien pero... aún estaba un poco molesta... aunque no debería...

Suspiré y seguí bajando, nada más llamaba mi atención hasta que me quedé en otro nombre... Hunter...

Lo había guardado luego de saber que era su número...

Repentinamente todos los recuerdos invaden mi mente aunque no quisiera y tratara de olvidarlo, apagué mi celular y escondí mi rostro entre mis rodillas.

- Bórrate, bórrate, borrate... ya salte de mi cabeza... - Murmuré apretando los dientes.

Me frustraba cada vez más el no poder olvidarlo, volví a agarrar mi celular y puse el contacto de Hunter, lo bloqueé e iba a eliminarlo... pero mi dedo quedó a centímetros de esa opción...

Por más que quisiera hacerlo... me sentía como si al hacerlo estaría tomando la peor decisión de mi vida... era frustrante...

Dejé mi celular en el suelo por segunda vez y aguanté el llanto cuanto pude, me sentía mal... impotente... frustrada... y solo quería que alguien entrase y me abrazara... que me consolara como si fuera una niña y no una adulta...

Solo quería algo...

Y como por invocación o magia... mi celular comienza a sonar, levanté la mirada rápidamente y miré la pantalla, abrí los ojos de par en par y contesté.

- Hey... Estoy afuera, ¿Me... Me dejas entrar? -

Me quedé en silencio un momento y me mordí la uña pensando, pero luego suspiré y asentí aunque sabía que no podía verme.

- Si... está bien... pasa... - Dije suspirando y tratando de normalizar mi voz.

- Bien - Cuelga la llamada y luego de algunos minutos la puerta se abre.

Me quedé mirando hacia aquella dirección, mientras se iba acercando a mi y se sienta a mi lado dejando lo que trajo en frente.

- Es de pepperoni y el helado de tus sabores favoritos - Menciona y yo sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro.

- Karla yo... -

Ella me calla ligeramente y apoya su cabeza sobre la mía.

- Está bien... aún soy tu amiga... sé cuando no quieres hablar realmente, así que... no hablemos, comamos y quedémonos así -

Sentí mis ojos empañarse nuevamente y asentí. Ella sonríe y me abraza por los hombros con un brazo mientras que usa su otra mano para acercar las cosas y abrir la caja de pizza.

- Bien, empecemos - Dice.

- Gracias... -

Ella niega y ambas agarramos un trozo de pizza para empezar a comer mientras nos quedábamos en silencio, solo sintiendo la compañía de la otra.

TÚ LO ERES TODO || 2 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora