CAPITULO 5

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Damián en portada

Por Angela

Un calor me envuelve y un peso sobre mi cuerpo no deja que me mueva ya que me encuentro boca abajo, abro los ojos con pesadez y trato de visualizar mi alrededor, pero todos los recuerdos me golpean, fiesta y alcohol, una mano se mueve por mi espalda y tengo miedo de darme la vuelta y encontrarme con algún tipo como en las novelas cuando la protagonista se emborracha y se lleva a un hombre que jamás vio en la vida. Trato de moverme con cuidado y no despertar a mi acompañante, pero un ronroneo junto a una voz ¿femenina? me paraliza.

-Te quiero cariño (ronronea)- Hay dios me traje una mujer, esto no me puede estar pasando, me abraza con fuerza - Yo te amo- Me levanto de un salto de la cama quedando sentada en el piso ya que las piernas me fallaron.

- ¿Mónica? - Gracias adiós, pongo una mano en mi pecho tratando de tranquilizar mi respiración, me levanto observando a mi amiga aun dormida murmurando palabras de amor su pelo, es un nido de pájaro y aun esta vestida con la ropa de anoche al igual que yo. Intento hacer memoria ¿Cómo llegamos anoche? - Estoy en completa oscuridad, pero unas palabras resuenan en mi cabeza - Te estas portando muy mal mi ángel-Esa voz ronca me eriza todo los bellos del cuerpo, sacudo la cabeza y el dolor se instala en ella recordándome no volver a beber así en mi vida. Camino hasta el baño y decido darme una larga ducha, luego de mejorar un poco mi aspecto salgo de mi habitación dejando a mi amiga enrollada en las cobijas. Cuando llego a mi sala de estar veo mi teléfono en la mesa y lo tomo para comprobar la hora ya es pasado el mediodía, marco al hospital y reporto a Mónica por enfermedad ya que sé que no lo debe haber hecho.

Preparo un buen desayuno/almuerzo para las dos y camino hasta la habitación con la bandeja en las manos, la dejo sobre la mesita y voy a despertar a mi perezosa amiga.

-Vamos dormilona arriba- la sacudo -

-Mmmm no quiero- Dice con voz ronca-

-Te prepare un jugo de naranja y algunos aperitivos-Le extiendo dos pastillas para la resaca que seguro se carga- Ella me agradece con una mueca una poco extraña que me causa un poco de gracia-

-Te amo ¿lo sabes verdad? Y ya que estamos te debo unas disculpas ¿no? -

- ¿Y por qué se supone que me debó una disculpar? - Interrogue acoso paso algo anoche que no recuerde-

-Bueno calculo que me tuviste que arrastrarme hasta aquí anoche yo lo siento me pase con el alcohol- Parecía avergonzada-

-Pero yo pensé que eras tu quien me trajo a mi - Nos miramos como si ninguna entendiera nada-

-Pero si tu no me trajiste y yo no te traje a ti ¿Como llegamos? -

-No lo sé-

Por más que intentamos recordar como llegamos anoche, teníamos una laguna mental y después de una hora tratando de resolver el misterio solo nos quedaban dos opciones: la primera es que fuimos aducidas por ovnis que muy gentilmente nos dejaron en casa y la segunda es que nos subimos a un taxi y volvimos solas, nos quedamos con la última por supuesto.

La tarde transcurrió entre charlas, palomitas de maíz y películas. Ya entrando la noche nos pusimos a preparar la cena así luego de comer Mónica regresaría a su casa por que mañana tendíamos que volver a la rutina, hasta que unos golpes en la puerta nos interrumpieron. Le pido a Mónica que habrá mientras yo sigo picando la verdura para la salsa Bolognesi ella se encamino a la puerta mientras yo seguía con lo mío hasta que un grito de su parte me hizo correr a ella que se encontraba firme mirando el suelo con las manos en la boca y cara de espanto. Cuando llegué a su posición seguí su mirada y en el piso se encontraba mi hermano cubierto de sangre inconsciente.

-¡¡Por dios Damián!!- Me arrodillo frente a él y pongo mi mano en su cuello buscando su pulso- Mónica ayúdame, tómalo de los pies- Lo entramos y lo colocamos en el sillón, mientras revisaba sus heridas Mónica ya estaba en modo enfermera con el botequín en la mano. Reviso las heridas que son muchas, ninguna es mortal, pero al levantar su remera noto hematomas en sus costillas que posiblemente indiquen alguna fractura, al tocarlas el gime fuerte.

-Hermana- Su voz sale como un susurro -

-Tranquilo voy a llamar una ambulancia- Intento levantarme de su lado, pero él me toma del brazo-

-No, si saben que fui a un hospital le informaran a la policía y ellos me mataran- me quedé inmóvil ¿ellos? -

-Por dios Damián ¿Quiénes son ellos? ¿En qué lio te metiste? -Mónica me interrumpe-

-Atendámoslo primero y luego hablan Angela- Ella trata de tranquilizarme poniendo su mano en mi hombro- Solo asiento. -

Después de casi una hora ya teníamos todas las heridas curadas, pero aún me preocupaba las costillas ya que lo mejor sería una placa de tórax para comprobar que no allá perforación de pulmón. Lo llevamos a uno de los cuartos de invitados que él siempre ocupa cuando viene a refugiarse en mi casa, saque ropa del armario y lo ayude a cambiarse. Mientras tanto mi amiga terminaba de cocinar.

- Bueno creo que ahora si podrás darme una explicación, ¿Te parece? - Mi voz salió más dura de lo que hubiera esperado- el suspira-

-Prométeme que me dejaras hablar y que no te volverás loca- Levanto una ceja y me cruzo de brazos en señal que ya me estaba enojando - Bueno, solo no enloquezcas. Hace unos meses perdí mi trabajo- Abro mi boca para reprochar no estar enterada de que ya no trabajaba en las oficinas del aeropuerto, el levanta la mano para callarme y yo bufo - Las deudas comenzaron a perseguirme y oportunamente un amigo estaba ganando buena lana haciendo unas entregas - Se pasa la mano por su rubio cabello con frustración-

- ¿Qué tipos de entregas? – Añado, asiéndome un poco la tonta, porque sabía a que se refería a algo ilegal, solo esperara que el me lo dijera-

-No sabría decir que contenían con certeza los paquetes pero sabía que por la manera de entrega no eran cosas legales- Me siento en una silla, porque ya sé que lo viene no me va agradar-Después de unas cuantas entregas me confiaron más trabajos pequeños, como seguir a una personas o cobrar algún dinero que debían- Agacha la cabeza - Me deje llevar por el dinero que estaba ganando y cada vez me introducía más en su banda-

- ¿Banda? ¿Estás hablando de pandillas? - Estaba horrorizada ya que sabia como terminaban estas personas cada tanto alguno llegaba a la emergencia de mi hospital con heridas mortales-

-Si, Los Rocas le llaman - Mi sangre se congelo eran conocidos por ser sanguinarios- Perdí un paquete grande que aparentemente había dos millones en cocaína pura y ahora pago o me matan - Mis lagrimas caen por mis mejillas- Al parecer el jefe de la mafia a pedido mi cabeza, por perder su mercancía o los dos millones-

-¡¡Maldición como pudiste ser tan idiota!!- pongo mis manos con desesperación en mi rostro- Si necesitabas dinero me lo hubieses pedido- Unos golpes en la puerta me sacan de mi rabieta -

- Angela ya está la comida, esta todo en el horno yo debo irme - Me levanto con pesadez y voy con ella sé que no se queda a comer por la situación- Tranquila hablamos mañana- Ella me da un abrazo- Me quedo mirando la puerta pero mis pensamientos están con mi hermano y como resolver este enorme problema.

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora