CAPITULO 31

3.1K 163 2
                                    


-Tienes huevos eso es seguro- Aprete los dientes -

-Mas que tu es un hecho - Mi mandíbula y puños se cierran me encantaría romperle la cara a este imbécil- ¿Qué pasa? ¿No te gusta que te digan las cosas en la cara? Pues lo lamento por ti porque ahora vas a escuchar todas las verdades de mi boca-

-Estas muerto- El solo se carcajeo con ganas-

-Ay principito, aunque tu no lo entiendas en eso tienes razón y no sabes cuanto- Se burlaba de mi abiertamente ¿De dónde había sacada Angela a este tipo?

-Vuelves a llamarme principito y me vas a conocer-

-Uy que miedo- Me dice con voz de niño, me está sacando de mis casillas-

-Ya cállate, por primera vez en tu inútil vida escucha-

-Y si no quiero- El suspira con frustración-

-Si no escuchas, saldré, buscare a Angela me la llevare de aquí y nunca más la volverás a ver. No juegues conmigo, eres un tipo inteligente por algo Marcus te dejo la mafia a ti – Fruncí el seño por el nombramiento de mi amigo-

-El murió, yo era su segundo y me correspondía el puesto-

-Si, si ese cuento a otro yo sé la verdad, pero hagamos un trato, yo hago que te creo y tú me escuchas- Por mi cabeza solo había una pregunta ¿Quién era este tipo como sabia lo de Marcus? No habíamos dejado testigos, respiré onda y me senté en la cama tenía claro que por ahora estaba en una desventaja obvia-

-Te escucho- Dije de mala gana-

-Buen chico- Me enfurecía su burla, pero me mantuve callado- Lo único que me interesa es Angela -

-Déjame adivinar estas enamorado de mi mujer - Ahora fui yo quien hablo con burla-

-Si estuviera enamorado de ella tu estarías muerto y ella en mi cama- Me lance a él olvidándome de la cadena llevándome un golpe en la rodilla- Tranquilo chicho, te advertí que de mi escucharías las verdades, aunque no te gustaran - Camine como rabioso por la habitación mientras el mantenía una serenidad insoportable para mi-

- ¿Entonces? - Interrogue ya bastante irritado-

- Angela es una gran amiga, le debo mucho, tu ni siquiera podrías imaginarlo, pero vamos al grano. La amas puedo verlo, pero tienes una mala manera de demostrarlo- Me quede parado escuchándolo- No puedes enjaular lo que amas no funciona así- Lo seguí escuchando atentamente- Controlar todo sus movimientos no harán que te ame más, porque ella ya siente algo por ti, lo sabes cómo sabes que está aterrada - Me senté en el filo de la cama sin decir nada ni mirarlo - Lo que ella vivió con los Ortegas no fue fácil hay heridas que jamás sanaran, pero por suerte la chica es fuerte y ha sabido manejarlas-

-Parece que la conoces mejor que yo-

-Lo hago, esa es la razón de que tu estés aquí – Su voz sonó segura he imponente, estaba seguro que este tipo pertenecía a mi mundo-

- ¿A qué te refieres? -

-O vamos, ¿Dónde vas a encontrar a una mujer que secuestre a un mafioso solo para que la escuche? Abre los ojos idiotas ella te ama, pero si sigues con esa actitud de mierda la vas a perder. ¿Acaso todo lo que hiciste no fue para que ella se enamorara de ti? - Solo asentí, odiaba darle la razón, parecía un niño aceptando el regaño de un padre, por una extraña razon me recordó a Marcus- ¿Entonces que esperas? ¿Qué huya de ti? Por qué si me lo pide la voy a ayudar y ya te habrás dado cuenta de que no soy un fulano cualquiera-

-Ya lo veo - Mire la oscuridad que lo ocultaba a pesar de que no me caía bien por una extraña razón no lo sentía como una amenaza, en este momento-

-Gabriel quiso obligar a Tamara a que lo amara y viste como termino todo, él se dejó llevar por el rencor y se perdió en su propio ego al punto que se destruyó y casi la destruye a ella, no sigas ese camino- Me levante como un resorte - Aunque no lo creas Gabriel era un buen tipo, pero las decisiones erróneas lo llevaron al final que tú y yo sabemos- Reconocí melancolía en cada palabra que soltó-

- ¿Quién eres?, ¿Como sabes eso? - Un suspiro se escapó de el -

-Tal vez algún día lo sepas - Se levanto, golpeo tres veces la puerta alguien del otro lado le abrió y salió sin más-

Me quede pensando en todo lo que dijo, sé que tiene razon. Tengo tanto miedo de perderla que cometo estupideces una tras otra. Las horas fueron pasando y en mi cabeza solo estaba ella, podría dejarla ir, pero no podía o mejor dicho no quería la necesitaba ella era todo para mí. Y dejar la mafia no era una opción, no sabía hacer otra cosa, este era mi mundo. Sabia que si me alejaba Marcus me recibiría con los brazos abiertos, pero a mi me gustaba ser lo que era.

La puerta se abrió nuevamente, mi ángel entraba con una bandeja en las manos, su mirada estaba perdida y parecía haber llorado. Su cabello ahora rojo estaba atado en una cola alta dejando su lindo cuello al descubierto. Un vestido blanco cubría su cuerpo, se veía hermosa. Dejo la bandeja con comida sobre un mueble y encendió una llave que no había notado, toda la habitación se ilumino.

-Te traje comida- Dijo sin ni siquiera mirarme, mientras yo no podía despegar mi mirada de ella- Mañana te podrás ir-

-Lo siento, siento haberme comportado como un imbécil contigo, siento haberte tratado como un mueble y no como la mujer que amo - Ella se giró sorprendida por mis disculpas- Pero lo que más siento es haber usado tetras sucios para traerte a mi- Me pare lentamente y camine hasta donde la cadena me permitió acercarme-

-Alex- Se acerco a mí con cautela, solo me miraba sin entender mi cambio- Yo te amo, pero no puedo seguir así-

-Intentemos una vez más, no te prometo que pueda ser el hombre perfecto pero puedo intentarlo- Cuando estuvo a mi alcance, pase mis manos con sus caderas notando una leve mueca de dolor, baje mi mirada hacia el lugar pero ella rápidamente tomo mi rostro para que me enfocara en ella-

- No quiero que cambies me gusta que seas posesivo- Me dio un pequeño beso en la comisura de mis labios- Solo quiero que me trates como una persona, que respetes mi trabajo y que confíes en mí, no más mentiras ni más engaños- Me dio otro beso, pero esta vez fue más intenso- Y yo no me meteré en tu negocios- Esta vez fui yo quien la beso, pero el mío demostraba deseo -

Nos separamos por falta de aire - Te necesito- Susurre, pegando su cuerpo al mío-

-Lo lamente guapo, pero hay cámaras en esta habitación y no estoy dispuesta a que los guardias me vean desnuda, además estas encadenado seria como violarte - Me carcajee por lo último que dijo-

-Entonces solo quédate conmigo-

Y eso hicimos solo que yo no me desperté a la mañana siguiente junto a ella, sino que lo hice mirando la cara de mi segundo que me miraba con preocupación. Me levante de golpe y mi cabeza zumbaba con fuerza.

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora