Alex
Me mantuve en mi oficina, sin querer pensar en el daño que le estaba haciendo a mi ángel. Sus palabras me habían lastimado a tal magnitud que no dude en querer dañarla en lo más profundo posible y si esto no servía seguiría por su amiguito. El tal Diego parecía apreciarla mucho y eso lo usaría a mi favor.
El tipo era un hueso duro de roer ya que estos cuatro días Fernando a tratado de sacarle alguna información, pero nada a dicho. Parece que Ricardo tenía a su gente bien entrenada, ahora comprendía mejor como había logrado quedar fuera del radar tanto tiempo.
Fernando entra a la oficina pálido, le había ordenado sacar a Angela de la sala de los prisioneros y llevarla a mi habitación.
- ¿Que sucede te olvidaste de golpear? - Gruñí molesto-
- El medico viene en camino, tenemos un problema -
- Habla- Me levante del escritorio-
- La dejaste en el cuarto donde estaban todos esos cuchillos, no se te ocurrió que luego de matar a su hermano frente a sus ojos ella podría atentar contra su vida- Palidecí
-¡¡Maldición!! - Salí corriendo de la oficina-
Entre en mi habitación mientras dos de mis guardias hacían presión en sus muñecas, le di un golpe a la pared. Me acerqué a la cama, tomé su rostro en mis manos, un dolor atravesó mi pecho y las lágrimas se instalaron en mis ojos, no podía perderla. Yo la amo, sé que la lastimo, pero necesitó aliviar mi dolor de alguna manera.
- Señor no podemos parar el sangrado - Hablo uno de mis hombres -
-Fernando donde carajos está el médico -
-Ya debe estar al llegar - Y en eso entra el nombrado -
El medico corre hasta la cama a tomar sus signos vitales les dice a los guardias que no dejen de hacer presión en las muñecas mientras saca vendas y otras cosas de su maletín.
- Necesito su grupo sangüeño hay que hacerle una trasfusión de sangre lo antes posible- Decía mientras tomaba una de sus muñecas - Es muy profunda tendré que saturar- se puso a trabajar- Llame a la enfermera necesito de su ayuda-
Todos corrían de un lado para otro, Fernando en especial que parecía estar con los nervios de punta. Me senté en una esquina mientras todos trabajaban mi cabeza solo podía culparse por su estado yo la arrastre a esto ¿Como no lo vi venir? La acórale de tal manera que la lleve a esto sin tener
Mi teléfono sonó, lo tomé y salí de la habitación. En la pantalla el nombre de Marcus apareció, atendí.
-No es buen momento - Dije sin ni siquiera saludar -
-Y menos lo será cuando sepas la verdad, busca un lugar privado y llámame por video llamada- Su voz era tan seria como cuando era mi jefe, corte y me encerré en la oficina-
Prendí la computadora y comencé una conferencia con él, lo que no esperaba es verlos a todos, Marcus sentado enfrente, Tamara a su derecha, micaela a la izquierda y Max al fondo-
- ¿Estas solo? – La seriedad era notable-
-Si que sucede, porque están todos - Observe sus rostros Tamara estaba enojada, micaela parecía a punto de llorar, Max parecía preocupado y Marcus bueno él estaba como siempre-
-Quiero que me escuches con mucha atención, tú sabes que yo no me involucro en tu trabajo, pero esto que te estaba pasando no me daba buena espina así que me puse a investigar -
-A mis espaldas por supuesto- Hablo Tamara -
-Si amor a tus espaldas, pero piensa que fue por un bien mayor- Era increíble como esa mujer hacia temblar al que algún día fue el jefe de la mafia-
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...