CAPITULO 24

3.4K 147 3
                                    

-Creo que estoy ebria- Uf, Ricardo me lanza en un sillón-

- ¿Solo lo crees? yo lo afirmaría- Dijo mientras yo hacia el intento fallido de poder enfocar a mi amigo que a mi parecer no dejaba de moverse-

-No exageres, solo tomé ... - Trato de contar con los dedos cuantas copas tome, pero no se quedan quietos y es un poco difícil contar así- Olvídalo- Hago un gesto con mis manos para darme por vencida-

-No puedo dejarte sola, casi te tomas todo el alcohol del bar y solo me fui unos pocos minutos-

-Soy una masoquista, como puedo extrañar a un tipo que me engaño-

-Y ahí vamos de nuevo- Sacude la cabeza en negativa me arrastro hasta el por el sillón y me subo en su regazo-

-Ya lo se soy estúpida- Pongo mi cabeza en su pecho -

-No eres estúpida estás enamorado tonta - Me da un beso en la sien y me rodea con sus brazos-

Su compañía me hace sentir segura pero no puedo dejar de sentir un vació en el pecho que no puedo explicar, o si puedo, necesito a Alex, lo extraño, sus manos su olor ...En algún momento me quede dormida.

Me despierto con la luz que entra en mi habitación inmediatamente me tapo con las sábanas con molestia, la voz de Ricardo se escucha muy cerca.

-Levántate o voy a creer que eres un vampiro, solo sales de noche y duermes de día- Rezonga como un padre-

-No soy un vampiro, no bebo sangre-

-Ja, sangre no, pero si alcohol- Me destapa de un solo movimiento- Arriba, estás en el paraíso y no has conocido otra cosa que bares y discotecas. Levántate vamos a comer algo y luego a la playa- Respondí con un puchero-

Lo que me decía era verdad, desde que llegamos a Cancún solo he salido en la noche y he tomado como una lunática. Después que llegamos nos hospedamos en un lindo hotel frente a la playa, pero mis pensamientos no han dejado Chicago y solo puedo beber para no pensar o por lo menos lo intento ya que cuando me he emborrachado soy una pésima compañía y no dejo de hablar de mi karma, por supuesto con nombre y apellido ... Alex.

Realmente no sé cómo le hace Ricardo para aguantarme, pero mi amigo solo me consuela cuando lo necesito sin decir nada negativo para no lastimarme.

-Vamos perezosa camina-Soy arrastrada al baño -Necesitas una ducha hueles a vómito-

- ¿Acoso vomite anoche? - Busco algún rastro de desastre con la mirada por la habitación, pero no veo nada-

-No aquí, lástima que el cantinero y el taxista no pueden decir lo mismo- Me tapo la cara con las dos manos, dios soy un desastre-

- ¿Tan mal me porte? - Mi amigo solo levanta una ceja como si no pudiera creer lo que le preguntaba-

-Hum- El coloca un dedo en su barbilla, como pensando - Según.... a qué le llamas portarte mal- Lo miró con incredulidad- ¿A bailar encima de la barra sexualmente?, ¿O tal vez invitar a pelear a un patovica cuando te quiso bajar? - Abro mis ojos muy grandes -O tal vez cuando...- Levanto la mano para pararlo -

-No quiero saber más, ¿Pero no se supone que tú me cuidarías? -

-Pero si te cuide, me pelee a golpes con cuatro tipos en ocasiones diferentes por meterte mano, estuve a punto de llamar a tu mafioso para que me viniera ayudar, soy humano - Solo abrí la boca sin poder reclamar nada, tomo la toalla de su mano y me meto al baño, mientras lo escuchaba reírse a carcajadas.

- ¡Pero ¡qué diablos! - Estoy segura de que mi grito se escuchó por todo el hotel, pero no podía creer lo que veía en el espejo, salí nuevamente del baño y me encontré a Ricardo riendo a mares, las lágrimas bajaban por su rostro y su mano tapaba su boca para evitar las carcajadas- Ricardo, ¿Qué diablos me paso? -Pero era imposible que me contestara, estaba tan tentado que no podía dejar de carcajearse-

Me senté en los pies de la cama con los brazos cruzados y el ceño fruncido a esperar que su ataque de risa terminará. Unos largos minutos después se secaba las lágrimas y respiraba con dificultad. Cuando se sentó frente a mí su rostro mostraba su gran diversión, pero igualmente intento hablar-

-Lo juro - levanto la mano en juramento, respiro hondo para no reírse - Intente detenerte, pero tú no me dejaste y antes que me culpes de lo otro te espero abajo- Salió corriendo de la habitación, pero sin dejar de reír-

¿De lo otro? Ahora fui yo quien corrió al baño. Pero aparte de mi color nuevo de pelo no encontraba nada diferente. Mirándome bien el rojo no me va nada mal ¿Le gustaría a Alex?, me rete mentalmente por meterlo en cada pensamiento que poseía.

-Basta debes de dejar de pensar en el- Me dije a mi misma mirando mi reflejo en el espejo -No es sano - Me repetía como un mantra- No es sano, no es sano - cerré mis ojos y de repente recordé sus manos recorriendo todo mi cuerpo- Es inútil- suspiré ¿Como era posible que este hombre se me metiera bajo la piel de esta manera? -

Prendí la regadera y comencé a regular el agua, cuando estaba perfecta comencé a desvestirme. Cuando el agua toco mi cuerpo sentí un gran alivio, pero un ardor cerca de mi ombligo llamo mi atención, cuando baje mi mirada no lo podía creer tenía un tatuaje, un maldito tatuaje. Sali aun enjabonada y me pare frente a espejo una letra A con dos alas saliendo de cada lado de ella se dibujaba en mi piel, sacudí la cabeza no podía ser yo odiaba estas cosas.

Me enjuague el jabón, me seque y con solo una bata salí del cuarto.

-¡¡Ricardo!!- El acusado se encontraba sentado en la mesa comiendo tranquilamente-

-Antes que me eches la culpa déjame decirte que si no fuera por mi tendrías el nombre de Alex tatuado por todo tu cuerpo - Con mucha calma tomo un trago de jugo del vaso que sostenía, mi boca quedo abierta sin poder decir nada- Por suerte te convencí de solo ponerte una A y lo de las alas fue tu idea pues le dijiste a Nico que tú eras su ángel - Me senté bruscamente en la silla a su lado-

-No vuelvo a beber- Susurre perdida en mi mente tratando de recordar algo- ¿Y quién es Nico? -

-El que te tatuó, lo conociste en la barra del bar en pocos minutos eran grandes amigos, bueno ya sabes lo demás. Vamos come, tanto alcohol y nada de comida hará que enfermes- Comencé a comer con poca ganas- Sabes tu y el no son tan diferentes- Dijo dando un bocado a un trozo de fruta- Los dos están obsesionados con el otro, pero por tu confesión de anoche creo que tu mayor ansiedad está en el sexo-

- ¿Qué quieres decir? -

-Por lo que me has dicho, él te trataba con cariño ¿no? Se obsesiono contigo, pero estoy seguro de que se enamoró de ti, pero lo tuyo es diferente, tú necesitaste cariño, atención y sexo. No digo que no estes enamorada, pero me parece que lo que extrañas de él es más tus encuentros sexuales que otra cosa- suspiro- Y aunque no me guste para ti, llámalo celos de hermano mayor si quieres. Quiero que seas feliz no me gusta verte sufrir como lo he hecho estas últimas noche-

- ¿Me estás diciendo que vuelva con él? -

-No, te estoy diciendo que dejes el pasado atrás y que seas feliz, si él es el hombre que quieres lucha, yo te apoyare siempre- Me lanzo a sus brazos-Solo te pido que pongas tu mente clara y pienses ¿Realmente lo amas o es la atracción sexual lo que te ata a, el? - Sonríe de forma macabra -Y si lo amas hazlo sufrir no se la dejes fácil -

-Eres cruel - Digo sin dejar de abrazarlo- Prometo poner mi cabeza en orden antes de dar un paso-

-Perfecto, ahora pequeña ve y ponte un lindo traje de baño y vamos a disfrutar de la playa que mañana volvemos a Chicago- Le di un beso en la mejilla y corrí a cambiarme-

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora