CAPITULO 15

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Angela

Después de la discusión con Alex simplemente me quede dormida, mi cuerpo pedía a gritos un descanso de la maratón de sexo que hemos tenido. Me despertaron suaves caricias en mi rostro, al abrir mis ojos me encontré con Alex.

-He dormilona debes comer algo, llevas durmiendo nueve horas- ¿Nueve horas? creo que jamás he dormido tanto-

-Déjame bañarme y vamos a comer ¿sí? - El me da una sonrisa cargada de picardía-

-Te puedo ayudar si lo deseas - Me sube encima de él tomándome de la cadera y comienza a besar mi cuello - Eres hermosa -

-Y tu insaciable- Lo tomo de su cabello corto para arrimarlo más a mi - Sal de aquí pervertido, que tengo hambre- Él se ríe con ganas -

-Yo también, pero de ti- Mi celular comienza a sonar ya ni me acordaba de el – Salvada por la campana-

- Por ahora -Trato de levantarme, pero Alex no me libera- Alex- Suspira y me suelta- Corro y tomo el celular de mi cartera y contesto sin reconocer el numero-

-Diga-

-Hola Angela, disculpa que te moleste, pero tengo un problema, sé que estas de vacaciones no te molestaría si no estuviera preocupado-

-Dr. Pintos no hay problema dígame en que lo puedo ayudar- Alex se levantó de la cama con el ceño fruncido y se acerca a mí, de inmediato interpuse mi mano para pararle-

- Uno de los niños Matías, ha dejado de comer y las enfermeras me dicen que no es la primera vez que sucede, pero tú siempre lo solucionas - Suspiro, Matías es un niño de once años que se recupera de leucemia y cuando su ánimo recae deja de comer -

- ¿Hace cuanto que no come? -Alex estaba tan cerca que me incomodaba-

-Desde ayer - Es mucho tiempo- No quiero llegar a la estancia de darle suero-

-¡¡NO!!, yo voy para allá- Alex me indica que no, pero ni el podrá pararme -

- Ok te espero y muchas gracias- Corta-

- ¡¡No!! no vas a salir a ningún lado-No hay que ser muy inteligente para ver lo enojado que esta-

-Voy a ir al hospital un rato Matías me necesita- Parece que su furia crece-

-¡¡Dije que no!! ¿Y quién diablos es Matías y ese Dr. Pintos? - me acórala contra la pared y no voy a negar que me asusta un poco - ¡¡Contesta!! -

- El Dr. Pintos es mi supervisor y Matías es un niño que se está recuperando de leucemia - Veo duda en sus ojos-

-Pues que se encarguen sus padres- Se separa de mí y me da la espalda-

-Ese es el problema no tiene- Mis ojos se llenan de lágrimas - Esta solo, es normal que después del tratamiento que tiene se deprima a tal manera que deja hasta de comer - Él se da vuelta y me mira- Iras conmigo no me pasara nada contigo por favor - Me acerco a él y paso mis brazos por detrás de su nuca-

-Está bien, pero que quede claro que no te separaras de mi en ningún momento- Asiento y corro a bañarme-

Una hora después estábamos en camino al hospital, Alex no me hablaba y yo contestaba los treinta y dos mensajes de Mónica, aunque su mirada caía de vez en cuando en mi celular, hasta que no se contuvo y me pregunto-

- ¿A quién le escribes? -Me mordí el labio, muy posesivo pensé-

- A Mónica una amiga, es que me olvide del celular y me dejo un montón de mensajes está preocupada- El asiente si dejar de mirar al frente-

Una hora después estábamos entrando al estacionamiento del hospital, Alex parecía tranquilo, me tomo por sorpresa que antes de entrar al edificio me tomara de la mano y no tenía intención de soltarme. La gente nos miraba y no era para menos Alex, era una persona que no pasaba de ser percibida parecía un modelo de eso que solo vez en las revistas. Pero lo que realmente me dio gracia fue la cara de mi amiga con la boca abierta y la mirada fija en nuestras manos entrelazadas. Se acercaba con rapidez como si no pudiera creer lo que veía.

-Ahora entiendo por qué no me contestabas el teléfono- Su mirada se enfocaba en Alex de arriba abajo con una sonrisa boba en sus labios- No tengo idea de donde sacaste este hermoso espécimen, pero yo quiero uno- Termino con un puchero que en otro momento me hubiera parecido hasta tierno, si no fuera por la vergüenza que estaba sintiendo-

-Mónica, por dios- Alex se reía mientras sacudía la cabeza -

-Eso mismo digo yo, por dios - Se mordió el labio y le dio otra mirada a Alex- Te llamo más tarde y por tu bien te recomiendo que me contestes- Eso era una amenaza simple y sencilla. Salió corriendo rumbo a trauma y me dejo con la palabra en la boca -

-Me cae muy bien tu amiga - Inconscientemente lo mire mal- ¿Qué? Es una persona muy observadora y con buen gusto.

-Vamos - Lo arrastre por los pasillos directo a la oficina del Dr. Pintos, pero no llegue ya que su voz sonó en mi espalda-

- ¿Dra. Ángel? - Siento como Alex se contrae y gira su torso para mirar a Oscar- Me alegro de verte-

- ¿Tú quién eres? - Alex se adelanta a hablar y yo aprieto su mano para que frene -

-Hola Dr. vine lo antes posible ¿Puedo ir a ver a Matías? - Pero él no me mira está concentrado en Alex -

-Por supuesto vamos- Trato de ignorar las miradas que se dan estos dos, pero el ambiente esta tan tenso que me es imposible.

Entro en el cuarto de Matías y lo encuentro mirando a la nada. Me suelto del agarre de Alex y camino hasta el chiquillo problemático, apenas me ve se lanza a mis brazos.

-Dra. Ángel viniste- Se separa de mi con los ojos con lágrimas, hay mi pobre corazoncito se hace pedazos-

-Claro, un pajarito me conto que no comes desde ayer y quiero saber por qué- Agacha la cabeza avergonzado-

-Es que pensé que ya no volverías- Me vuelve a abrazar-

- Mati, solo estoy de vacaciones ¿No te dijeron? - El asiente y yo acaricio su rostro-

-Si, pero yo no les creo a ellos, además no me dijiste-

-Fue de sorpresa cariño- Le tomo la barbilla- Mi hermano se enfermó y tengo que cuidarlo, pero en algunas semanas ya voy a estar contigo, lo prometo- levanto la mano como jurándolo, él me sonríe- Vamos a comer - Tomo la bandeja y la pongo sobre la mesita -Cuando vuelva quiero que estés muy fuerte ¿entendido? - Miro a mis acompañantes mientras Mati come y veo a Oscar mirarme y sonreír mientras Alex lo fulmina con la mirada -

Después de que Matías comió, le coloque dibujos en la televisión y le hice prometerme que comería todos los días y como niño obediente prometió obedecerme. Sali de la habitación con Alex que estaba tenso y más aún cuando detrás de nosotros Oscar hablo, los celos volvieron a tal punto que me tomo de la cadera pegándome a él como marcando territorios.

-Gracias Angela y disculpa por las molestias a ti y a tu amigo-

-Novio- Enseguida corrigió yo solo abrí la boca -

- No hay problema es mi paciente- Conteste, quería salir del hospital lo más rápido posible- Adiós, cualquier cosa me avisa - Saque a Alex a rastras, el no dijo ni una palabra y su silencio me ponía de los nervios-

Hola espero comentarios y algunas estrellas de regalo.

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora