CAPITULO 27

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-Vamos bebe, no le des tanta importancia a ese idiota- Dice Ricardo mientras noto una sonrisa tonta en sus labios -

-Realmente estas hebreo mi querido amigo- Suelto otra riza estúpida como la de el -

Todo paso muy rápido, la conversación con Alex, el desafío de Ricardo hacia el nombrado y finalizamos con que los dos nos encontramos demasiados borrachos para poder hablar coherentemente del asunto. Seguimos sentados en el centro del ring sin mucho ánimo de dejar de beber y tirando ideas sin sentido para hacer entrar en razón a mi karma.

-Podríamos entrarte a la mansión sin ser detectada para que puedas hablar con el-

-Claro entro y le digo '' Hola Alex, como estas tendrás un momento para hablar sobre nosotros, tú sabes, de lo que tú eres, un mafioso y de que yo estoy perdidamente enamorada de ti'' - Ricardo me hace una mueca indescriptible- Pero bueno cuando termine de decirle eso ya estaré rodeada por sus hombres- Casi hago un puchero-

-OK, fue una idea idiota pensemos en otra cosa - Dice bebiendo de la botella -

- Sera una noche larga - Suspiro y le quito la botella de las manos - Podríamos secuestrarlo y encerrarlo hasta que me escuche- Me rio de mi propio chiste-

-Es una excelente idea - Cuando dice eso lo miro esperando una señal de su parte de que bromeaba, pero no fue así -

- ¿Es broma no? - Ni una sola señal de que lo fuera- Ho vamos, no puedes estar hablando enserio. Dime genio ¿Como piensas secuestrar al mafioso más temido de Chicago? -

-Poniéndole una linda carnada pelirroja, por ejemplo- Sus cejas se mueven de forma muy graciosa de arriba hacia abajo, o yo estoy tan hebrea que me es gracioso de alguna manera.

-No bebas más, por favor- Lo miro con cara de espanto- Si nos atrapa tu estas muerto y yo secuestrada nuevamente-

- No si lo planeamos bien, dame unos días yo me encargo- Esas fueran sus últimas palabras del tema, luego bebimos como si nuestra vida dependiera de ello. -

Otro día y otra terrible resaca me desperté por los ronquidos de Ricardo en mi oído intente reírme, pero un dolor en la cabeza me paro en seco, mi compañero de bebida esta casi sobre mí, gracias adiós no recuerdo nada de lo sucedido después de la sexta o séptima botella. Doy un corto vistazo a la habitación todo está en completo caos por suerte no es mi habitación.

Salgo sin ningún cuidado debajo del cuerpo de mi Ricardo que por cierto se encuentra en bóxer y recibo un rugido de desconformidad de su parte, pero ni una señal de querer despertarse. Salgo de su cuarto y me dirijo al mío para un baño que me reponga de nuestra noche loca.

Mientras salgo del baño mi celular suena algo que me extraña ya que mi número es nuevo y ni Mónica lo tiene, cuando lo tomo veo claramente el nombre Dr. Oscar Pintos y no entiendo nada, pero contesto.

-Hola-

-Hola Dra. Ángel, veo que te encuentras mejor- ¿¿¿¿¿????-

- ¿Como sabes mi número? - Su carcajada me roba una sonrisa involuntaria-

-Realmente estabas muy borracha anoche ¿Verdad? - Abro la boca para contestar, pero las palabras no salen, es como si una niebla me hubiera envuelto- No lo recuerdas verdad - No es una pregunta lo afirma y vuelve a reírse -

-Yo... puede ser hum ...- No tenía una palabra coherente en ese momento-

-Tranquila te lo explico, anoche me llamaste necesitaba más tiempo de vacaciones, me contaste algunas cosas preocupantes sobre tu relación y quedamos en cenar hoy - No vuelvo a beber no sé cuántas veces lo he dicho pero esta vez lo juro-

-Lo siento no quería molestarlo ...- no me deja terminar ya que habla-

-No me molestas al contrario me encanto hablar casi dos horas contigo me dio la oportunidad de conocer a Angela y no a la Dra. con la que trabajo, además tu hermano es muy simpático - ¿Hermano? Pero que rayos paso anoche-

-Hum ... hermano ¿Hablo con mi hermano? -

-Primero tutelar como anoche sabes me simpatizas más borracha- Para mi suerte no me puede ver sino notaria lo roja que me estoy poniendo, rayos qué vergüenza-

-A.... yo -

-Tú me invitaste a cenar y espero que cumplas con la invitación, así que dime a qué hora te recojo - Por más que intentaba recordar algo no lo lograba -

-Tu dime donde, te veré allí a las ocho ¿Te parece? - Fue lo único que se me ocurrió en el momento -

-Bien te mando un mensaje en un rato con la reserva -

-Genial lo veo - Corrijo - Te veo a las ocho allí, adiós - Corte el teléfono y lo lleve a mi pecho- Si Alex se entera de esto va a matarme- Susurre para mí. -

Corrí en ropa interior hacia el cuarto de Ricardo en un estado de frenesí, me lancé sobre él. Su reacción fue rápida y me dejo debajo de él. Su cara era de un demente, pero rápidamente me reconoció y su rostro se relajó.

-No vuelvas hacer eso- Sale de encima de mí y se acuesta nuevamente en la cama- Recuerda que estoy entrenado para matar si es necesario -

-Pues empieza por mí, porque resulta que tengo una cita a las ocho y no sé por qué-

-Ho si, con el doctor ¿Verdad? - Lo miro y entre cierro los ojos-

- ¿Como lo sabes, acaso tú sabes lo que le dije- Me prendo del como una garrapata - Vamos dime -

-Pues si lo llamaste para pedirle más tiempo de vacaciones y luego le contaste tu trágica historia con Alex y hasta ahí me acuerdo - Me tapo la cara con las manos frustrada -

-Genial le conté mis desgracias amorosas y luego lo invité a cenar, mátame-

-No seas dramática, mira la hora ve a buscar un lindo vestido y sal a cenar con tu jefe te pondré seguridad por cualquier cosa- Saco las manos de mi cara y me resino-

-Ok que puede salir mal, solo voy a hablarle del trabajo y vuelvo- Mi celular vuelve a sonar, pero esta vez es un mensaje de texto con la dirección de unos de los mejores restauran de la ciudad, Ricardo que asoma su cabeza por mi hombro para mirar, da un chiflido-

-Tiene estilo el doctorcito y tu muy mala suerte ya que tú lo invitaste tu pagas-

- Préstame dinero- Le doy una sonrisa de niña buena - Siiiii-

- ¿Que otra opción me queda? - Se levanta y busca sus pantalones cuando los encuentra retira su billetera del bolsillo y de ella saca una tarjeta negra - Toma y ahora déjame dormir - Se tira en la cama nuevamente -

-Te adoro- salgo de su habitación con destino a la mía, para prepararme. Espero no arrepentirme de esto. - 

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora