CAPÍTULO 25

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Alex parecía un león enjaulado, caminaba de un lado a otro de la oficina bajo la atenta mirada de su segundo. Cinco días habían pasado desde que ella lo abandonó y simplemente desapareció, tenía una ola de emociones surfeando dentro de él, enojo, furia, angustia, tristeza y aunque no lo admitiera nunca, arrepentimiento.

No podía perderla ella le pertenecía y por voluntad propia. Nadie la podía poseer como el por más egoísta que sabía que era el no la dejaría alejarse del bajo ninguna circunstancia, un golpe en la puerta detiene su furiosa caminata.

Fernando que hasta el momento no había hecho ningún movimiento brusco por su seguridad, se levantó y dirigió a la puerta donde se encontraba uno de sus hombres que después de susurrarle unas palabras le entregó un CD. Alex seguía parado mirando hacia la puerta esperando que tuvieran alguna noticia de su ángel. Rápidamente noto la mirada de Fernando cambiar y eso lo alarmo, sin decir una palabra arrebato el CD de su mano. Camino con seguridad hasta su escritorio y abrió su portátil ingresando el CD en ella.

Eran las cámaras de seguridad de la cabaña, por que como buen controlador que era mantenía vigilancia sobre Angela aun estando el presente.

Las cámaras mostraban a Angela desnudándose para darse un baño y un hombre encapuchado la tomaba por detrás dándole un susto a ella y provocando una ira en él. Su atención callo en las imágenes delante de él y noto rápidamente que ella lo conocía. Fernando intercambiaba su mirada entre la pantalla y su jefe, pero igualmente mantenía su distancia. Alex había estado muy inestable estos últimos días. Y Fernando se consideraba un hombre precavido.

Cuando el video dejó de reproducirse la computadora fue impactada contra la pared, la respiración de Alex estaba desenfrenada, Fernando solo pudo retroceder unos pasos por cautela. Sus gritos se podían escucharse en toda la mansión, aunque no había podido escuchar lo que hablaron estaba seguro de que el cambio de su ángel había tenido que ver con ese hombre.

- ¡Fuera! - Grito y Fernando obedeció sin dudarlo-

Desde fuera se podía oír claramente las cosas impactar contra piso y paredes. Fernando se acercó a los hombres que se mantenían a fuera.

- ¿Novedades? - Pregunto con su habitual seriedad -

-Nada aun señor, ni de la señorita ni del hombre que entro a la cabaña - Fernando necesitaba tranquilizar a Alex de alguna manera y lo único que se le ocurría era un nombre, Damián, su hermano debería saber dónde se encontraba la fugitiva-

-Traigan a Damián, el hermano de Angela- Los hombres obedecieron rápidamente -

-Bien pensado- La voz de su jefe se escuchó detrás de él, un Alex desaliñado se posiciono a su lado. Con disimulo observó sus puños ensangrentados solo con eso sabía que la oficina estaría nuevamente destrozada, suspiro agotado estos días habían sido difíciles para él.

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Un Damián asustado lloraba y gritaba que no sabía nada de su hermana. Pero Alex no quería entender y lo seguía golpeando, hasta dejarlo desmayado.

-Parece no saber nada - comento Fernando, sabia que el muchacho era un cobarde y después de esas dos horas de tortura no tenía dudas que decía la verdad-

-Lo sé, solo me estoy descargando- Su teléfono sonó, un numero desconocido apareció en su pantalla, tomo la llamada mientras caminaba fuera del mugriento cuarto dejando a un sucio y desmayado Damián atado a una silla- Diga-

-Suelta a mi hermano - Se quedó paralizado en su sitio al escuchar la voz de su ángel del otro lado de la línea-

- ¿Angela? - Fernando no tardó en reaccionar y corrió para pedir que rastreen la llamada- ¿Dónde estas? tenemos que hablar-

-Suelta a mi hermano Alex- repitió su voz sonaba tranquila y segura-

-Estas muy bien informada ¿Verdad? ¿Sabes quién soy verdad? - En el fondo el deseaba que dijera que no-

-Si y si quieres algo de mi suéltalo. Tú sabes muy bien que no funcionó bien bajo presión, cuando lo sueltes te llamare de nuevo - Corto-

Alex corrió a su oficina sabiendo que Fernando estaba allí rastreando la llamada y no se equivocó uno de sus expertos en tecnología tecleaba desenfrenadamente una computadora portátil mientras parecía dejar consumirse con la presión de tener sus dos jefes mirándolo fijamente. Soltó el teclado y se sujetó el pelo con desesperación

-No puedo rastrearlo, está muy protegido - No se atrevió a mirar a los hombres a la cara y fue Alex quien hablo para sorpresa de los hombres en la habitación-

-Por supuesto que no podrías rastrearlo, si no ella no me hubiera llamado. Alguien que sabe lo que hace la está asesorando muy bien, sin contar que está bien informado -

-Explícate- Fernando interrogo-

-Ella sabe quién soy, sabe que tengo a su hermano ¿Qué crees tu? -

-Tiene que ser alguien de nuestro ambiente, si fuera la policía no actuarían así- Alex asintió, se recostó en el escritorio y con un movimiento de cabeza le indico al chico que se retirada, tenía que pensar y planear con su segundo muy bien que paso daría ahora-

-Estoy en blanco -se sinceró Alex-

-Debe ser alguien que allá conocido en la época de los Ortegas-

-No lo creo los matamos a todos, pero tampoco creo que sea alguien que apenas conozca, en el vídeo se veía claramente que ella le tenía confianza al tipo, tú lo viste ella estaba en ropa interior y su platica era de lo más normal -

- ¿Algún exnovio tal vez? - Alex negó-

-Su primer novio fue Cristian y luego del yo me encargue de ahuyentar a todo hombre que se le acercaba, ella no sale del hospital-

-Entonces mandare a investigar a todo el personal-

-Empieza por el doctorcito nuevo, hay algo en el que no me agrada- Fernando asintió y salió de la oficina-

Alex tomo el teléfono y dio la orden para que liberaran a Damián, pero antes que lo curasen, la voz de su chica lo había tranquilizado lo suficiente para pensar las cosas con la mente fría, la recuperaría y mataría a quien la estuviera ayudando o eso es lo que pensaba. También puso vigilancia de veinticuatro horas sobre el hermano.

Mientras tanto Angela y Ricardo esperaban la liberación de su hermano ella sabía que no era un buen hombre, pero no dejaría que fuera Alex quien lo matara por su culpa. Prefería que el destino se encargara de él.

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora