Angela
Después de salir del hospital, subimos al auto con rumbo desconocido y no porque yo no haya preguntado ¿A dónde nos dirigíamos? Pero mi acompañante no me dirigió la palabra estaba enojado sus manos en el volante estaban blancas de tanta fuerza que hacía. No lo entiendo, me conoce hace tan poco tiempo, pero me cela como si fuera mi esposo, estoy frustrada con este hombre y bueno algún defecto debía tener. Recosté la cabeza en el vidrio y me quedé dormida.
Cuando abrí mis ojos era de noche, pero lo que me llamo la intención era en la ruta que estábamos, solo podía ver arboles al costado del camino. Estábamos en una zona aislada no pasaban coches y tampoco se veían casas.
-Alex ¿Dónde estamos? - No me contesto y mis nervios comenzaban a aflorar- ¿Qué diablos te pasa? - Aumento la velocidad - ¿Quieres matarnos? -Frena de golpe y un grito se me escapo de mi garganta si no hubiera tenido el cinturón puesto me habría dado contra el para brizas-
-¡¡Cállate, Angela!! - La sangre se me congelo, deje de mirarlo y me abrace a mí misma-
El solo continúo manejando como si nada hubiera ocurrido. Pasado unos veinte minutos entramos en un camino de tierra y pocos metros adelantes se podía ver una hermosa cabaña, pero igualmente me siento inquieta y la actitud de Alex no me colabora en lo más mínimo. Cuando detiene el auto baja y se dirige hasta mi lado abriendo la puerta, tomándome del codo y sacándome con rumbo a la cabaña y todo eso sin decir una palabra.
Ya dentro de ella me deja en un sillón y camina hacia una hermosa chimenea dándome la espalda. Parece estar concentrado prendiéndola y al lograrlo camina a un minibar.
- ¿Que pasa entre ese doctor y tú? - Me dice mientras se sirve un vaso de algo que no distingo-
-No sé de qué hablas- Su mirada seria se clava en mi como un puñal-
- ¿No sabes? - Suelta una risa un poco terrorífica- O me crees idiota o creíste que no notaria como te miraba y tus nervios- Camina a paso decidido hasta quedar muy cerca de mí y yo como la cobarde que soy me hundo en el sillón-
-Has interpretado mal las cosas- Doy un pequeño grito cuando el vaso que llevaba en su mano se estrella contra la pared de madera haciéndose pedazos-
-¡¡No me jodas, yo sé lo que vi!! - No se de dónde saque el coraje, pero no pensaba callarme-
- ¡¡¿Y que viste?!! Solo dos doctores hablando de un paciente No puedes reclamarme nada es absurdo ¿Quién diablos crees que eres? - No pude continuar ya que su imponente cuerpo me lanzo al sillón sin ninguna delicadeza y se coloca encima de mi -
- ¿Quieres saber quién soy? - Su mano se desliza por debajo de mi blusa-Soy tu dueño- Me dice en mi oído con voz ronca y soy una masoquista confirmada por que por una extraña razón mi entrepierna papita estoy excitada por sus palabras - Pero mejor te lo demuestro - Me cargo como una bolsa de papa y me dejo sobre una alfombra peluda en frente de la estufa.-
Se quito la camisa sin dejarme de mirarme y mi mirada recorre su torso, no puedo evitar morder mi labio inferior con deseo. Cuando se termina de desvestir yo aun sigo idiotizada mirándolo, habré mis piernas y se arrodilla entre ellas para tomar de mi blusa y romperla de un tirón. Toda mi ropa termina echa pedazo. No sé cómo termine desnuda en cuatro patas con Alex sujetándome del pelo y envistiéndome salvajemente, o si lo sé. Este hombre es mi perdición, como es posible que tanta agresividad me caliente al límite de no dejar de gritar su nombre como una cualquiera. Mónica estaría tan orgullosa de mí.
Sin dejar de embestirme siento como sus dedos se introducen en mi trasero y me tenso solo de pensar lo que quiere hacer, pero todo se me olvida cuando siento otro orgasmo que se aproxima. Su mano suelta mi pelo y se posa en mi punto G, voy a venirme con fuerza cuando sale de mí y entra en mi trasero con ferocidad. Intento alejarme, pero posa su mano en mi cuello haciendo que levante mis manos de la alfombra y mi cuerpo choque con su torso aun de espaladas. Su respiración en mi oído es completamente irregular y su agarre en mi cuello no presiona como si tuviera miedo de lastimarme.
-Tu culo está muy apretado - Su voz ronca hace que cierre los ojos-
-Alex - Gemí, él no se movía parecía que esperaba que me acostumbrara a su tamaño-
-Voy a marcar todo tu cuerpo con mi esencia, no habrá un solo lugar de ti que no huela a mi- Comenzó a moverse con suavidad con una mano en mi cuello y la otra que me masturbaba, él se derramo dentro de mí, pero no quedo satisfecho hasta que yo termine unos minutos después. Cuando me soltó mi cuerpo callo en la alfombra no me quedaban más fuerzas. Sentí como se levantaba y colocaba almohadones a mi alrededor y una frazada sobre mi cuerpo.
Abrí mis ojos para mirarlo cuando se acostó a mi lado, mirando al techo como perdido en sus pensamientos, no sabía si hablar o quedarme callada. Su brazo se deslizo por debajo de mi cuerpo arrastrándome hasta quedar sobre su pecho.
-Lo siento, no debí comportarme así contigo-Cerré mis ojos y lo abracé -
-Alex, te das cuenta de que hace menos de una semana no nos conocíamos ¿no? - Una risa se escapó de su boca -
-Mi ángel déjame enamorarte y te prometo que no te arrepentirás - Pero yo no estaba tan segura de ello realmente los hombres posesivos no me iban bien -
Lo bese en los labios para evitar contestarle, si es verdad que el me gustaba y ni hablar que me llevaba a las nubes en el sexo, pero mis miedos estaban ahí gritándome que me alejara de este hombre celoso y posesivo. El beso se fue volviendo más intenso. Me subí encima de el para otra ronda, sus manos tomaron mi trasero guiándome.
Mi teléfono comenzó a sonar, pero no le di importancia era imposible que me alejara de este hombre, pero fue el quien me detuvo.
-Atiende ese maldito teléfono y luego apágalo, mientras iré por algo de comer- se levantó y yo quede atónica viendo su redondo trasero como toda una pervertida-
Veo la pantalla Mónica llamaba y si no contestaba tendría problemas, así que la puse al día de mi loca vida por casi una hora.
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...