El día había llegado estábamos vigilando a Alex mi amigo estaba de lo más divertido mientras yo temblaba por los nervios que me consumían, solo de pensar de la locura que pensábamos hacer se me ponía la piel de gallina. Dos hombres más acompañaban mientras tres estaban dispersos en la zona y por lo que podía ver otros gorilas estaban en vehículos esperando órdenes. Esto podía salir muy bien o muy mal y deseaba de todo corazón que fuera lo primero por mi salud mental.
-Esto es una locura - Susurre, pero mi amigo rápidamente me dio una contestación-
-Pero qué dices esto es pan comido, el idiota - Tocio un poco - Quiero decir, tu chico se tiene tanta confianza a si mismo que ni siquiera saca a su gente para que le cuide las espaldas, arrogante - Susurro lo último- Vamos empecemos ya está suficientemente ebrio, sigue el plan-
Todo lo que decía Ricardo era verdad lo habíamos vigilado estas últimas veinticuatro horas y nunca salió acompañado siempre venía a este bar tomaba y se largaba. Su comportamiento era irracional, si alguien lo miraba el recurre a la violencia.
Mi atención se dirigió a una rubia tetona con un vestido que apenas le cubría el cuerpo, ella caminaba muy sensual justo hacia Alex y mi mandíbula se contrajo.
-Vaya tienes competencia - Una mirada de odio puro fue mi única contestación, Ricardo levanto las manos en son de paz-
Volví a dirigir mi mirada a Alex y pude apreciar como la rubia tetona coqueteaba evidentemente con él. Ella tomó su mano y la colocó en su pierna, el muy estúpido solo miraba sus tetas que estaban a punto de salirse de ese pequeño vestido.
-Ricardo dame el maldito teléfono ya- Estire la mano sin despegar la vista de ese traidor, marco su número-
Apenas siente sonar el teléfono despega sus ojos de las tetas de esa golfa para atender, su ceño se frunce calculo que por que este número le debe aparecer en privado pero mi furia sigue creciendo en cada pitido que no atiende y mucho menos de ver su mano aun en su pierna. Salta la contestadora y vuelvo a marcar.
-Diga- Su voz suena por el micrófono del teléfono, no parece que se hubiera bebido todos esos vasos de tequila ya que suena normal y serio-
-Escúchame bien maldito hijo de puta si no sacas esa mano de la pierna de esa golfa no me volverás a ver tu maldita vida- Pude sentir como trago grueso y su mano salió de ella como si quemara. Miraba a su alrededor desesperadamente-
-No es lo que piensas mi ángel, dime donde estas - Le hace seña con la mano a la rubia que se retira con molestia evidente-
-No parecía que te interesara mucho hace un momento - Ricardo me hace señas para que vaya mientras se reía como un idiota-
-Claro que me interesa yo te amo tu eres mía - Mientras me voy acercando a su espalda sigo hablando -
- ¿Y tú eres mío? Porque, por lo que pude apreciar no parecía- Ya me encontraba a su espalda y él se giró con rapidez-
No tuve tiempo de reaccionar cuando sus brazos me aprisionaron y su boca se apodero de la mía sin piedad, no obtuvo resistencia de mi parte ya que yo añoraba sus besos tanto como el los míos. Nos separamos por falta de aire y podía apreciar como su respiración se aceleraba, parecía estar enojándose por una razón que yo no entendía ya que yo no estaba manoseando a ninguna rubia regalada si no el, yo tendría que estar furiosa.
- Te has portado muy mal mi ángel, me dejaste solo - Su voz era ronca y molesta a la vez, un pequeño escalofrió corrió por toda mi columna en el momento que sus manos hicieron presión en mi cintura -
-Alex suéltame - Le susurre mientras el despegaba su cabeza que se encontraba en mi cuello para mirarme, su mirada era tenebrosa jamás había visto eso en el realmente sentía que debía alejarme-
- ¿Soltarte? Nunca más, te encerrare en mi habitación por el resto de tu vida, jamás volverás a alejarte de mí- Él hablaba enserio, mantenía la mandíbula apretada y su agarre se estaba volviendo doloroso-
-Me haces daño- Mis puños se cerraron en los bordes de su chaqueta no por impotencia sino por dolor – Busque a Ricardo con desesperación con la mirada-
-No creo que te duela tanto como a mi tu abandonó- Gemí cuando sus manos se clavaron en mi-
Pero de repente solo se desplomo liberándome de él, Ricardo lo había golpeado en la nuca dejándolo inconsciente. Lo apoyo en la barra como si estuviera borracho mientras el cantinero se acercaba para evaluar la situación. Mi amigo fue más rápido y hablo.
-No se preocupe mi amigo a bebido de más como siempre su novia y yo nos encargamos de que llegue a casa a salvo - Yo solo pude dar una sonrisa encrespada en contestación cuando la mirada del hombre callo sobre mí. No parecía muy convencido hasta que Ricardo saco unos billetes y se los entrego - Para saldar su cuenta - Dijo mientras cargaba a Alex poniendo su brazo por encima de su hombro yo solo lo imite -
Lo arrastramos fuera del bar donde dos hombres tomaron nuestros lugares llevándose a Alex rumbo a una camioneta cerrada tipo furgón.
-Uf como pesa ese tipo - Lo mire como si estuviera demente -
-Estamos secuestrando al jefe de la mafia y tú lo único que piensas es en cuanto pesa, además ¿Dónde quedo el plan de hacerlo salir del bar y acorralarlo sin testigos?, porque ese era el plan ¿No? - Me tomo el cabello con frustración-
-Bien lo dijiste ese era- Me toma de la mano mientras caminamos a su auto- Pero si acaso no recuerdas llevas un micrófono - Claro que lo sabía, pero no entendía el punto, cuando llegamos al auto Ricardo se para enfrente de mí y sin aviso levanta mi remera dejando mi abdomen y caderas a su vista. Lo entendí rápidamente las marcas de las manos de Alex eran notables - No podía permitir que te siguiera lastimando - Abrí la boca para decir algo, pero no pude solo me acerque y deje un beso en su mejilla-
Conducimos unas cuadres y llegamos a un callejón donde la camioneta que trasportaba a Alex nos esperaba. Ricardo bajo y hablo con los hombres, de donde estaba podía apreciar a mi chico esposado, amarrado y con los ojos vendados. No sabía si estaba haciendo bien Ho por dios claro que no estaba bien esto. Pero él no me dejaba opciones le quería, pero no estaba dispuesta a someterme a él y si no entendía mis razones aceptaría irme con Ricardo sin mirar atrás.
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...