Llego el día que comenzaba a trabajar, casi no había dormido anoche, aunque Ricardo me convenció que lo de ser su heredera era para que no quedaría desprotegida, la inquietud en mi se removía en mi interior, como si un mal presagio estuviera al alcance de mis manos.
Al rededor de las ocho menos veinte me encontraba marcando entrada en el hospital, saludando a todo el personal camine directo a mi oficina. Al rededor de una hora ya había revisado todos los expedientes electrónicos de los pacientes que tendría que ver.
Me era de más extraño que mi amiga no hubiera aparecido hasta el momento, pero calcule que se encontraría ocupada, no por eso deje de mandarle un mensaje de wasap para reunirnos en la cafetería a las doce.
De Alex solo había recibido un mensaje en la mañana invitándome a cenar, quedamos que me buscaría a la salida para ello.
Ricardo en cambio me mando varias tarjetas virtuales decimándome un excelente comienzo y buen día, parecía un niño abecés, pero se sentía bien tener a alguien con quien contar. Especialmente después de que mi hermano se allá olvidado de mí, lo último que supe de él fue que se fue a Canadá con mis padres desertando del ejercito o por lo menos eso decía mi madre en un corto mensaje que me dejo.
Comencé mi recorrido por supuesto por la sala infantil, me presenté con algunos niños nuevos que ingresaron hacia poco y me puse al día con mis viejos amiguitos que mostraron su alegría al verme.
-Serias una excelente madre - una voz conocida me hizo distraerme de una partida de GRIM SOUL (un juego popular entre niños) perdiendo la partida, logrando que mi acompañante de tan solo ocho años se lamentara por a ver perdido todos los recursos que había conseguido. Oscar se encontraba recostado contra la pared sonriéndome-
-Dr. disculpe me entretuve- Me levante un poco nerviosa, no podíamos olvidar que él era mi jefe -
-No se corten por mí, solo pasaba para darte la bienvenida. Nos veremos después - Y solo se fue mientras yo solo vea al niño a mi lado con un lindo puchero-
-Prometo que mañana recuperare lo que sea que perdí - Le digo a Matías con una pequeña giñada y salgo para terminar mi recorrida-
Termine con todos los pacientes presenciales y revise mi teléfono para ver si Monica me había escrito. Un mensaje con un "SI" solo contesto, esto era más que extraño, sabía que podía estar enojada ya que me había desaparecido, pero ella no era tan silenciosa más bien esperaba una explosión de mensajes y otra de gritos pidiendo explicaciones, algo me olía mal así que salí en su búsqueda.
Después de preguntar a varias personas y no encontrarla decidí esperarla en la cafetería, pero mi asombro fue muy notable cuando llegué al lugar y pude divisarla sentada en una mesa apartada muy nerviosa. Me tome el tiempo de observarla mientras me acercaba, estaba demacrada, había perdido mucho peso, su pelo que siempre estaba bien recogido y cuidado, ahora se encontraba sujeto con una cola desprolija y sin brillo. No podía verle la cara por completo, pero podía jurar que a esta distancia podía ver ojeras ¿Pero que rayos estaba pasando?
Me acerque y quede parada mirándola, mientras ella jugaba con sus manos en señal de ansiedad. De cerca era aún peor su piel estaba pálida, pero lo que me llamo la atención fue un pañuelo que cubría su cuello aparte de que ella no usaba ese tipo de asesoraos podía notar marcas de moretones debajo de él.
Ella noto mi presencia y levanto la cabeza para mirarme sin tiempo a reaccionar se levantó y me dio un abrazo casi oficiante, se lo respondí inmediatamente, aunque no salía de mi asombro por su estado. Nos separamos después de unos segundos podía notar sus ojos empañados estaba a punto de llorar.
-Moni – susurre, parecía no tener un buen estado anímico y trate de ser cuidadosa al hablar-
-No digas nada sé que me veo fatal, pero ahora que estas de nuevo aquí todo mejorara- Fruncí el ceño no entendía que quería decirme-
Me senté frente de ella y la tome por las manos con cariño tenía que tratar de ser cuidadosa con las palabras que podía decirle ya que parecía que podía romperse en cualquier momento, la chica que conocía por ser alegre y llena de vida hoy solo parecía una sombra de la que se encontraba frente a mí, esta persona parecía vulnerable y temerosa. Y yo me encontraba muy desconcertada por lo que veía. Solo me había ido unas semanas, pero ella parecía haber pasado un año completo de mala suerte.
-Lo siento, siento haberte dejado sola, siento no haber estado para ti cuando me necesitaste- Una lagrima se le escapa -
-No digas pavadas tontas, por lo poco que me contaste sé que no fue nada fácil para ti todo lo que te sucedió. Además, mi estado es mi culpa yo me busque lo que me está sucediendo-
- ¿Y qué es exactamente lo que sucede? - Ella negó con la cabeza- Tal vez si me cuentas podría ayudarte- La duda paso por sus ojos-
-Solo te diré que me involucre con un hombre destructivo, que solo me utilizo y ahora me siento atrapada- Sentí como mi sangre hervía y me mordí la lengua para no decir un insulto, pero rápidamente pensé en Alex ¿No es así como también me siento a veces?
- ¿Atrapada? Solo debes alejarte de lo que no te hace bien o acaso esos moretones que tienes en el cuello te llenan de felicidad-
-Yo, no es tan fácil- Susurro y suspiro con resinación, me recosté en el respaldo de la silla y acompañé su suspiro, pero a diferencia de el de ella el mío fue de frustración- Me sentía como una desvergonzada dando los concejos que yo no tomaba en cuenta-
-Dime ¿Como te ayudo? Estoy aquí para ti-
-Solo estando aquí para mi alcanza, yo encontrare la manera de salirme de esta- Me dio una mueca parecida a una sonrisa, pero por alguna razon yo sentía que me ocultaba algo-
-Te lo repito, estoy aquí lo que necesites. Tu solo me dices donde enterramos el cuerpo y yo misma me encargo de hacer el pozo- Esta vez la sonrisa fue sincera -
Después de esa charla ella cambio de tema, sabía que no quería seguir hablando y no quería presionarla demasiado así que solo le seguí la corriente, por ahora. Tomamos unos capuchinos y hablamos de cosas triviales le conté mi escapada con mi amigo sin dar muchos detalles, lo sucedido con Alex y mi tatuaje.
-Dios, Angela tu vida se ha convertido en una novela - Pero su sonrisa desapareció cuando miro algo detrás de mí, intente voltearme, pero me detuvo con su mano. Perdió todo el color en un segundo-
- ¿Estas bien? - Pregunte preocupada -
-Si debo irme, te veo después- Se levanto y huyo del lugar, dejándome completamente perdida en mis pensamientos -
Algo no estaba nada bien y por una extraña razon presentía que yo tenía que ver por extraño que pareciera.
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...