Ricardo
Tenía hombres infiltrados entre la gente de Alex, no podía evitarlo, aunque me había alejado de la mala vida igualmente tenía hombres de confianza en mi circulo, especialmente si mi pequeña estaba involucrada con ese tipo. No me mal entiendan no quiero controlarla ni mucho menos, pero tengo una necesidad de protegerla tal vez un poco obsesiva, le debo mi vida y más, ella me devolvió las ganas de vivir y aunque no me guste nada el amor que siente por él no puedo alejarme ni oponerme.
Apenas me informaron que tenían a su hermano se lo dije, me costó mucho evitar que fuera a buscarlo, pero logré que tomara las cosas con calma. Tuvimos largas conversaciones y llegamos a una conclusión si el realmente quería estar con mi pequeña debería dejar de lado su machismo a como diera lugar y para eso estaba yo.
Mi teléfono llama mi atención lo recojo y atiendo, la voz del otro lado me informa que Damián ya había sido liberado, respondo con un ok y corto la llamada. Tenía la seguridad de que lo liberaría por esa razón tenía un avión listo para que el muchacho desapareciera apenas lo soltaran. A pedido de Angela el seria reclutado en las fuerzas militares bajo amenaza, si no obedecía el pedido lo entregaríamos nuevamente a Alex.
Angela quería que su hermano retomara el buen camino y me pidió ayuda para eso, me pareció que esta era una buena forma de hacerlo ya que tenía gente de confianza en esos cuarteles y podría mantenerlo bien vigilado.
-Ricardo ¿Estas bien? - La voz de Angela me saco de mi transe-
-Claro solo estaba pensando, por cierto, buenas noticias el cavernícola ya libero a tu hermano- Parece que le hizo gracia mi apodo ya que sonrió con picardía- Esperaremos a que llegue a tu apartamento o a su casa para llevarlo - Se cruzo de brazos y quedo muy pensativa. Me acerque y la abrase ella apoya su cabeza en mi hombro se nota que necesitaba este abrazo, ya que me lo devolvió con más fuerza - Dime que necesitas y lo are -
-Quiero alcohol y por cierto necesito mucho pienso mejor con el- Me separo un poco de ella y la miro con sorpresa-
-Pensé que habías dicho que no volverías a beber- Dije sin soltarla -
- Esta vez no saldremos de aquí y tu tomaras conmigo, solo tú y yo me ayudaras a pensar en cómo dominare a la bestia o terminar con esto de una vez- Me da un puchero, a veces podía comportarse como una niña-
- Sabes que yo no bebo, no tengo tolerancia al alcohol. Mejor tu toma y yo te cuido - Otro puchero en respuesta-
-Está bien, pero vamos a ese gran gimnasio que tienes escondido por allí - Señala el pasillo y toma muchas botellas del bar-
-No podrás tomarte todo esto sola- Digo mientras le saco unas cuantas botellas de las manos y camino con ella en mi lugar de relax -
-¡¡Pues ayúdame a beber!! - Me adelanta y entra con aun las botellas en brazos, camina hasta el ring. Apoya las botellas en sima y subí colocándose en el medio - ¿Por qué tienes un ring, si no tienes con quien pelear, además- Me señala con un dedo y entre cierra los ojos en clara amenaza -Sabes que no puedes practicar este tipo de deportes o te olvidas de que aun puedes tener un derrame cerebral por la herida que recibiste- Toma una botella y la destapa -
- ¿Sabes que eso te hará muy mal? - Le digo señalando la botella que ya está en sus labios- Y referido a lo otro mi doctora me dijo que me encontraba perfectamente-
-Tu doctora soy yo, y que te encuentres bien no significa que no debas cuidarte, así que nada de deportes violentos-
-Lo que diga mi dotora será-
-Mañana llamare al hospital para hablar con mi jefe, aun no puedo volver - Ignora mi pregunta y continua- Necesito otra semana para arreglar este lio- Su voz baja de tono y nuevamente se empina la botella-
-OK, dame esa botella - Se el arrebato de la mano y tomo unos cuantos tragos - ¿Y luego qué? -
-No lo sé, intentare que ese loco me entienda - Me saca la botella de la mano y se toma el resto de la botella- ¿Tienes ese teléfono que no pueden rastrear? -
-Si te lo traeré- Me levanto y salgo rumbo a mi oficina para traer el aparatito y que me ha ayudado en incontables ocasiones. Cuando entro nuevamente al gimnasio puedo ver a mi pequeña beber de otra botella - Aquí lo tienes - Se lo extiendo ella lo deja en el medio de nosotros dos. Cualquiera que nos viera pensaría que estamos completamente locos sentados en un ring bebiendo o por lo menos ella bebe como demente, mientras mira el teléfono como si fuera toda una maravilla-
-Bien, debería llamarlo- Me pasa la botella y bebo con calma-
-Vamos creo que ya tomaste suficiente coraje y alcohol también me burlo-Ella marca y en el segundo tono responden, coloca el altavoz-
-Ángel ...- Ella me mira esperando de mi ayuda le hago señal con la mano para que continúe-
-Si soy yo - Me saca la botella y le da un gran sorbo- Como te dije llamaría cuando liberaras a mi hermano -
-Te quiero devuelta- Se termino la botella de un solo sorbo- Ya lo liberé ahora ven a mí, debemos hablar, solucionar esto - Angela me mira esperando que la ayude le digo que no con la cabeza y soy yo que tomo otra botella la destapo y bebo -
- No soy un objecto no puedes tenerme cuando tú quieras, que me garantiza que no me secuestres por a verme ido - Un resoplido del otro lado de la linia me dio a entender que se estaba enojando-
-Es inútil cariño sabes que me perteneces, como sabes que te encontrare y matare al infeliz que está ayudándote en este momento- El rostro de Angela palideció y no era para menos su voz era amenazante a un grado que me pareció escuchar a Gabriel otra vez -
-Porque la agresividad acaso no te das cuenta de que ella solo quiere arreglar las cosas y tu con tu actitud de macho alfa no la dejas - Los ojos de Angela parecían dos monedas de oro - Uf eres un imbécil la chica realmente te quiere y tú que haces solo intimidarla. -
-Por fin das la cara infeliz, no sé qué te tramas con mi mujer, pero te conviene alejarte de esto antes que salgas herido, porque cuando sepa quién eres que lo sabre tarde o temprano, iré por ti - Me reí a carcajadas el alcohol no era nada sano para mi -
-Te daré una pista 48, suerte con eso - Corte la llamada y bebí de la botella-
-Se fue todo a la mierda - Susurro mi pequeña -
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...