CAPITULO 45

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Angela

Cuando pude reaccionar estaba sentada en un asiento cómodo si no fuera que mis manos estaban esposadas a los reposabrazos no tendría de que quejarme. Miré a los lados buscando sitiarme en donde estaba sin duda estaba volando, por un momento pensé que todo lo que vi drogada era de mi imaginación, pero no. Ya era de noche y yo no sabía a donde me dirigía me pareció ver a Alex y comprobé que no estaba equivocada cuando se sentó frente a mí con un vaso en las manos.

-Alex - El solo me miraba, una mirada fría que me hizo estremecer- Escúchame -El levanto la mano para que me callara-

Tomo de un tirón todo el contenido del vaso y con toda tranquilidad saco unas llaves de su bolsillo, soltó las esposas y me levanto con brusquedad del asiento. Me guio sujetándome del brazo al fondo del avión, pasando por el largo corredor pude ver a algunos hombres y a Fernando comiendo y bebiendo.

Apenas entramos en un cuarto que parece de descanso ya que no hay más que una cama y ropa sobre ella, me jiro y me propino una cachetada que me tiro sobre la cama. No intente levantarme solo saque los mechones de pelo de mi rostro en un estado de sorpresa.

- Eres una zorra -Lo mire sosteniendo mi mejilla- Pensaste que delatándome te quedaría el camino libre para estar con ese tipo -

-Yo no...- me volvió a levantar y me volvió a golpear –

-Tu no que, sácate la ropa, negué frenéticamente, el me levanto del cabello - Te la sacas tu o lo hago yo - amenazo apretando mis cabellos con más fuerza - Acaso crees que no vi los chupones que tienes en el cuerpo- Me propino otro golpe, pero no me dejo caer, comencé a temblar-

Me soltó de golpe y quede sentada en la cama.

-Sácate la ropa no lo voy a repetir- Mis lagrimas mojaban mi rostro mientras comencé a desnudarme, podía ver como su mandíbula se apretaba al ver las marcas en mi pecho. No tarde nada ya que ni siquiera llevaba nada debajo- Estaban follando cuando mis hombres fueron por ti que ni siquiera pudiste ponerte la ropa interior - No podía decir nada y solo me cubrí los pechos con las manos -

-Maldita puta traidora- Se abalanzo sobre mi propinándome más golpes, pero esta vez su puño impactaba en mis costillas, boca, estomago no me tuvo piedad-

Después de eso solo salió de la habitación, pero antes me dijo que me pusiera la ropa sobre la cama y me dejo allí como basura. Casi no podía respirar mientras tomaba la ropa para colocármela y mi llanto no cesaba. Él iba a matarme, pero como dijo Ricardo antes podía hacerme cosas peores, tenía miedo estaba aterrada.

Me coloque un vestido blanco que estaba manchado de mi sangre, trate de parar la hemorragia de mi nariz con la ropa que me había sacado, mi labio también estaba partido, pero no sangraba tanto. Me preocupaba el dolor en mi costilla no sabía que tan grave podía ser. Ya había pasado más de una hora no me atrevía a moverme, sabía que no podría escapar de este avión.

El entro con toda normalidad, su rostro estaba como piedra, no había ninguna reacción en su rostro. Quería esconderme, pero donde, la impotencia que sentía era aterradora.

-Ensuciaste tu vestido, debes ser más cuidadosa cariño - Se acercaba a mí con tranquilidad mientras yo lloraba como una condenada y en este momento realmente lo era - No llores mi ángel, igualmente no te servirá de nada ya que tu amigo Ricardo y sus secuaces no podrán venir a rescatarte- Paso su mano por mi rostro - A menos que revivan y no lo creo - Agrego - Me asegure que quedaran bien muertos y enterrados- Un jadeó doloroso broto de mi pecho-

-No, no, no- Otro gemido de puro dolor se salió de mi garganta-

- ¿Te duele? Igual a mi- Hablaba con calma - Me duele tu traición, pero tú la vas a aliviar- Se comenzó a desvestir - Arrodíllate - Negué - No me agás enojar-

-Por favor déjame explicarte yo no - Coloco su dedo en mi labio para callarme -

-No gastes saliva, arrodíllate- Tomo su arma de su chaqueta recién sacada, me la coloco en la cien y no tuve opción de arrodillarme - Abre la boca - obedecí, no tardo en meter su miembro dentro de mi boca- Chúpalo- El caño del arma aun en mi cabeza presionaba con fuerza en mi - Quiero que me mires mientras lo chupas - Levante la mirada se veía aterrador, lo disfrutaba sin duda mientras yo me sentía tan sucia -

- Sabes Micaela fue quien nos contó todo - Comenzó a hablar mientras yo seguía humillándome- No podía creerlo, así - gimió - Fuiste muy inteligente en esconderlo - Su respiración era agitada- Peo no muy inteligente en dejarlo involucrarse en nuestra relación - Un gruñido salió de su garganta y sujeto mi cabeza para que tragara todo su semen dejándome sin aire- Trágate todo- Me libero con brusquedad luego que lo obedecí -

- Te vas a repentir - Dije - Yo no te entregue a las auctoridades - Me volvió a sujetar del cabello y me lanzo a la cama, se posiciono arriba de mi con una pierna a cada lado de mi cuerpo -

-!!Deja de mentir ¡¡ Me tomas por idiota - Una nueva bofetada dejo mi mandíbula dolorida- La única que va a lamentar haberme traicionado eres tú - Su rostro se pegó al mío- Guarda tus lagrimas para más tarde las vas a utilizar -

Ya no me cabía una gota más de miedo en todo mi cuerpo, el realmente me odiaba. Estaba perdida y mi pecho dolía, dolía por Ricardo, a tal punto que estaba dispuesta a aceptar el castigo que Alex me impusiera por haberlo llevado a su muerte. Por qué si, es mi culpa solo mía yo debía haberlo alejado de mi en el momento que se recuperó. Si no me hubiera enamorado del el estaría con vida aún.

-Arréglate un poco das asco, te espero afuera - No podía moverme me quede en la misma posición sobre la cama mientras el volvía a salir arrogándome la ropa-

Me enderece como pude, trate de arreglarme la ropa y me repetí a mí misma que debía ser fuerte

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora