CRUEL INOCENCIA (Libro 2)

CAPITULO 38

Ricardo

Me encontraba bebiendo como un maldito demente con los muchachos, no podía dejar de pensar en que en este momento Angela estaba con él, ya no podía soportarlo mi mente me decía que tal vez era el momento de alejarme y vigilar la situación de lejos sin involucrarme, pero en cambio el corazón me gritaba que no la dejara. ¿A cuál de los dos tenía que hacerle caso?

- Esa mujer te tiene mal - Habla Alexander tomando un trago de su cerveza- Pareces perdido hermano-

-Claro que no, no digas estupideces – Bufe molesto-

- ¿Hace cuantos años te conozco? Cres realmente que no notamos como la miras. Vamos hermano hasta nos controlas por si la miramos de más - Diego y Alejandro asienten a lo que dice el idiota de mi amigo-

-Ella ya tiene a alguien estoy fuera de esa carrera - Bebo otro trago mirando al cantinero como si fuera lo más interesante en el lugar-

-No estoy tan seguro de eso - Dice Alexander logrando que mi pobre Cora latiera con una pisca de esperanza-

-Ni yo - Esta vez es Alejandro, mi atención se centra en ellos-

-Haber, digan lo que tengan que decir - Diego es quien se aclara la garganta y comienza a hablar-

-La he visto en tus brazos, la manera en la que te mira es igual a como tú la miras a ella- Los otros dos asienten - Tal vez ella este confundida - Se inclina de hombros-

- Las mujeres se dejan deslumbrar con facilidad por hombres rudos como es ese Alex, yo también creo que ella siente algo por ti – Alejandro dijo perezosamente-

- Podemos matar a la competencia cuando digas hermano - Levanto una ceja interrogativa después de escuchar a Alexander -

-Ni hablar lo mandamos a dormir con los peces y listo - Alejandro canturrea muy emocionado y yo no puedo evitar soltar una risotada -

-No es mi estilo, además creo que ustedes ven cosas en donde no las hay- Mi celular comienza a sonar -

Me extraña ver el nombre de Angela en la pantalla ¿No se supone que estaba con él? Atiendo, pero antes de decir algo ella me hace estremecer con lo que dice.

-Ayúdame - Mis amigos notan lo tenso que me puse y se acercan más a mi aun-

- ¿Dónde estás pequeña? – Mis compañeros comenzaron a tomar sus cosas por inercia. -

-Un hotel creo, me dejo encerrada y hay guardias en la puerta.... Yo ...yo... no sé qué. me pasa algo raro ... yo tengo mucho calor ... ven por mí por favor... Hotel paraíso dice aquí ... yo me quemo -

-Voy por ti pequeña - Corto y camino a la salida -

- ¿Dónde vamos? - Diego interroga y veo a los otros dos a su lado-

-Ustedes a ningún lado yo voy a buscar a Angela y luego voy a darle de comer a esos peces que querías Alexander- Sigo caminando a mi auto-

-Ni lo sueñes no nos vas a dejar fuera de la divorcian ¿Verdad chicos? - Los otros dos vuelven asentir - Además nos vas a necesitar, yo manejo - Me arrebata las llaves -

-No estoy para juegos tiene a Angela encerrada en un hotel y parece no estar bien, ella dice que dejo gente vigilándola- Digo mientras subo en el asiento del acompañante-

-Con más razon no puedes ir solo, pediré a los chicos que nos traigan armas y camuflaje- Toma el teléfono y comienza a hablar con alguien- Alejandro siempre precavido-

- ¿Que hotel es? - Pregunta Diego mientras conduce hasta llegar a el centro de la ciudad-

-Paraíso - Digo mientras trato de no perderme entre el enojo y la ira que me consume en este momento-

Menos de diez minutos estábamos fuera, podía divisar dos guardias parados en la entrada de un estacionamiento, detrás una escalera. Conozco este tipo de lugares, tiene estacionamiento privado que te lleva directo a la habitación.

Un auto estaciona detrás de nosotros con las luces apagadas, Alejandro se acerca y toma un bolso de la parte de atrás.

Toma el bolso nos entrega una muda de ropa a cada uno, completamente negra acompañado de un pasa montañas y un glokc 19 cómoda y letal.

-Ustedes se quedan a aquí como refuerzo yo voy por ella ustedes solo mantengan la salida libre - Digo mientras me visto, no tardan mucho es protestar, pero rápidamente mi mirada lo calla- Son solo dos no tome tanto para no poder con un par de idiotas-

- Estaremos aquí- Dicen con las caras largas-

Camino directo a la entrada donde un guardia de seguridad del lugar me intenta detener, lo golpeo dejándolo noqueado hoy no estoy para formalidades. Los dos hombres de Alex se encuentran parados al pie de la escalera en donde ya diviso la puerta de la habitación sin rodeos me acerco y con toda la furia que me cargo, me desquito con ellos. Sin tiempo de reaccionar los derivo y los golpeo más de lo debido, dejándolos fuera de combate demasiado rápido para mi gusto.

Subo la escalera de a dos escalones y pateo la puerta. Angela se encuentra en la cama envuelta en una toalla con el pelo mojado.

-Viniste - Me acerco y la envuelvo en mis brazos - Yo tengo calor - Su respiración esta agitada, sus ojos vidriosos no tardo en darme cuenta de que esta drogada- Maldigo este maldito pide a gritos que lo mate-

Cierro los ojos, voy a matarlo. Debí alejarla de el cuándo tuve la oportunidad. La levanto como una princesa y la saco del lugar solo tomo la cartera y el celular, la ropa la dejo.

Ella pasa los brazos por mi cuello y se aferra a mí, mientras yo camino a donde está el auto. Los chicos nos miran molesto y no es para menos la traigo envuelta en una toalla en un estado no deplorable, pero si pueden notar que algo no anda nada bien.

-Tengo calor - Susurra en mi oído mientras yo me acomodo en el asiento con ella enzima-

- A mi departamento - Solo digo - No pregunten - Cierro cualquier posibilidad de practica-

Llego a mi piso los chicos se fueron, la llevo directamente a mi cama.

- No me dejes - La miro, por dios parece un ángel. Trato de sacar cualquier pensamiento pervertido de mi cabeza, pero mi amigo no piensa lo mismo al verla así-

-No te dejare deberías intentar dormir, voy a buscarte una playera para que te pongas - Ella gatea por la cama hasta llegar al borde, la toalla ya no está en su cuerpo y mi entre pierna palpita al ver sus pezones que están duros, se relame los labios de una manera tan sensual que mi boca se me seca. Que tan malo fui en mi vida pasada para ser castigado de esta forma.

Mierda esto va a matarme.