CAPITULO 30

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ALEX

Comienzo por despertar con pesadez, Pero ... ¿Qué diablos me paso? Mis alarmas comienzan a activarse cuando empiezo a mover mis manos y noto que están sujetas a mi espalda. Abro los ojos y me encuentro con una habitación muy amplia, diviso una cama, muebles, todo de lujo y me confundo aún más. Estoy amarrado en una silla sujeta al suelo.

Comienzo a aclarar mis pensamientos recuerdo estar en el bar, la rubia con buenos pechos, la llamada y luego Angela, estaba enojado y luego un dolor en mi nuca. Pero si alguien me ataco que le paso a mi ángel. De repente me lamento de no haber escuchado a Fernando y sus advertencias de que no podía salir sin seguridad.

Unos pasos se escuchan a distancia, pero acercándose, lo extraño es que parecen femeninos por los tacones, detrás de una puerta alguien saluda y otra voz o mejor dicho su voz responde. La puerta se abre y Angela entra al cuarto con una bandeja en las manos, la deja en una mesa de luz y puedo divisarla con un corto vestido negro escotado se ve hermosa, pero muestra demasiado para mi gusto. Se acerca a mí con un vaso y unas pastillas.

-Son pastillas para el dolor, el golpe que te dio mi amigo debe dolerte- Su amigo es lo único que quedo en mi mente-

- ¿Tu amigo me trajo aquí? Quiero ver a ese tipo, debe tener muchos huevos para atreverse a secuestrarme y tu recibirás tu castigo mi ángel - Mi voz salió amenazante puedo notar como ella se paraliza antes de llegar a mi-

-No fue el, fui yo - Se muerde el labio y mi polla comienza a despertar, no me ayuda verla con esa ropa - Tu no me dejaste más opción, esta es la forma más segura de poder hablar contigo sin que me lleves a rastras a tu lado - Se acerca a mí y pone dos pastillas en mi boca, me da agua para que las trague, pero cuando se inclina me deja ver sus lindos senos - Esto calmara el dolor-La vista también, pensé-

-Así que tú me secuestraste- Ella deja el vaso sobre el mueble y asiente- Te das cuenta de quien soy - Carcajeo al mismo tiempo que sacudo la cabeza, no puedo creerlo-

-Lo sé y no precisamente me entere por ti - Reclama- Solo quiero hablar y cuando terminemos te dejaremos donde te sacamos-

-Hablas en plural - Ella acerca un sillón enfrente de mi-

-Sabes que no podría hacer esto sola, mi amigo me ayuda, sabes deberías darle las gracias si no fuera por el no estaría aquí y no te olvides el por qué salí huyendo de ti - Golpe bajo-

-Lo recuerdo y lo siento me comporte como un bastardo -Ella suspira y se recuesta en el sillón como si estuviera completamente agotada-

-Eso es verdad, Alex ¿Me quieres? -

-Lo dudas, te amo mi ángel. Eres todo para mi haría lo que fuera por ti -

- ¿Lo que fuera?, ¿Dejarías la mafia por mí? ¿Estarías dispuesto a tener una vida normal? -

- ¿Tu dejarías de ser medico? - Mi pregunta la descoloco podía notarlo - Al igual que la medicina la mafia es una profesión, tal vez no tan limpia como la medicina, pero es lo que yo sé hacer-

-No puedes comparar una cosa con la otra por dios, a ti pueden matarte en cualquier momento vives entre delincuentes-

-Y tus salvas a esos delincuentes y como yo también pones tu vida en riesgo ¿A cuántos pandilleros has atendido en la emergencia del hospital? -

-No es lo mismo yo hice un juramente, es mi deber salvar la mayores vidas posibles- Se levanta del sillón y camina de un lado al otro- Lo que tú haces es ilegal, lo mío no -

- ¿Segura?, hace unos meses un pandillero de los rocas recurrió a la emergencia para conseguir un medicamento para su madre en su nombre una linda doctora rubia lo ayudo, mintiendo en el informe médico como que era para él ¿Eso no es ilegal? - Su rostro se volvió blanco como la nieve-

- ¿Pero, cómo sabes ...? - Las palabras no salían de su boca y nuevamente se sentó en el sillón sin querer mirarme- Siempre me vigilaste- No lo preguntaba lo afirmaba-

- Desde la primera vez que te vi- Su mirada se conectó con la mía, seguía pálida -Tengo gente a tu alrededor en especial en el hospital - Ella me miraba espantada - Yo amenazaba y desaparecía a todos los tipos que se acercaban a ti- Sabia que tenía que parar, pero seguía enojado - Puse cámaras en tu apartamento te vigilaba constantemente- Ella se para bruscamente y respiraba acelerado -

-Mi hermano- susurro, pero yo la oí claramente, me miro con lágrimas en los ojos-

- Tu hermano solo fue una ficha más que jugué para atarte a mi-

-Tu no me amas, estas obsesionado conmigo es enfermo- Se sujetó de un mueble y me alarme inmediatamente-

-Angela respira - Me sacudí como un demente en un intento fallido de liberarme-

De repente solo callo desplomada al piso, comencé a forcejear mientras gritaba. Parecía que el alboroto atrajo la atención del hombre que estaba en la puerta ya que se precipito a entrar con el arma en mano.

-Atiéndela imbécil- El hombre se acercó a mi ángel y le tomo el pulso, tomo su radio y llamo a otro tipo. Al minuto otro hombre entraba por la puerta -

-La llevare con el jefe- Yo comencé a insultarlo para que la dejara cerca de mí, pero el bastardo ni me miro- Sédalo - Dijo y salió con mi mujer en brazos, mientras el otro me clavaba una aguja en el cuello-

-Duérmete imbécil- Fue lo último que escuche antes de caer en la inconciencia-

Desperté no se cuánto tiempo después estaba en otra habitación mis manos estaban libres, me levanté me encontraba en una cama. rápidamente note dos cosas una cadena en mi tobillo y un hombre sentado en un rincón del cuarto, no podía ver su rostro ya que la luz era tenue y muchos puntos del cuarto estaban en oscuridad completa.

- ¿Dónde está Angela y quién eres? - Me dirigí hasta su posición pero la cadena no me dejo, me quede a más de tres metros de el-

-Ella está bien y a tu segunda pregunta me encantaría refregarte en la cara quien soy, pero le prometí a Angela que no lo haría, esa es la razón que en este momento no esté dándote la paliza que te mereces - Su voz era amenazante, él era quien estaba detrás de todo esto - Pero tú y yo tendremos una conversación de hombres a intento de uno-

-Tienes huevos eso es seguro-

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora