ANGELA

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 ANGELA

Despierto sobresaltada después de una nueva pesadilla, ya no hay más nada que hacer, aún no ha amanecido, pero tengo la seguridad de no volver a dormir, me paso las manos por el rostro con impotencia ha pasado un año desde lo de Cristian y aun no puedo descansar una noche completa con los recuerdos que me persiguen y sin contar que aún tengo esa sensación de que me observan contantemente.

Me levanto y me quito el pijama camino hasta la ducha para relajarme con un baño de agua caliente, después voy a la cocina solo con ropa interior, ¿Para qué vestirme si vivo sola? nadie me vera. Solo unas pocas personas me visitan, mis padres que viven en Canadá y mi hermano que cuando viene es para esconderse de algún problema que imagino que es de polleras, está en la edad que cree que puede conquistar el mundo.

Me preparo un café cargado y me siento en el sillón para ver una película en el cable, tengo cuatro horas para entrar a trabajar en el hospital así que trato de entretenerme, no tengo novio para entretenerme los hombres se me acercan, pero, así como llegan desaparecen de mi vida he llegado a pensar que hay algo malo en mí, que los espanta, porque no hay otra explicación, pero que es no lo sé, soy atractiva tal vez un poco pequeña pero los hombres me miran, puedo notarlo. Antes de Cristian era más abierta y sociable ahora me cuesta abrirme con las personas, he alejado a mis amistades que no eran muchas, pero podía distraerme un sábado en la noche con ellos. Mi única amiga se llama Mónica es enfermera en el hospital donde trabajo y después mi amiga virtual Micaela ella es la prima de Tamara una vez a la semana nos comunicamos por video llamada después del incidente nos unimos mucho mientras su prima estaba en el hospital grabe, pero con la muerte de Marcus se fue con su prima a Europa.

Unas horas después estoy entrando en el hospital con mi bata. Llego a mi oficina y prendo mi Tablet para ver los pacientes que me tocan hoy, pero noto un ramo de flores en mi escritorio, antes de llegar a él un silbido se escucha a mis espaldas, Mónica se me adelante y toma la tarjeta parece una niña.

- ¿Puedo? - Pregunta con la pequeña tarjeta entre sus dedos-

-No- Digo arrebatándosela de la mano para leerla-

La abro y un mensaje en letras plateadas se asoman "mis ganas por conocerte no se van, solo se acumulan"-A-

-Lo tienes loquito - Dice mi amiga sobre mis hombros que mira por arriba de mi hombro- Pero ¿quién es A? -

-Ni la más mínima idea – Le hago una caída de hombros, es algo normal recibir regalos anónimos -

- Bueno, por cierto, feliz cumpleaños- Se me lanzo hacia mí con los brazos abiertos casi terminamos las dos sentadas de culo-

- Hum... ¿gracias? - Ella se aleja y me mira interrogante-

-No me jodas ¿Te olvidaste de tu cumpleaños? -Ahora entiendo el mensaje de mis padres en la mañana, pero solo decía "felicidades te amamos "y " te llamamos en la noche"-

-Bueno creo que si -Ella se golpee la frente con desesperación-

-Bueno creo que para eso son las mejores amigas para recordártelo- Mete las manos en su cartera y saca una caja en vuelta en papel de regalo- Mi regalo, pero lo abrirás cuando llegues a casa, ok-

- ¿Mas ropa interior sensual? Sabes que no tengo con quien usarla -Eso es lo que me ha regalado en todas las festividades como año nuevo, navidad hasta en el día del amigo-Dime la verdad ¿eres lesbiana? - Aunque sé que no, pero me da gracia tomarle el pelo y comienzo a reír cuando veo su cara, se cruza de brazos y cierra un poco los ojos-

-En tus sueños más húmedos, cariño - Hace una pose sexy- Soy completamente hetero mi querida amiga- Y nos reímos como desquiciadas- Bueno es hora de trabajar espero que te diviertas esta noche- Me giña un ojo y sale de mi oficina-

- ¿Esta noche? Pienso, pero mi amiga está muy loca para darle vueltas al tema. Comienzo mi recorrido por la sala infantil del hospital y luego hago un turno de cuatro horas en la emergencia, cuando salgo me encuentro con Alejandro un médico que hace poco se unió a este hospital, es apuesto eso es notable, un morocho con ojos café, alto con muy buen porte. Se acerca hasta a mí con una sonrisa moja bragas.

- ¿Como esta la doctora más hermosa de esta ciudad? - Creo que por el calor en mi rostro debó estar roja como un tomate- Feliz cumpleaños- Dice cuando ya está cerca de mí y me da un beso en la mejilla -

-Gracias Alejandro- Me mira y se relame el labio y yo muerdo el mío no me juzguen hace un año que no tengo sexo y en realidad a lo que paso no sé si se le puede llamar a eso sexo -

- ¿Estas ocupada? quiero invitarte un café en la cafetería del primer piso, la idea era llevarte a cenar, pero tengo que volver a mi apartamento para volver al hospital a cubrir una guardia más-

-Claro, ya terminé aquí- Camino con él y fuimos por mi oficina para tomar mis cosas y luego del café irme a casa, en el camino unas enfermeras me interceptan y me felicitan dándome una botella de vino espumante. Cuando llegamos a la cafetería nos sentamos un poco apartados, mientras apago mi celular ya que Mónica no dejaba de mandarme mensajes pervertidos, aparentemente me vio o le contaron con quien estoy en la cafetería del hospital. Después de media hora Alejandro me acompaña hasta el auto -

-Gracias por el café- Digo llegando al auto, él se me aproxima y me acaricia la mejilla y quedo roja -

-Me gustan bonita - Me susurra se da vuelta y me subo al auto, como ida en una nube todo el camino.

Cuando llego a mi apartamento aún estoy en shock, pongo un poco de música y busco una copa, abro la botella que me regalaron las enfermeras y me sirvo. Después de conversar con mis padres por quince minutos me acorde del regalo de Mónica y fui asta mi bolso por el paquete, mi sorpresa fue al abrirlo y encontrarme con un vibrador de un tamaño considerable. Le mande un mensaje a mi amiga -

-¡¡¡Pervertida!!!-

-Que lo disfrutes tiene tres velocidades-

No sé si era el alcohol en mi sistema ya que la botella estaba vacía o me había vuelto loca, pero me llevé el juguetito asta mi cuarto y me desvestí completamente y comencé a acariciarme buscando más placer y cuando estaba a punto de explotar mi orgasmo, recordé unos ojos que había visto hace un año, cuando atendía a la prima de Micaela esos ojos que ni siquiera sabía de quien eran, pero parecían poseerme como nunca en la vida. Y con la mirada de ese chico mi orgasmo llego fuerte y sacudiéndome como nunca.

Por fin un regalo que me sería útil pensé, mientras disfrutaba de las sensaciones que mi cuerpo sentía. 

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora