CAPITULO 33

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Angela

Me encontraba en mi departamento acomodando mis cosas, hacia solo unos minutos había prendido mi teléfono con mi número antiguo y mientras los mensajes caían a montones yo solo seguía poniendo mi ropa en el placar.

Cuando dejo de sonar lo tome y marque el número de mi Alex, no me había comunicado con él desde que lo deje en el hotel y calculaba que se encontraría un poco enojado. Rápidamente su voz sonó por el auricular.

-Angela ¿Dónde estás? - Suspiré y me recosté contra la pared-

-Si gracias estoy bien y tu- Le tome un poco el pelo, casi podía imaginarlo apretando lo dientes quería reírme-

-Estás en tu apartamento - No era una pregunta él lo sabía-

-Aun rastrear mi teléfono - Sonreí- Bueno ya hablaremos de eso y si ya volví- Podía sentir un motor arrancar el vendría para acá lo sabía- Rodee los ojos -

-Te veo en veinte minutos - Me corto, este hombre no cambiaría-

Seguí con lo mío y luego me dirigí a la cocina por algo de beber, pero un estruendo me hizo soltar el vaso que acababa de agarrar y callo de mis manos. Dirigí mi mirada a la puerta donde Alex se encontraba agitado, despeinado y un poco fuera de sí. No habían pasado ni quince minutos, rápidamente me alarme al ver a dos guardias de Ricardo detrás de él.

Disimuladamente, o por lo menos pensé que lo era, hacía pequeñas muecas a los gorilas para que se retiraran.

-Parece que tu amigo no te dejó desprotegida- Dice Alex con una mano dentro de su chaqueta, calculo que sujetando su arma-

-Chicos, todo está bien - Me acerque a ellos pasando por el costado de Alex- La única que resultó herida fue la puerta, pero tranquilos el siempre suele entrar así- Suspire al verla casi partida en dos y luego mire a Alex que me miraba sin expresión alguna-

-Ya pueden largarse- Dijo mirándolos, cosa que creo que Alejandro o por lo menos creo que así se llama lo ignoró por completo y me habló directamente a mi-

- ¿Segura? - El gruñido que escuche era sin duda de Alex-

-Si gracias, chicos - Asintieron y se fueron- Y tú no sabes golpear-

-Golpear ja- Se comienza a mover lentamente hacia mi- Estas de broma verdad, me dejaste tirada en un hotel, drogado- Su mirada se veía enojada, pero como buena masoquista que soy el tipo me excitaba de sobremanera- Y esperas que viniera con una sonrisa en los labios a darte los buenos días- Me había acorralado contra la mesa del comedor y su deseable cuerpo-

Pase mis manos por su nuca y le hago un puchero, sus ojos parecen encenderse y le sonrió. No sé qué paso conmigo estos últimos tiempos o mejor dicho en qué momento me convertí en una chica atrevida.

-Primero, llame a Fernando para que fuera por ti eso no es dejarte tirado- Le doy un piquito en la punta de la nariz- Segundo no estabas drogado solo poco sedado - Muerdo suave su labio con suavidad - Y tercero que esperas para hacerme el amor -

No espero ni un segundo para quitarse la chaqueta y lanzarla quien sabe dónde, me beso con una necesidad arrasadora y yo no fui menos. Enrede mis piernas en su cadera y me quite la sudadera, quedando solo con el corpiño. Fui llevada entre besos y caricias a mi alcoba, sin ni siquiera recordé que la puerta de entrada de mi casa estaba desecha.

Nos consumimos por horas sin pensar en nada más, pero por una extraña razón no me sentía completamente completa. No sabía que era exactamente, pero sentía que podía haber cometido un error sin entender por qué. ¿Qué rayos era esta sensación en mi pecho?

Mientras sus brazos me sujetaban de las caderas su cabeza se posiciona en mi hombro y aspiraba mi olor como si fuera lo más delicioso que él hubiera olido. No me sentía mal con el maratón de sexo solo tenía una sensación de perdida que no podía entender.

- ¿Qué es esto mi ángel- Dijo mientras acariciaba el tatuaje que me había hecho días atrás-

-Un tatuaje- Conteste con total normalidad-

- ¿Tu con un tatuaje? -

- La verdad que estaba demasiado ebria cuando me lo hice, pero aquí esta-

-Me gusta, lo que no me gusta es que anduvieras ebria por quien sabe dónde- Su tono se volvió más serio y yo tomé la sábana me tape los senos y me senté en la cama apoyando mi espalda a la cabecera de la cama, suspire-

-No estaba sola mi amigo me cuido en todo momento- un gruñido escapó de su garganta, se levantó y se colocó el pantalón -

-No me gusta ese tipo- Levantó la mano para callarlo-

-No me alejare de él - Su sorpresa fue evidente - Él es mi amigo desde mucho antes de conocerte y si es por qué no te gusta no te estreses tu tampoco le gustas a él y por mi te soporta- Me cruce de brazos-

-Vaya parece que sacas las garras cuando se trata de el- Esto iba a terminar mal- Igual que el cuándo se trata de ti ¿Hay algo que deba saber? Pues has cambiado mucho desde que te fuiste con el-

-No hay nada que sea de tu interés él es mi amigo y tu mi novio creo, son dos cosas completamente diferentes- Me levanto la sabana cae a mis pies, caminó desnuda quedando enfrente de él- Si me quieres como dices debes darme mi espacio - Tomó la remera del suelo y me la coloco- Como te dije yo no me involucrare con tus negocios, pero tú tampoco lo hagas con mi trabajo y mis amistades -

-Entonces qué es lo que esperas de esto- Nos señala con el dedo a ambos-

-Quiero estar contigo Alex, pero esta vez sin amenazas, vigilancias y sin tretas sucias ¿Me quieres? Bueno aquí me tienes, pero no soy un objecto soy una mujer y si no me respetas como tal esto se acaba aquí- Su cuerpo se tensa-

-Así que jugaremos con tu reglas- Me acerco a él y le sonrió-

-Esta vez sí, no intentes una jugada sucia Alex, si quieres que me quede a tu lado tendrás que comportarte como un novio normal ¿Cres poder? -

-Lo intentaré - Dijo de mala manera y yo levanté una ceja interrogativa- Uff , tu ganas seré el mejor novio del mundo- Le di un corto beso en los labios- 

CRUEL INOCENCIA (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora