Alex me había arrastrado nuevamente a mi asiento, dejándome allí con las esposas puestas mientras él estaba con los demás hombres tomando y riendo. No había señal de Diego por ninguna parte, pero tenía claro cuál sería nuestro destino, tal vez con un poco de suerte el moriría rápido, pero yo no. Después de haber apreciado el odio en la mirada de Alex sabía lo que me esperaba.
Un anuncio de que estábamos por aterrizar se escuchó, todos se abrocharon los cinturones menos yo que no podía gracias a las esposas. Cuando aterrizamos y los motores se apagaron ellos comenzaron a vestirse con ropas de abrigo, camperas, guantes. Era claro que ya no estábamos en los Estados Unidos, no solo por el cambio de clima si no que habían pasado muchas horas desde que desperté a ahora.
Todos se dispusieron a bajar, mientras Alex soltaba mis manos y me llevaba sujeta del codo a la salida. Al llegar a la puerta el frio casi polar me golpeo haciéndome temblar.
- ¿Tienes frio? - No dije nada - Si lo tienes - Se reía de mi - Y yo que pensaba que las serpientes eran de sangre fría -
Seguí en silencio, bajamos las escaleras en donde aguardaban cuatro camionetas. Una en especial llamo mi atención era completamente cerrada como un furgón. Mi atención se dirigió a unos hombres forcejeando con Diego. Dos hombres más salieron a ayudar a los monos que no podían sostenerlo solos. Diego le propino una patada a uno haciéndolo rodar las escaleras del avión he impactado duramente al otro con un cabezazo.
Se distrajo cuando me vio, me escaneo por un momento y fue suficiente para que pudieran someterlo. Alex con mucha brusquedad me arrastro hacia él, mientras él también era arrastrado escaleras abajo.
-Pero que tenemos aquí un valiente - Diego fue obligado a arrodillarse enfrente de nosotros -
- Los valientes se acabaron el día que se inventó la pólvora- Abrí la boca por su osadía, realmente no podía creer que le estuviera haciendo frente a Alex de esa manera. El levanto la cabeza y lo reto con la mirada - Lastima que los abusadores de mujeres aun no - Su mirada se clavó en la mía mis golpes estaban a la vista y el los analizaba con total seriedad-
Alex le propino un golpe en la mandíbula y luego saco su arma y apunto a su cabeza. No sé de dónde saque el valor, pero me interpuse entre ellos, la mirada que Alex me dio fue de odio mientras, Diego me rogaba que me apartara.
- ¿También te revolcabas con él? Erres una muy buena zorra - No pensaba contestar, pero Diego no pensaba lo mismo-
-Zorra es tu madre que te abandono por unos dólares - La furia en el rostro de Alex creció a tal punto que me empujo arrastrándome al suelo haciendo que mi cabeza impactara con tal violencia que mi vista se nublo. Lo último que escuche fue los gritos de Diego prenunciando mi nombre.
Alex
El muy infeliz forcejeaba para llegar hasta ella que había perdido el conocimiento, mis hombres lo tuvieron que golpear para poder frenarlo.
-Parece que se llevan muy bien estos dos- Fernando habla detrás de mí - Sera divertido -
-Súbanlos a la furgoneta - Mire a Angela en el suelo y por un momento sentí remordimiento por lo que estaba haciendo, pero eso no me iba a impedir que le hiciera pagar por cada dólar que perdí sin contar que ahora era buscado por todas las unidades policiales. Ella era la única culpable y tenía que aprender las consecuencias de sus actos, pero en especial me jodía que se revolcara con otro hombre, eso me carcomía.
El frio en Alemania era feroz pero no tenía otra opción, este país era lo más seguro que tenía al alcance de la mano para poder esconderme con seguridad. Cuando llegamos a la casa nueva pedí que llevaran a los prisioneros a las celdas, pero pedí que un médico revisara a Angela no me servía muerta la necesito viva. Saque mi celular del bolsillo que vibraba insistentemente, me aleje de todos después de ver el nombre de quien me llamaba.
- No te tenía como un hombre tan imprudente - La voz de Marcus sonó del otro lado-
-Y no lo soy, pero tampoco pensaba salir de Chicago con el rabo entre las piernas- un suspiro se escuchó del otro lado - Solo fui por ella y de paso enterré a esos hijos de putas-
- Es solo una mujer... tal vez solo fue manipulada por ese tipo. Piensa bien lo que vas a hacer sabemos por todo lo que paso, no te parece raro -
-Marcus yo vi los chupones en su cuerpo no creo que ese fulano la allá obligado a hacer algo que ella no quisiera hacer-
-Ya veo ... estas celoso -
-Deja de decir estupideces es solo una puta más-
-Solo te daré un concejo tómalo o déjalo, no te obsesiones Alex, tal vez las cosas no son como crees y puedes estar a punto de perder lo que más quieres -
-Tranquilo hermano yo sé lo que hago y por cierto gracias por la casa-
- No hay de que, aprovéchala se la gane a un ruso en un partido de póker, pero realmente no me gusta el frio ni los alemanes - Carcajee - Mantenme al tanto, ok y piensa en lo que te dije -
-Hecho - Corte y me dirigí hacia Fernando - Me avisas cuando despierten -
- Ok, su hermano ya está aquí, pero sus padres desaparecieron-
-Encuéntralos y del otro sabes algo -
-Diego Acosta, 33 años ex Marín, sin familia, era parte del grupo Ortega - Le di toda mi atención- Aunque parecía ser más obediente a Ricardo que a Gabriel, ya que siempre estuvo bajo sus órdenes-
- Sigue -
-No hay mucho más que decir, Ricardo manejaba sus asuntos por fuera de Gabriel y este hombre y otros más estaban solo bajo su mando -
- ¿Ya encontraron los cuerpos?-
-Aun no, recuerda que derivamos todo el edificio puede pasar semanas antes de encontrarlos, por ahora solo emos encontrado-civiles -
-Quiero el cuerpo de ese maldito ante mi - Dije con total seriedad - Quiero que ella lo vea -
Quería que ella supiera lo que le había pasado al maldito solo por tocarla, la quería totalmente destruida y a mi merced. No dejaría que se olvidara de mi por lo que le quede de vida.
ESTÁS LEYENDO
CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...