No sabía en qué momento había quedado acorralada contra la pared, Alex besaba y mordía mi cuello salvajemente y yo solo hacia un fracasado intento de separarlo de mí. El olor a alcohol no me ayudaba a no traer malos recuerdos a mi mente, su mano se metió entre mis piernas en un intento de excitarme, pero yo entre en pánico a tal punto de llorar y gritar rogándole que me soltara.
Cuando me arrastra hasta el escritorio me dejo de espaldas a él su mano arranco mi ropa interior y un terror me consumió a tal magnitud que sujete un lápiz sobre el mueble y lo clave en su mano que estaba apoyada cerca de mi hombro. Eso sirvió para que volviera a la realidad, me aleje tan rápido como pude, su mirada me recorrió todo el cuerpo y termino en mi rostro bañado en lágrimas.
-Yo... yo lo siento - Intento acercarse, pero estire mi mano frenando cualquier intento-
-Ve a darte un baño, hablaremos cuando estés cien por ciento lucido antes no- Necesitaba distráelo, el asiente y sale -
Apenas se cierra la puerta, comienzo a buscar las llaves de su auto con desesperación, mi frustración comienza a florecer por no encontrarlas y luego mi mirada cae en su chaqueta, rebusco y encuentro el deslumbrante escudo de un bmw, bingo.
Salgo corriendo hasta la entrada sin despegar la vista de las escaleras por donde Alex debería bajar, al salir no noto ningún guardia así que corro en dirección al auto, mi rostro estaba bañado en lágrimas y no pare de llorar hasta que divise la carretera.
Respire hondo y trate de aclarar mi mente, no iba a permitir que otro hombre me arrastrara a la oscuridad como hizo Cristian, esta vez no, mi llanto volvió con más fuerza. Aunque lo amara como nunca ame a un hombre, él era toxico para mí, no podía y no quería terminar como la última vez.
Cuando divise la ciudad entre en otro dilema ¿A dónde iba a ir? No podía ir a mi departamento y tampoco con Mónica el me encontraría rápidamente.
- ¿Qué hago ahora? - Pensé en voz alta. No tengo dinero, ni celular y estoy con la ropa destrozada -Una luz comenzó a tintinear en el auto -Maldición- Era el GPS estaban rastreando mi posición. Volví a entrar en pánico.
Acelere y me dirigí hacia el centro de la cuidad no quería llegar a esto, pero no tenía otra opción, sabía que era peligroso correr a refugiarme con Ricardo más para el que para mí misma, pero seguía siendo la mejor opción nadie me buscaría en la casa de un muerto, nadie menos Micaela que era mi cómplice en esto.
Así que eso hice, dejé el auto a dos cuadras del apartamento, él no vivía en Chicago solo venia eventualmente, pero sabía que estaba aquí. Camine sujetando la parte superior de mi vestido para no dejar mis pechos expuestos a la gente que caminaba por las calles, para mi suerte aún era temprano y eran pocos los que se veían, igualmente cada vez que cruzaba con alguien no me pasaba de ser percibido las miradas que me daban, es que estaba segura de que mi apariencia era un desastre.
Llegue a unas grandes puertas de vidrio, Ricardo tenía todo un piso en este edificio. Camine bajo la atenta mirada de las personas dentro de la recepción un hombre me miro desconfiado y camino hacia mi mientras yo digitaba la clave del ascensor privado, cuando la puerta se abrió el hombre solo se detuvo, debe haber calculado que si sabía la contraseña no era ninguna extraña. Ricardo había sido cauteloso y me había puesto con una clave personalizada solo para mí que consistía en mi fecha de nacimiento.
Cuando el ascensor se detuvo las puertas se abrieron dejándome ver una sala de película, unos enormes sillones de cuero en un verde oscuro ocupaban el centro acompañado de unas alfombras blancas como la nieve, sonreí estaba claro que un hombre vivía aquí y no tenía mucho gusto para mezclar los colores.
-Ricardo- Llame esperando una respuesta, unos sonidos al fondo del pasillo llamo mi atención y camine con mucha cautela.
La puerta al final del pasillo estaba abierta solo podía divisar unas máquinas de gimnasio desde donde estaba, pero no había duda de que los ahora golpes que podía distinguir venían de aquí, me paralice al ver al hombre con el torso descubierto frente a una bolsa de boxeo.
-Ricardo- Trague grueso, cuando se voltio a verme. Se enderezo y frunció las cejas, él se tomó todo el tiempo observándome, sus puños se cerraron -
-Voy a matarlo- Dijo mientras me evaluaba, mis lagrimas corrían por mis mejillas, casi corrió a donde me encontraba y me arrebato un abrazo tan cálido que me fue imposible no buscar refugio en su pecho y solo llorar como una cría- Tranquila pequeña estas a salvo- Acariciaba mi cabello con una delicadeza tan cálida como confortante-
Después de tanto llanto de mi parte y consuelo de la suya me llevo a su habitación, me sentó en la cama y rebusco en su ropero sacando una remera con el logo Diversidad y unos calzones tipo bóxer. Me miro dándome una disculpa por la ropa y hablo.
-Es lo único que puedo ofrecerte que no se te caiga, ve date una ducha mientras yo te preparo algo para comer - Me dejo un beso en la frente y salió de la habitación-
Me bañé y me puse la remera que apenas tapaba medio muslo y el box que me apretaba bastante. Sali rumbo a la sala, encontrándome con una mesa llena de comida, dulce y salada.
-Ven pequeña - Palmeo el lugar pegado a el- Come lo que quieras, pero cuéntame todo- suspire -
Cuando termine de contarle todo, su mirada estaba perdida y un silencio nos envolvió.
-Tenía todo muy bien calculado, lo de tu hermano, enamorarte y por lo último embarazarte esa sería la mejor manera de mantenerte a su lado sin tener que amenazarte, cabrón-
-Yo soy una idiota -Puse las manos en mi cara por vergüenza- Se supone que una persona como yo después de lo que pese debería ser más inteligente-
-No digas eso, eres inocente y el un hijo de puta- Coloco su mano en mi mejilla - Te quedaras conmigo por ahora, tienes que entender que él no te dejara tranquila, ¿Lo entiendes verdad? - Solo asentí-
- ¿Cres que debería salir de la ciudad un tiempo? - El levanto una ceja como interrogándome-
-Según, ¿quieres huir el resto de tu vida o enfrentar tus miedos? - No tenía una contestación para eso en este momento-
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CRUEL INOCENCIA (Libro 2)
RomanceAlex Silva a tomado el control de la mafia de chicago después de la muerte fingida de su amigo casi hermano Marcus, siempre se destacó por ser frio y controlador hasta el día que sus ojos se encontraron con la belleza de un ángel...