Capítulo 46

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Capítulo 46: el paraíso

Katsuki no era un sensiblón de mierda.

Tampoco era bueno hablando y estaba claro que no podía hilar dos frases sin al menos una palabra malsonante o hiriente entre ellas.

Pero esto era distinto. Decir lo que sentía sin tapujos ni filtros no resultaba vergonzoso.

Pedir a Deku que se quedara en la isla no era a su juicio algo de lo que renegar.

Al menos no esta vez

Porque si con ello conseguía que estuviera salvo, entonces, aquel fugaz momento de debilidad habría valido la pena.

Porque, ¿qué era la vergüenza comparada con mantenerlo a salvo?

Podría ser un deseo egoísta... y lo era... Pero el rubio ya sabía lo que era perder a su destinado. Primero fue debido a su propia estupidez, cuando lo dejó solo, y la segunda cuando Deku se enfermó y estuvo a punto de morir.

Bakugou ya sabía lo que era el miedo a ser dejado atrás. Ya sabía lo que significaba creer que lo había perdido todo; su hogar, su familia... Y por eso no iba a consentir que se pusiera en peligro.

No correría el riesgo.

No habría una tercera vez.

Haría lo que fuera necesario para lograrlo.

Lo que sea

- ¿Y qué hay de quedarnos aquí? - propuso a media voz, casi como si fuera un pensamiento y no algo que quisiera compartir aparentemente en alto.- Podemos olvidar el jodido mundo exterior. Olvidarnos de todo y de todos. La Isla de Fuego siempre será segura y aquí está mi gente. Los micro extras, el pelos de mierda, el trío de idiotas ambulantes...

El peliverde abrió mucho los ojos y las lágrimas dejaron de caer. Casi automáticamente se incorporó y acercó su rostro al del cenizo causando que éste apartase la mirada con fastidio.

Estaban demasiado cerca

- ¿E-Estarías dispuesto a olvidarte de la venganza? - preguntó Izuku sin dar crédito.- No suena como algo que dirías tú...

No se lo creía. No después de haber vivido tanto tiempo con él. El motor de Kacchan era la venganza y su deseo de sangre había sido desde el inicio tan claro como lo era aquí y ahora su reflejo en aquellos rubíes que siempre lo hechizaban.

Kacchan no podía cambiar tanto. Ni siquiera por él.

Y hacía bien en pensar así, pues Bakugou no tenían ninguna intención de renunciar a su venganza, pero tampoco renunciaría a él.

Si debía fingir, fingiría. Si debía mentir, mentiría, mas no volvería a poner en riesgo a la persona que amaba nunca más.

El dragón había tomando una decisión y no se echaría atrás ahora, por lo que tomando la cabeza del pocoso fue acercándose para susurrar algo en su oído.

- Estaría dispuesto.- aseveró muy bajito, haciendo que Izuku se tensara al notar el ronroneo de su aliento chocando en el tímpano.- Pero solo si tú también lo estás...

Acto seguido, Bakugou buscó a tientas la otra mano del pecoso, aquella con la que sostenía la One for All. El chico humano creyó que sus palabras recientes habían sido una simple distracción para intentar arrebátarsela de nuevo, pero la palma de Katsuki no se paró sobre la empuñadura, sino sobre la muñeca del otro, apretándola suavemente.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora