Capítulo 54

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Capítulo 54: aura asesina

Durante la semana en la que Izuku fue encerrado en la cabaña por Kacchan para que recuperase fuerzas, el peliverde tuvo mucho tiempo para pensar, y entre otras cosas, decidió escribirle una carta a su madre.

Al principio no supo cómo empezar. Llevaba ya siete meses fuera de casa. Siete meses en los que habían pasado muchas cosas... Demasiadas como para transcribirlas en un solo trozo de papel. Por ello, prefirió ser conciso y escribió lo que creyó que necesitaría saber su madre.

Que estaba bien.

Al final todo se reducía a eso, a tranquilizar a una mujer que no veía a su hijo desde hacía más de medio año, sin tener noticias suyas y seguramente, desgarrada por el hecho de que todos le creían muerto.

Así que, la carta debía empezar sí o sí por un "mamá, estoy bien".

Después, Midoriya se dedicó a explicarle que, aunque su deseo fuera volver con ella cuanto antes, aún tenía algo que hacer fuera de casa y que no podría volver hasta haberlo cumplido.

También se disculpó varias veces mientras aguantaba las ganas de llorar, pues sabía perfectamente que su madre lo haría cuando leyese la carta, y que abrazaría el papel como si fuera un sustituto de su hijo.

Terminada la carta, la enrolló y cerró con una cuerda de esparto y esperó a que alguien le trajese la comida del día para intercambiarla por la carta.

El elegido fue Kirishima.

Eijiro entró en la casa con un plato de sopa y recibió el encargo de enviar la carta cuando fuera a provisiones a la ciudad de Taiyaki.

El rey le había encargado hacer eso, así que, para alivio de Midoriya, dejar una carta no le resultaría una molestia.

De este modo, el día antes de que Katsuki permitiese a Deku salir de la cabaña, el día antes de que ambos ascendiesen al santuario e Izuku sacase la espada y los dos compartiesen un agitado momento en la pequeña cueva, Kirishima desplegó las alas y partió hacia Taiyaki.

Como hicieron el rubio y él la primera vez que estuvieron allí, aterrizó lejos de la ciudad para no ser visto y caminó hasta verse rodeado por puestos de comida o joyas y gente curiosa.

Entre todo el ajetreo, Kirishima se divirtió viendo a un grupo de juglares y se entristeció al pensar que a Denki le habría gustado ver eso, pero el mago eléctrico estaba demasiado ocupado en la isla haciéndose cargo de los niños y ayudando en la reconstrucción del viejo pueblo como para ayudarle en su misión particular.

Así que, el dragón de internó entre los puestecillos de la calle principal de Taiyaki listo para cumplir con su propia misión. Quién sabe, quizá si se daba prisa, esa misma noche podría estar de vuelta durmiendo al lado de su destinado.

• • •

– Bienvenido a Taiyaki, Alteza.

Dabi extendió el brazo para anunciar a Todoroki su llegada a la ciudad portuaria cuando era más que obvio dónde se encontraban.

El príncipe, a lomos de su caballo, observó con desinterés a la multitud que los rodeaba mientras avanzaban por la calle principal de la ciudad.

En un día como ese parecía que Taiyaki doblaba su población, pues muchas personas de los alrededores acudían a la ciudad para vender sus productos a los viajeros y visitantes.

– No sé para qué hemos venido aquí... – se lamentó el bicolor con un deje de frustración.– Si fueran listos no vendrían a un lugar lleno de gente... Podrían ser descubiertos...

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora