Capítulo 82

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Capítulo 82: familia

Inko abrió los ojos lentamente, sintiéndose un poco aturdida al despertar en su cama dentro del molino. Al girar la cabeza, vio a Izuku a su lado, sosteniéndole la mano con ternura y un gesto innegable de preocupación. 

– ¿I-Izuku? – susurró la mujer con voz somnolienta.

El pecoso reaccionó al instante, mirando a su madre con una mezcla entre alegría y alivio.

– ¡Madre!, por fin has despertado.– dijo emocionado, ayudándola a sentarse.

– He tenido un sueño... un sueño tan extraño... – comentó la señora Midoriya.– Soñé que te ibas de casa por más de medio año y regresabas con un chico rubio semidesnudo que decía ser tu prometido.– la mujer de rechonchas mejillas rió, convencida de que todo aquello era una locura.– ¿No es absurdo?

Izuku forzó una sonrisa nerviosa y las palabras parecieron atascarse en su garganta. Sabía que debía decirle la verdad a su madre, pero la ansiedad le impedía expresarse de una manera adecuada.

– B-Bueno... Yo...

Con cierta inseguridad, desvió la mirada hacia un rincón de la habitación, y siguiendo su mirada, Inko se encontró con la sorprendente imagen del chico rubio con ese caracterísitico torso descubierto, durmiendo con los brazos cruzados en una silla junto a la ventana.

El corazón de Inko se aceleró mientras palidecía. 

– Entonces... ¿es verdad?

Asombrada, miró a su hijo, notando un nerviosismo evidente grabado en sus ojos. El peliverde esperaba con ansias la reacción de su madre, pero también eran incapaz de mirarla. Siempre se había preguntado qué diría al conocer a Kacchan. Cuál sería su reacción, si le agradaría... ¿Qué pensaría al descubrir su deseo de casarse con él? No sabía si sería aceptado o si su madre se escandalizaría ante la noticia. Esperaba lo peor, una reacción negativa o un rotundo rechazo por su parte.

Ahora entendía lo mal que lo había tenido que pasar Kaminari antes de conocer a Kirishima. El constante miedo a ser rechazado por todos, incluso por las personas que más amaba, solo por lo que sentía en su corazón.

– É-Él... es Kacchan. B-Bueno, ese no es su verdadero n-nombre.– intentó explicarse el muchacho.– S-Se llama Bakugou Katsuki y lo conocí caundo estuve en Ignis. Pasaron muchas cosas y al final tuvimos que huir de allí juntos, fuimos conociéndonos poco a poco y al final... Nosotros... Esto...

Inko por su parte tomó un momento para procesar toda aquella información que iba soltando su hijo como podía, pero a pesar de la sorpresa y la confusión inicial, su amor de madre habló más fuerte que cualquier tipo de prejuicio.

– Mi pequeño Izuku... No importa quién sea ese chico o cómo llegó aquí contigo.– aseguró con cariño mientras acariciaba la mejilla de su hijo.– Lo más importante es que seas feliz; que te haga feliz. Eso es todo lo que importa para mí como tu madre. 

El pecoso sintió entonces cómo el peso de una losa invisible desaparecía de sus hombros. Sus ojos se cristalizaron y el nudo que hasta entonces se había adueñado de su garganta se deshizo en el aire a la par que surgían las lágrimas. Sin pensarlo, se lanzó a los brazos de la señora Midoriya, agradecido porque fuera una persona tan buena y comprensiva. Él conocía a su madre y sabía que era la persona más dulce del mundo, pero ante una situación como esta, incluso él había tenido dudas.

– Madre... – gimoteó el pecoso en los brazos de Inko. Ella lo envolvió, acariciando sus cabellos con amor.

– Quiero que me cuentes todo, desde el principio.– pidió la mujer tiernamente.– ¿Está bien?

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora