Capítulo 42

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Capítulo 42: letargo*

Cuando Kirishima bajó del santuario aquella noche tras haber acompañado hasta allí a los Tres Grandes, un escalofrío recorrió su espalda al plantarse frente a la puerta desvencijada de la casita que se le había asignado para compartir con Kaminari.

Aún recordaba las palabras del rubio eléctrico cuando se encontraron y sinceramente, no sabía si estar emocionado o temer por su vida.

Al igual que Bakugou, él había extrañado a su destinado cada minuto del día y lo veía por todas partes, haciendo bromas o comentarios estúpidos, pero siempre con esa sonrisilla pícara capaz de subir el ánimo de cualquiera incluso en los momentos más difíciles.

Asimismo, también se había preguntado mil veces cómo sería su reencuentro si es que volvían a verse... y jamás pensó que... en fin, sus partes nobles fuera a sufrir semejante golpiza...

¡Pero bueno! Eso ya había quedado atrás y un dragón varonil no podía anclarse al pasado. Lo que importaba era el futuro y las torturas a las que a partir de entonces sería sometido como venganza. 

Aunque... pensándolo mejor, aquel "vas a compensarme por todo", realmente no sonaba muy tortuoso, sino sugerente. 

Decidido a enfrentarse a lo que quiera que le estuviese esperando al otro lado de la puerta, el pelirrojo tocó y esperó. Todas las casas eran igual de pequeñas, pues solo tenían una estancia. Las luces estaban encendidas, así que supuso que Kaminari lo estaría esperando despierto.

– Ush, ush, hagan silencio.– escuchó entonces la voz del mago provenir desde el interior.

Eijirou ladeó la cabeza sin entender. ¿Es que... no estaba solo?

Al poco, una cabellera rubia se asomó por el hueco de la puerta y el mago desvió la mirada hacia los lados para revisar que no hubiera nadie más cerca.

– Ya te estabas tardando demasiado.– lo increpó Denki en un susurro, y al instante tiró del cuello de la ropa del dragón para arrastrarle dentro. 

Fue así como Kirishima descubrió que en la choza que compartía con Kaminari varios niños trasnochaban junto al mago en secreto. Ya era muy tarde y algunos de los pequeños allí reunidos dormitaban a un lado arropados bajo una manta, pero aún quedaban otros cuatro despiertos; Eri, Kota, Mahoro y Katsuma.

Los dos primeros estaban sentados juntos, jugueteando con un peluche de felpa hecho a mano por Kaminari. Ninguno de los dos sabía qué se suponía que era pero lo habían aceptado con ilusión igualmente.

Por otro lado, los hermanos Shimano esperaban con ansias a que Denki volviera a sentarse a su lado, y al ver aparecer a Kirishima, lo animaron a sentarse también.

El dragón no entendía nada y en su mente se entremezclaron diversas emociones, entre ellas, la sorpresa y muy posiblemente, una ligera decepción. 

Él esperaba otra cosa

Justo entonces, el mago le dio un suave codazo para llamar su atención.

– Se me están acabado los chistes.– confesó cerca de su oreja con todo el secretismo del mundo, haciendo así impacientar a los dos hermanos.– Tienes que ayudarme.

Tener la aterciopelada voz de su destinado tan cerca estremeció a Eijirou en demasía, pero intentó recuperarse rápidamente, pues había entendido por las malas que aquel no era el momento de eso.

– Pero yo creía...

El dragón respondió con un susurro y Denki hizo un gran esfuerzo por no echarse a reír ahí mismo.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora