Capítulo 59

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Capítulo 59: caminos paralelos

Aquella noche, Izuku no se separó del lado de Jiro.

La muchacha había sido intervenida de urgencia por Tamaki y Uraraka y ambos, gracias a su excelentes conocimientos médicos, habían conseguido extraer la punta de flecha y estabilizar a la paciente tras muchas horas de trabajo.

Como resultado, la casita de Amajiki estaba repleta de vendajes manchados de sangre y de valdes de agua rojiza, pero al dragón introvertido poco le importaba eso si con ello había conseguido salvar una vida.

Midoriya por su parte se ofreció a vigilar a su amiga mientras Ochako y Tamaki se iban a descansar y ellos aceptaron a sabiendas de que el pecoso también necesitaba un tiempo a solas para ordenar su cabeza... Sobre todo después de escuchar de boca de la bruja lo que había acontecido en Taiyaki...

Con los ojos triste, el peliverde observó el pálido rostro de la asistenta de la princesa Yaoyoruzu. Jiro nunca había sido demasiado expresiva ni abierta con él. Prefería distraerse en su tiempo libre tocando algún instrumento musical en vez de conversar... Pero, aún así, Midoriya y ella tenían una buena relación y se apreciaban entre sí...

– ¿Cómo ha podido suceder algo así...? – masculló él.

Izuku aún no podía creer que el estado de su amiga se debiera precisamente a su otro gran amigo, al príncipe Shoto.

No podía entenderlo. El Todoroki que conocía no actuaría de una forma tan precipitada. No perseguiría a Kirishima de la manera en que lo hizo ni mucho menos le llevaría a las puertas de la muerte como le relató Uraraka.

Eijirou había pasado por muchos problemas en Taiyaki... Y al final, Midoriya solo podía culparse de ello, pues era enteramente su culpa.

– Todoroki-kun no actuaría así si supiera que estoy vivo... – se lamentó.– Pero incluso si Yaoyoruzu-san se lo ha dicho... Sin pruebas, ni siquiera yo sería capaz de confiar tan ciegamente... – suspiró.– Sigue sin justificar su comportamiento... Pero desde su punto de vista, ¿qué otra cosa puede hacer?...

El pecoso volvió a suspirar, abatido y lleno de dudas. Arreglar este entuerto sería complicado, mucho más si él se encontraba en una isla incomunicada y Tododoki permanecía al otro lado del mar...

Aunque esto no tenía porqué durar para siempre...

No si ponía en marcha su plan.

Toc, toc

De repente, alguien llamó a la puerta e Izuku, creyendo que se trataría de Uraraka o de Amakiji, concedió la entrada con un adelante.

Cuál fue su sorpresa al ver que quien atravesaba la puerta no era ninguno de los anteriores, sino la dragona peliroja recién llegada a la Isla de Fuego.

– ¿Kendo...san?

Mientras trataban a Jiro, Ochako le había hablado un poco de Tetsutetsu y de ella, de su situación y de cómo habían estado viviendo entre buenos humanos desde que eran niños. También de cómo tomaron la iniciativa para salvar a Eijirou y a lo que renunciaron y dejaron atrás para llegar con ellos hasta aquí.

Izuku no podía estar más que agradecido con ellos.

– Tú eres Midoriya, ¿verdad?

El aludido asintió y con educación le indicó un lugar donde pudiera sentarse, sobre una de las viejas mantas con patrones simétricos que cubría el suelo terroso.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora