Capítulo 66

618 101 46
                                    

Capítulo 66: la primera muerte

Izuku gritó con toda la fuerza de sus pulmones y blandió la espada firmemente hacia el demonio que amordazaba a la princesa. 

Gracias a los reflejos de Toga, ésta pudo evadir la estocada pero tuvo que soltar a la pelinegra en consecuencia. 

Yaoyoruzu cayó al suelo mientras tosía y recuperaba el aliento a duras penas mientras una silueta se interponía entre ella y la persona que había intentado matarla. 

– ¡Princesa!, ¡¿os encontráis bien?!

Cuando Momo escuchó aquel misterioso grito de guerra, creyó haber oído mal, pero ahora que la enigmática figura hablaba de nuevo, definitivamente no se había equivocado.

Ella... Conocía esa voz

– ¿M-Midoriya?

En plena oscuridad y rodeada de sombras, ni siquiera una hebra de cabello era perceptible a la vista, por lo que solo podía confiar en sus recuerdos para convencerse a sí misma de que quien la había salvado era en realidad el escriba real de Yuei. Izuku Midoriya.

No obstante, la propia Himiko se encargó en seguida de resolver sus dudas.

- Tú eres... Ese humano al que Dabi estaba buscando...– musitó.– El amiguito de los dragones.

Deku ni confirmó ni desmintió sus palabras. En su lugar, buscó a su espalda el rostro de Yaomomo, y al no verlo claramente, decidió hablar deprisa. 

– Princesa, debéis salir de aquí.– pidió él.– Y-Yo me encargaré de esto.

– Nadie va a irse a ningún lado.– espetó Toga un poco más allá, sosteniéndose un brazo con rabia. Al parecer, no había conseguido eludir completamente la estocada del peliverde y eso la había enfurecido, pues sus ojos amarillos brillaban irritados en la oscuridad mientras lamía la sangre que resbalaba de la herida. 

Izuku apretó su agarre sobre la espada y expandió los pies sobre el terreno. Si el objetivo del demonio era acabar con Yaoyoruzu, eso sería por encima de su cadáver. Pero la razón tras un movimiento tan peligroso y precipitado se le escapaba.

– ¿Por qué quieres matarla?

– ¿Por qué? – Toga sonrió haciendo que sus ojos se convirtieran en medias lunas brillantes. En su boca aún quedaba rastros de sangre, dándole un aspecto atroz.– Porque se ha vuelto un estorbo. Y a mi superior eso no le agrada en absoluto. 

Dicho esto, la rubia se lanzó sobre el pecoso empuñando varias cuchillas en su brazo sano, ya que en el otro parecía haber perdido su movilidad. Midoriya consiguió detener el ataque con su espada y la oleada de aire que levantó el choque hizo que las cortinas de la carpa se elevasen. 

Fue así como Izuku descubrió que el brazo en el que había herido a Toga anteriormente y parte de su cuello y cara habían adquirido un aspecto completamente distintito al de su forma humana. Su piel se había tornado negra y en ella se desdibujaban algunas escamas rugosas que nada tenían que ver con las brillantes escamas de los dragones.

Momo también vio esto y retrocedió en el suelo asustada, chocando su espalda contra el atril donde exponía su espada. 

"Es un demonio"– pensó acertadamente.– "Tal y como dijo Uwabami-san..."

Instintivamente, tomó su arma y la empuñó en alto, mas sus manos temblaron incluso cuando las cortinas dejaron de moverse y la carpa volvió a sumirse en la oscuridad. Si esa chica a la que habían enviado a asesinarla era un demonio, las conjeturas que había compartido con el general Aizawa y con Iida no podían ser más acertadas.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora