Dragon king (KATSUDEKU)

Capítulo 64

Capítulo 64: la audiencia

Dos semanas antes

Izuku y los demás atravesaron el mar que separaba la Isla de Fuego del reino de Shiketsu. El viaje no fue muy largo gracias a que los dragones volaban a gran velocidad, así que no tardaron en divisar la costa del país que en un breve periodo de tiempo se convertiría en un inmenso campo de batalla. 

Inicialmente, el destino del grupo eran las planicies del norte del reino, lugar más que probable para ser el epicentro de las batallas debido a la cercanía de las planicies con las fronteras de Kamino y Usagi, pero el pecoso tenía otros planes y cuando los compartió con el resto del grupo, todos se quedaron boquiabiertos.

Y no era para menos, pues lo que el escriba real proponía era irrumpir en Ketsubutsu, la capital de Shiketsu, y tener una audiencia con la reina Ms Joke en persona.

– Midoriya... ¡Eso es una locura!– espetó Kirishima.- ¡Ni siquiera el Bakubro sería tan imprudente!

Todos los miembros del grupo se encontraban al rededor de un fuego en la playa a la que habían llegado tras largas horas de vuelo. Estaban agotados y somnolientos, pero la propuestas del peliverde los había sorprendido a todos, tanto, que el sueño había desaparecido de sus cuerpos a la velocidad de la luz. 

– Kirishima tiene razón.– secundó Mirio.– Sois de Yuei y nosotros somos dragones... Está claro que no seremos bien recibidos.

– Después de todo... Yuei es uno de los reinos que les ha declarado la guerra y nosotros... Bueno, los dragones somos los malos desde siempre.– puntualizó Nejire con pesar.

Midoriya los escuchó atentamente, aceptando la reticencia de los tres dragones que habían tenido a la muerta demasiado cerca demasiadas veces. Pero eso no cambiaría su forma de ver las cosas.

Esta vez no

– Los ejércitos de Yuei y Kamino aún tardarán en atravesar la frontera... E-Eso nos daría tiempo de sobra para poder crear una contraofensiva.– se explicó.– Nuestro objetivo es derrotar a los demonios y si es posible, erradicar a All for One... Pero... ¿Qué pasa con las consecuencias? – inquirió con la mirada gacha.– Los dragones pueden enfrentarse a los demonios... Pero los humanos... ¿D-De verdad estamos dispuestos a asumir tantos sacrificios?

Al otro lado del círculo, Kendo apretó los puños y asintió levemente con la cabeza. Ella entendía y compartía el punto de vista de Midoriya.

– Pero, ¿cómo podemos evitar que haya muertes sin sentido yendo a ver a esa reina? – cuestionó Kaminari seriamente.– No sabemos si su gente realmente atacó o no esos pueblos... Y aunque fueran inocentes... Lo único que lograremos al ir será nuestra propia muerte. ¡Nos cortarán la cabeza! – exclamó haciendo un gesto de corte en su cuello varias veces con la mano.

El silencio se adueñó del grupo e Izuku, ahora incapaz de calmar sus emociones agarrando con fuerza la magatama de Katsuki, cerró los puños sobre las rodillas y alzó la mirada sin miedo.

– Kaminari-kun... Todos... No os preocupéis.– rogó inclinando la cabeza en señal de súplica.– Mientras consigamos llegar a la capital, yo me encargaré del resto... Así que, por favor... Solo os pido que confiéis en mí una vez más...

Una extraña aura envolvía a Midoriya y eso no dejó indiferente a nadie pues desde que tomó la decisión de dejar atrás a Katsuki, el pecoso se había vuelto más serio y calculador. No había perdido su toque inocente ni su miedo a expresar su opinión, pero quizá su forma de pensar y de actuar sí estaban cambiando como consecuencia del peso que desde ahora llevaba sobre los hombros... Por eso nadie se atrevió a negarse a aceptar el plan que les proponía.