Capítulo 76

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Capítulo 76: la transformación

Un estallido ensordecedor resonó en todo el campo de batalla, sacudiendo la tierra y enviando ondas de choque a diestra y siniestra que estremecieron a todos los presentes en aquella planicie de Shiketsu. El cráter, que antes había sido el epicentro de la explosión creada por la One For All, volvió a cobrar protagonismo mientras la tierra se resquebrajaba a su alrededor. En medio del caos y la destrucción, algo terrible y sobrenatural estaba tomando lugar.

Envuelto en un denso miasma negro, la verdadera forma del rey de los demonios se manifestó frente a todos. Una figura imponente se alzaba, tan alta como una montaña, con un cuerpo corpulento y una piel oscura que parecía absorber toda la luz. Sus ojos amarillos brillaban con una intensidad malévola, transmitiendo una sensación de poder indescriptible y un miedo capaz de paralizar hasta al más bravo guerrero.

En el pecho de la gigantesca figura demoníaca, aún estaba incrustada la espada que Izuku le había clavado con valentía. Sin embargo, el arma parecía ahora un simple mondadientes comparada con el tamaño que había adquirido el ser oscuro.

Aquella escena dejó a todos los presentes, tanto humanos como demonios, sin aliento, incapaces de apartar la mirada de tan majestuosa y aterradora imagen, llenándose los corazones de todos de asombro y temor ante la descomunal figura que se erguía frente a ellos.

Las batallas se detuvieron, las armas de muchos soldados humanos cayeron al suelo y los combatientes observaron, impresionados, la temible figura del rey de los demonios. Era una advertencia de la inmensidad de la amenaza que enfrentaban y la certeza de que la lucha por la supervivencia y la libertad del Continente sería más desafiante de lo que jamás habían imaginado. Quizá, imposible.

El rey de los demonios se alzó en toda su magnificencia, elevándose por encima de los demás seres que luchaban en aquel sangriento campo de batalla. Su presencia parecía dominar el espacio a su alrededor, eclipsando a todo aquel que, en un acto de estupidez, se atreviera a desafiarlo. 

Pero en ese lugar, aún había un estúpido dragón con mal genio dispuesto a hacerle frente.

• • •

Minutos antes, cuando Eijirou había dado tiempo a Katsuki y a los otros dos dragones para que se marcharan, el de dientes filosos se dispuso a combatir contra el príncipe endemoniando.

Shoto habría preferido enfrentarse a Katsuki, pero aquel pelirrojo era también un dragón, por lo que no estaba del todo insatisfecho.

El aire se llenó así con el choque de las armas del príncipe y el crujir del hielo fundiéndose bajo el calor abrasador.

Kirishima se mantenía firme, usando su habilidad de endurecimiento para protegerse de los ataques de Shoto. Su cuerpo se había convertido en una armadura sólida y resistente, permitiéndole soportar los embates de las espadas con determinación y valentía a pesar de no poder transformarse completamente en dragón debido a las posibles consecuencias que las historias decían que pagaría su destinado.

Por ello, y a pesar del ímpetu de Shoto, Eijirou no cedía terreno y contraatacaba sin contenerse. Aquel príncipe había perdido la cabeza, la magia negra lo había vuelto loco, tanto como para intentar matar a Midoriya, tanto como para herir a Denki sin motivo...

El rostro del dragón reflejaba repulsión mientras mantenía su postura defensiva, buscando una oportunidad para dejar fuera de combate al bicolor. Sabía que el príncipe no era enteramente culpable de lo que hacía en esos momentos, pero él no podía rendirse. Si lo hacía, el siguiente objetivo de Todoroki no sería otro que ir tras el Bakubro.

Pero, entonces, en medio del combate, la princesa Yaoyoruzu, esposa de Shoto, se unió a la escena. Su armadura estaba desgarrada y su cara llena de sangre, dotándole de un aspeco aterrador.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora