Capítulo 80: nuestro tiempo
Después de la reunión del Consejo, Midoriya, Bakugou, Sero y Mina se dirigieron a la carpa médica para verificar el estado de Denki. Afortunadamente, el rubio había despertado y los recibió con una gran sonrisa desde su cama, emocionado por contrastar las noticias que Kirishima le había contado.
– ¡¿E-Eres un dragón?! – exclamó emocionado e incapaz de contenerse.– ¡¿Vuelas y escupes fuego como ellos?! ¡¿Tienes cuernos y te crecen escamas?!
Izuku asintió y sonrió nervioso ante la comprensible excitación de su amigo. Él se había perdido la gran batalla y le había pedido a Kirsishima que le contase todo con pelos y señales, pero luego la expresión del pecoso se entristeció al darse cuenta de que, pese a la vitalidad y entusiasmo que desprendía Denki, sus piernas no respondían.
Al notarlo, Kaminari le restó importancia al problema.
– Eri-chan lo arreglará.– aseguró el mago con una sonrisa.– Es la mejor sanadora del mundo. ¡Será pan comido!
Sin embargo, las miradas indignadas de los médicos en la carpa evidenciaron su incredulidad ante tal afirmación.
– Aún no consigo entenderlo.– terció Eijirou.– ¿Cómo es posible que ahora seas como nosotros? ¿Cómo puedes estar bien después de que Bakugou se haya transformado en dragón mientras estás vivo?
Sero planteó la posibilidad de que las historias sobre las consecuencias de la transformación en dragón fueran falsas, pero nadie allí estaba en condiciones de confirmar o desmentir nada... Nadie salvo Izuku.
El pecoso desvió la mirada hacia el suelo, sintiendo los ojos de todos sus amigos clavados sobre él. Puede que hubiera llegado el momento de revelarles la verdad, pero ciertamente se sentía incómodo al hablar de ese tema en ese lugar.
– Yo...
Sin embargo, antes de que pudiera responder o comenzar con su explicación, Katsuki le tomó por el brazo y lo arrastró a regañadiente y bajo la sorprendida mirada de todos a la nueva carpa que les habían asignado.
Al entrar, Bakugou soltó al pecoso y se puso de espaldas, con una expresión seria en su rostro y los brazos cruzados. Durante todo el camino hacia allí, el dragón había desoído las palabras de Midoriya y su insistencia para que le soltara, y ahora, sin embargo, lo había liberado sin ningún tipo de pudor.
– Habla.– ordenó el ojirubí con voz fría.
Izuku, sintiendo la tensión en el ambiente, abrazó a Katsuki por la espalda, sin pensar, tratando de calmarlo. Katsuki permaneció inmóvil, sintiendo el cuerpo de Midoriya totalmente pegado al suyo.
– Realmente... ¿eso es lo que quieres? – cuestionó el peliverde.– ¿Quieres... saber la vedad?
El mucacho apretó sus brazos entorno al pecho de Katsuki, haciendo fuerza mientras apoyaba su cabeza en su espalda. No quería hablar del tema. Si pudiera, nunca querría enfrentarse a ello... Y mucho menos ahora. Ese era el primer momento para ellos solos desde que la batalla había terminado. La primera vez que volvían a sentirte el uno al otro, a salvo, tranquilos...
Sin embargo, antes de que pudiera sumergirse por completo en ese momento íntimo, Katsuki detuvo sus manos de manera brusca y se apartó de él.
– Sí, quiero saberlo.– espetó el rey de los dragones.– Necesito jodidamente saberlo ya, aquí y ahora.
Los ojos de Bakugou estaban llenos de inquietud y preocupación, pues su mirada buscaba respuestas que solo Izuku podía proporcionarle. Quería conocer la verdad, entender cómo era posible que Izuku estuviera indemne, ileso, después de haberse él transformado en un dragón. Y, por supuesto, saber por qué narices se había vuelto un dragón él también. Aunque tenía ciertas sospechas ya... Esa confusión y la necesidad de respuestas lo llevaban atormentando desde el final de la batalla, mezclándose con el miedo de que su propia transformación hubiera tenido consecuencias irreparables en su destinado.
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Dragon king (KATSUDEKU)
FanfictionEl reino de Yuei es asediado por aterradores dragones, pero el príncipe Shoto está dispuesto a acabar con todos ellos para así deshacerse de las bestias que atemorizan a su pueblo. Junto al escriba real, el asustadizo Midoriya Izuku, emprende un via...