Capítulo 67: la llegada
Mientras surcaban los cielos en penumbra, el silencio imperó entre los tres humanos que iban a lomos del dragón Kirishima.
Momo miraba a la nada, arropada por la capa de Midoriya, Inasa la miraba a ella con aire de sospecha y el pecoso mantenía la cabeza gacha, envuelto en sus propias cavilaciones.
Tras haber rescatado a la princesa de la garras de un demonio, debería sentirse aliviado y orgulloso, pero en cambio, un lúgubre malestar se había asentado en su pecho, como si así quisiera recordarle que había dejado algo a medias.
– Princesa... – musitó finalmente después de reflexionar mucho sobre lo que iba a decir.– ¿Cómo... Cómo se encuentra el príncipe?
Yaoyoruzu fijó la vista entonces sobre el pecoso y se sorprendió al escuchar aquel tono de voz inseguro y vacilante, propio del Midoriya Izuku que conocía y no del que había matado a un demonio a sangre fría escasos momentos atrás.
No obstante, la pregunta en sí hizo que se formase un nudo en la garganta de la pelinegra y desvió la mirada hacia un lado al tiempo que apretaba los puños bajo la capa.
– Él... No ha estado bien.– admitió.– Desde que os separasteis en Ignis, Todoroki-san te estuvo buscando por todas partes... Primero para rescatarte y después de enfrentarse al dragón de ojos rubí... para vengarte...
Izuku respiró profundamente, culpándose a sí mismo. Él sabía todo aquello y se arrepentía profundamente de no haberle explicado al bicolor lo que ocurría cuando se topó con él en la cueva donde había descubierto a Kacchan malherido. El dragón le había repetido una y mil veces que intentar mediar palabra con Shoto entonces habría sido inútil, pero el seguía pensando de forma diferente, él creía que su amigo le habría escuchado, y que pese a considerar como enemigos a los dragones, Todoroki-kun habría sido capaz de razonar y de escucharlos.
Pero ahora... Después de su enfrentamiento con Kacchan y del encontronazo con Kirishima en Taiyaki, Izuku no las tenía todas consigo.
– Sé que tendría que haberle explicado todo cuanto tuve la oportunidad.– murmuró el escriba real.– Todo es mi culpa, Alteza.– dicho esto, agachó la cabeza en señal de disculpa frente a la princesa.
– Midoriya, no, por favor.– rogó Momo tomándole de la mano, negando con la cabeza mientras le brindaba una sonrisa abatida.– También es mi culpa... No he sabido ayudarle cuando más lo necesitaba y ahora él...– la voz de Momo se quebró y ella cerró los ojos, angustiada por las emociones que sentía. Por la culpa, el miedo y el dolor que le afligían.– Le he perdido, Midoriya.– sollozó.–- Ya no me escucha, no confía en mí... Ahora parece que solo Dabi es digno de su confianza y después de esta noche, sé que Todoroki-san está en peligro y que yo no puedo hacer nada, nada de nada...
En tanto que la princesa se hundía en la amargura entre lágrimas, Izuku sintió que su corazón se detenía.
¿Desde cuándo Todoroki-kun había depositado su confianza en Dabi?
El heterocrómido jamás había sido cercano a él. Es más, cierto desdén silencioso por parte del caballero había imperado siempre entre ambos... Pero a Midoriya le preocupaba algo mucho más allá de eso.
La conexión que había entre Dabi y los demonios era real. Lo sabía desde que escuchó su conversación con Shigaraki en el campamento de Yuei la noche en la que conoció a Kacchan y lo comprobó por segunda vez aquel día que lo descubrió dándole ordenes a los demonios en un callejón de la capital de Usagi.
Sir Dabi... Dabi era peligroso, muy peligroso, y el mayor deseo de Izuku cuando se habían escabullido en el campamento esa misma noche era advertir al príncipe y a los suyos de que lo mejor era mantenerlo vigilado a él y a sus subordinados, los cuales podían ser perfectamente demonios disfrazados.
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Dragon king (KATSUDEKU)
FanfictionEl reino de Yuei es asediado por aterradores dragones, pero el príncipe Shoto está dispuesto a acabar con todos ellos para así deshacerse de las bestias que atemorizan a su pueblo. Junto al escriba real, el asustadizo Midoriya Izuku, emprende un via...