Capítulo 5

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Capítulo 5: Historia

Los ojos del rubio cenizo se clavaron como puñales sobre Midoriya y éste agachó la cabeza al sentir aquella presión sobre él.

Su corazón volvía a desbocarse y nuevamente, su pecho se contraía, pero creyó firmemente que esto se debía al miedo a ser tomado por loco o a la predecible y violenta reacción del desconocido.

Sin embargo, Katsuki no respondió con gritos o amenazas. Tampoco lo increpó, gruñó o le desafió enseñándole los dientes. En cualquier otra situación, el dragón habría creído que ese humano enclenque y con pecas se estaba riendo de él, de su pueblo y de su gente... que le menospreciaba o que solo estaba jugando... pero no era así. No conseguía comprender por qué lo sabía, de verdad que no, por lo que el ojirubí se limitó a suspirar y a apoyar la cabeza una vez más sobre la pared rocosa.

- ¿Cómo te llamas?.- inquirió sin mirarle, haciendo que Izuku se sorprendiera por la tranquilidad con la que hablaba.- Tendrás un nombre de mierda, ¿no?.

El peliverde se lo pensó dos veces antes de contestar, tratando de disimular la extraña sensación que recorría su cuerpo cada vez que escuchaba su voz.

- Midoriya... Midoriya Izuku. ¿Y tú...?.

- Bakugou Katsuki.

Los dragones también tenían apellidos, eso fue lo primero que se le pasó por la cabeza. Quizá debería apuntarlo en su cuaderno de inmediato.

- ¿Puedo llamarte Kacchan?.

Katsuki gesticuló una mueca grotescas que el peliverde interpretó como lo que era, una negativa absoluta.

- ¿Qué clase de nombre es ese?.- se quejó el rubio, volviendo a escanear a Izuku de arriba abajo.- Da asco.- argumentó, y al ver cómo el otro juntaba las manos y lo miraba como un cachorro lloroso, una vena cruzó su sien a pesar de notar cómo los latidos de su corazón retumbaban.- No.

- ¿Por qué no?.- cuestionó el peliverde, sentado de rodillas frente a él.- Te he salvado la vida. Somos lo suficientemente cercanos como para tener apodos.

Midoriya quería acercarse a él y ganarse su confianza. Quería que Katsuki se abriera a él, que le contase todo lo que sabía sobre los dragones... No estaba seguro de si la estrategia que estaba utilizando sería la más acertada, pero de una forma u otra, quería entablar amistad con él a cualquier costo.

Bakugou arrugó la nariz al ver en las esmeraldas ajenas un brillo emocionado. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de a dónde quería ir a parar el único humano en el mundo capaz de querer hablar con un dragón o de compartir espacio con uno sin atacarlo o salir corriendo. Era un espécimen único, su curiosidad y ansias por aprender le conferían incluso cierta ternura, y quizá por eso su compañía no se le hacía molesta del todo.

Después de todo, muchos siglos atrás, las historias contaban que hubo un humano tan insensato como él, uno dispuesto a vivir con los dragones y a aprenderlo todo sobre ellos.

- Entonces, tú serás Deku.- anunció con indiferencia.

Izuku le miró sin entender.

- ¿Qué significa?.

No conocía esa palabra y su interés por saber qué podría ser hacía que sintiese un ligero cosquilleo en los dedos. ¿Podía ser una palabra en lengua de dragón?. No sabía qué decir. Realmente se sentía honrado por recibir un nombre draconiano por parte del rubio.

Katsuki, por otro lado, esbozó una sonrisa torcida.

- Inútil.

El pecoso dejó caer la mandíbula debido a la sorpresa y en cierto modo, a la decepción.

Dragon king (KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora