Enamorado del hijo de mi enemigo☂// Cinco x T/N🏳️‍🌈// Terminada

~Cincuenta y dos~

Cinco estaba pensando en un lugar dónde podía estar solo y tranquilo con el menor, y así fue, aparecieron en una habitación cerrada con código que se coloca desde afuera, dentro de la academia Umbrella.

--¿¡Que demonios te pasa imbécil!?-- pregunto el castaño fuera de control intentando romper aquella puerta de hierro puro.-- ¡Sácame de aquí! ¡Sácame de aquí!-- comenzó a gritar como si entrara en pánico.

Sus traumas volvieron como cachorro a su amo, el miedo de volver a permanecer encerrado era demasiado, podía llegar a cometer una locura con tal de salirse de esa situación.

El ojiverde se acerco a él y le mostró la libreta donde tenia anotado el código.

--¿Quieres tranquilizarte?-- le pregunto agachandose a su altura, ya que por el pánico que tenía se deslizo hasta quedar sentado en el suelo y recostado por una de las paredes.

--¿Que demonios  te pasa?... ¿Acaso te quieres aprovecharte de mi en este lugar?...-- pregunto con odio en sus palabras, pero en ningún momento levanto su vista apagada del suelo.-- ¿Acaso me tendrás aquí encerrado para ser tu perra cuando se te dé la gana?--.

Cinco al escuchar esas palabras suspiro profundamente y se sento frente a él, intento mantener la calma por más de que aquellas palabras que soltaba el menor, le dolieran en el alma.

--Tu tienes el arma. Podrías matarme en cualquier momento, así que no tengo ni idea de porque me temes tanto-- confeso logrando que el menor lo mirará apretando el cúter en su mano.-- _______.... Hay cosas que quiero decirte, pero no lo hare si no estas dispuesto a escucharme... Pero quiero que sepas esto, si es que enserio vas a matarme....-- hace silencio un momento-- Yo te a...-- antes de que pudiera acabar, número ocho salto encima suyo provocando que Cinco quedara abajo con la boca tapada por sus manos.

--¡No te atrevas a acabar eso!.... ¿¡Como puedes decirlo asi nada más? ¿Cómo puedes pretender que te escuché cuando nisiquiera te importa todo lo que eh pasado desde que me dejaste luego de acostarte conmigo!?-- le grito sintiendo un gran nudo en la garganta.-- ¿¡Es que acaso no lo sabes!?.... ¿¡Es que eres gilipollas!?-- continuo gritando, pero esta vez se alejo del ojiverde y se sento nuevamente recostandose contra la pared.

--Yo... La verdad es que si se por lo que haz pasado-- murmuro con un poco tristeza-- si, soy un idiota... Un cobarde, un... Gilipollas, puedo ser todo lo que tu quieras que sea, pero eso no cambia lo que siento por ti...-- se muerde el labio-- Intente decirtelo, pero tenía miedo de como acabarias--.

--¡Oh! Vaya! El papel de héroe que tanto dije que odiaba. Sabes que odio las mentiras maldito imbécil-- contraataco con sus ojitos cristalinos, no aguantaba pelear contra Cinco, miles de veces ensayo y práctico ese escenario, pero es muy diferente cuando lo vives en carne propia, cuando tus emociones te traicionan y tu corazón comienza a doler.

--¡No es el papel de héroe! ¡Tu más que nadie sabe que odio ese papel! ¡Pero tampoco podía dejar que te quedaras involucrado en esto! ¡No podía dejar que estuvieras en medio de este caos!-- le grito ya harto de su actitud de niño inmaduro e infantil.

--¡¿Y por eso recurriste a lastimarme aún mas profundamente!? ¿¡Que te costaba agarrar tus malditas porquerías y solo largarte!?-- le respondió número ocho.-- ¡Desearía nunca haberte conocido! ¡Desearía nunca haberte besado! ¡Y mucho menos haber accedido a acostarme contigo!.... Despues de todo... Eres igual a todos los otros idiotas...-- lo último lo murmuro con tanto dolor, que termino por quebrar por completo el corazón del ojiverde.

Esté se quedo en silencio y se levanto del suelo, le lanzo la libreta con el código para que se largara, y se fue a un rincón.

--Largate _______-- ordeno con un tono más frío que de costumbre.

--Lo iba a hacer, incluso si no me lo pedías-- respondió con el mismo tono agarrando aquella libreta y buscando el código, pero la pregunta era, ¿Como demonios colocaba el código si él estaba en la parte de adentro?. Suspiro levemente y comenzo a usar los poderes que le habia robado a Klaus.

Como vio a uno de los fantasmas, le pidio ayuda para que colocará aquel código, cuando lo hizo y pudo abrir la puerta, volteo la mirada a aquél ojiverde que seguía dandole la espalda.

Suspiro profundo y salio de aquella habitación, pero cuando salió, la puerta se cerro y una luz roja ilumino el lugar completo, no pudo evitar correr hacia la ventanilla de la puerta y comenzar a golpearle a Cinco para que saliera de allí, mientras intentaba abrir la puerta desde afuera con mucha desesperación.

--¡¡Cinco!! ¡¡Sal de ahí!! ¡¿O acaso quiere  morir primero asfixiado y luego rostizado!?-- le grito al ver como la habitación tomaba forma, era una habitación para aniquilar gente, ¿Como demonios sacaría al ojiverde de allí?-- Demonios, no quedaran nisiquiera tus huesos imbécil, justo en esta habitación tenías que entrar...--.

Vio como el aire de aquella habitación se volvía tóxico, para ser más claros, unos pequeños agujeros que habia en el techo comenzaron a largar un tipo de veneno que era letal para cualquiera que los Inhalara por mucho tiempo.

--Demonios, ¿Que se supone que debo hacer?-- le pregunto al fantasma quien le entrego nuevamente la libreta de Cinco.

________ comenzo a hojear para sacar información de aquella habitación, pero mientras investigaba miraba a número Cinco quien ya estaba inconsciente en el suelo de tanto q inhaló aquel aire tan tóxico.
Se apresuro y busco el botón oculto entre aquel largo pasillo. Cuando lo encontró, lo presionó y fue corriendo a la habitación tóxica. El aire se limpio rápidamente, y la puerta se abrió de par en par.

Número ocho entro corriendo y tomo al ojiverde entre sus brazo, le tomo el pulso, y al ver que estaba muy débil,lo cargo entre sus brazos y dio un brinco en el tiempo para asi aparecer en un hospital, pidio auxilio; los medicos lo socorrieron de inmediato, pero Cinco entro a la sala de emergencias, al parecer estaba más grave de lo que se imaginaba.

«Sobrevive, maldito bastardo.... Solo yo tengo el derecho a quitarte la vida»

Pensaba mientras se sentaba a esperar a que los medicos acabaran y le informaran del asunto.