Cuando _______ entro a la academia, millones de recuerdos comenzaron a dar vueltas por su mente, extrañaba tanto a Mr. Reginald, a Pogo y a Grace. Es una lastima que los últimos mencionados estén en otro país.
Subió los escalones y se dirigió a la que antes era habitación de número Cinco, al entrar vio sobre la cama una caja de regalo y junto a ella estaba su siguiente nota, pero decia en grande que la abriera luego de ver el regalo.
Abrio la caja y sus ojos se iluminaron, era el traje que tanto le había pedido a número Cinco, un poco más y le suplicaba de rodillas. Se metio al baño y se cambio para así probarse su nuevo traje, se miro al espejo y lágrimas de felicidad cayeron por su rostro, estaba demasiado feliz.
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Agarro la siguiente nota y la abrio para leerla.
«Ya ves, es el traje que tanto insististe para que te comprará, siempre me negué porque pensaba dartelo en un momento especial, hace semanas lo tenia guardado y pensaba en como dartelo. Espero que te quede bien, aunque no importa lo que traigas puesto, cualquier prenda te hace ver como todo un Dios 😍.
Tu siguiente regalo esta sobre la avenida, es el único lugar azul y blanco con un solcito pintado en el medio. Cuando llegues acercate al chico de traje gris, el te dara la siguiente nota»
--Dios mío... ¿Aun hay más regalos? Número Cinco.. habrás gastado una fortuna en todo esto-- murmuro avergonzado mientras caminaba a su siguiente pista.
Al llegar a la avenida comenzo a buscar con su vista el lugar azul y blanco, hasta que vio la heladería, era el único local con la descripción que le dio número Cinco.
Al entrar al local, un chico lo atendió, le dijo que número Cinco habia estado por ahí, y que pidio que le diera exclusivamente ese helado con oreo que el menor tanto deseaba comer.
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Luego le señalo quien era su siguiente pista. Mientras comía, número ocho se acerco a aquel chico de traje gris.
--¡Hola _______! Cuanto tiempo-- lo saludo con una gran sonrisa.
--H-Hola... Disculpe ¿Nos conocemos?-- pregunto un poco confundido ante aquella actitud.
--¿No me recuerdas?-- pregunto haciendo un leve puchero-- ¡Soy Dave! ¿Tan cambiado estoy?-- dijo riendo al ver la cara de asombro del contrario.
--¿Dave?...-- pregunto con los ojos tan grandes que parecían unos pequeños huevos cocidos. Se sento enfrente de éste y lo miro con más atención-- Por amor a los cachorros... ¿Que demonios te paso?-- siguió preguntando sin poder quitarle la vista de encima.
--¿Esa pregunta es buena o mala?-- pregunto aún riendo, le daba mucha gracia la reacción que tuvo número ocho, ¿Es que estaba tan cambiado?
--¡Es que Dios! Antes tenia el cabello negro y ahora esta como si fueras una zanahoria... ¿Tanto te afecto casarte con Hanna?-- le pregunto viendo aquellos tatuajes y cicatrices-- ¿Y esas cicatrices?-- pregunto haciendo un leve puchero.
--Pues... Ya sabes, tuve una pequeña recaída, como cuando nos tenían en aquél lugar...-- murmuro no muy orgulloso de lo que hizo-- Hanna me soporta demasiado, aveces llega a impresionarme las cosas que puede hacer una mujer que te ama de verdad-- dijo con una sonrisa en su rostro.-- ella es increíble, seguramente sin ella, ahora no estaria vivo para entregarte tu siguiente pista--
--Pero...-- antes de que pudiera continuar, Dave le dejo la siguiente nota frente a él-- entonces, ¿Estas feliz con ella Dave?-- pregunto sonriendole.
--¡Lo estoy!... Es increíble, porque la verdad, yo jamás imagine estar con alguien, y mucho menos en una relación. Asi que ya vez, estoy vivo y estoy completamente feliz con ella, no hay nada de que preocuparse-- exclamó esta vez con una sonrisa más amplia y llena de brillo.
--Me alegro mucho por ti-- dijo agarrando la siguiente nota-- a Cinco se le ocurrio hacer un juego, la verdad yo no me lo esperaba, simplemente estaba acostado junto a mi hijo, cuando comenzo el juego. Es extraño, me deja regalos por todas partes y me hace correr a la mitad de la noche por toda la ciudad-- ríe.-- él sabe que amo los juegos, pero aún así, habrá gastado una fortuna en todas estas cosas que me está dando. Creo que no podría pedir un mejor novio-- murmuro con un gran sonrojo, estaba muy orgulloso de la persona que es el ojiverde, la verdad no se arrepentia ni un segundo en haberle dado otra oportunidad aquel día.
--Disfrutalo mucho número ocho. Nunca sabes cuándo se puede derrumbar el imperio-- murmuro sonriendo. ________ estaba por preguntar a que se refería, pero antes de que pudiera hacerlo, Dave se levanto y se despidió sin darle tiempo de responder nada. Simplemente se fue.
--¿Debería preocuparme?-- le pregunto a Ben, quien había oído solo la última parte.
--Todo estara bien, tu solo disfruta de tu cita-- dijo Ben señalando la nota.
_______ sonrio levemente y abrio la nota para comenzar a leerla.
«Espero que te haya gustado el postre. No te preocupes, ya falta poco para que nos veamos!.
Ve a casa, hay unas cosas esperando por ti.»
Número ocho guardo la nota junto a las demás y se dirigió a su casa, cuando llego a la entrada vio miles de petalos de rosas formar un camino, el cuál siguio hasta su habitación. Al abrir la puerta, vio miles de fotos colgadas de unos hilos provenientes del techo, todas y cada una de ellas, eran de él junto a número Cinco. La cama se encontraba llena de regalos, cosa que le sorprendió mucho más.
Comenzó a leer todos los papelitos que estaban colgados junto a las fotos, cada uno de ellos lo ponía aún más feliz que el anterior.
«Ni yo se como me enamoré tan rápido, solo llegaste y en un instante ya eras mi todo»
--Todo se ve muy romántico, incluso esas velas aromáticas-- dijo Ben entre risas viendo con felicidad el rostro iluminado de su cuñado.
--Cinco es genial. Es el mejor novio del mundo-- murmuro y recogio la nota que estaba en el suelo, no sin antes hechar un vistazo a todos los regalos que había sobre la cama.
«Última pista mi amor. Espero que hayas disfrutado de cada uno de estos regalos. Ahora, es momento de tu último obsequio, también dara comienzo a nuestras verdadera Cita. Ven a encontrarme en el lago donde fuimos a nuestra primera cita, al mirador donde observamos las estrellas»
