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Al día de clase siguiente, Mía se había ido con un humor bastante animado, tal pareciera que le había sentado bien todo el asunto del video, la platica con el sensei Lawrence, los mensajes y charla fallida con Miguel... aunque eso turbaba un poquito su mente, empezaba a mentalizarse que quizá era mejor dejar así las cosas con él. O quizá era cosa de esperar.
Cuando llegaron a la escuela, Demetri se veía un poco avergonzado con su amiga, después de todo él había grabado parte de lo que había pasado, y como le había dado su merecido a esos malandrines. Video del que ahora ella sabía por Miguel y el sensei; el ojiverde sabía que su bestie era algo... delicada con ese tema de su pasado. Por lo mientras, él tenía la corazonada de que, hasta ahí había llegado su virilidad. Mía enojada era un punto en contra de la humanidad. Así que, en cuanto la vio llegar a la escuela, se puso más pálido de lo que era de por sí.

- Hola... Mía...- saludó, tímido. Intimidado por los enormes y brillantes ojos marrón de Hawtorne
- bestie... tú... grabaste un video del día que nos intentaron asaltar?
-.... - el ojiverde estaba que se desmoronaba del miedo, más ahora que sabía el alcance de la "maldad" de Hawtorne, quien permanecía parada frente a él, en una pose de superheroe, con las manos a la cintura, mientras hacía pequeños girones con sus pies.
- Mia, perdón... es que fue tan asombroso todo, y te movias de una forma que realmente imponía... casi casi parecías una superheroína y... -
- y no tienes la maldita idea de cuanto te lo agradezco...- empezó a decirl Mía.-
- espera... qué me acabas de decir?
- ya me oíste, Dem. Gracias...
- Hawtorne, creo que escuchar tanta música retro ya te está afectando la cabeza. Por que no te estoy entendiendo
- Hablo de que, gracias a ti y tu aparente vena periodística... reviví cosas que no pensé volver a sentir o experimentar. Que ya estaba olvidando que podía ofrecer...
- de qué hablas?
- importa? Me siento mejor, ojos de chícharo. Qué más da?- finalizó ella con una sonrisa enorme, para acabar abrazando a su bestie.
- Mia...
- antes solo eran mi papá o Mau quienes... me decían cosas así. Que creían en mi, saben?
- entonces...
- de no haber sido por tu video, Demetri... no hubiera recordado lo que era sentir eso
- no estás sola, Hawtorne. Y tú lo sabes... no entiendo porque aún no te queda claro...- regañó Eli
- significa que no estás molesta? - insistía Demetri
- muchas veces quiero ahorcarte hasta que se te boten los ojos... pero definitivamente eres... digo, son lo máximo- les dijo la morena con una sonrisa, abrazando a los 3 chicos.

Definitivamente para Mia, ellos 3 eran lo mejor que le había pasado desde que llegó a Resseda, o más bien, desde que Miguel había llegado a su vida y haberla tratado bien desde el momento 1.

Había pasado una semana desde todo lo que había pasado desde el intento de asalto, el video, las pláticas... todo. Miguel había insistido en que Mía se uniera a cobra kai; después de todo, ella tenía más de lo que se necesitaba para pertenecer a los cobras, fácilmente le partiría el alma a los que estaban yendo, pero por más que insistía, aunque al final había sido en vano, Mía se mantenía firme al hecho de que ella no quería volver a despertar ese lado de su ser. Que lo pensaría.
Era sábado, y Mía se había quedado sola en casa, Eli y Miguel habían ido al dojo, Demetri tenía dentista, así que... una escapada no era en lo más mínimo de posible. Aunque estaba acostumbrada, Mía odiaba salir sola al centro comercial o al parque o cosa parecida; le daba malos recuerdos, o al menos en parte.
Se había quedado en modo "dominguero", con su playera de la selección mexicana de fútbol, que le quedaba lo suficientemente grande para pasar por un bluson o un camisón, varios botes de pringles, y una de sus películas favoritas

In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora