In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)

23

Mía volvía a la escuela y a la fiesta en búsqueda de sus amigos, si es que acaso seguían ahi; o si debía ir buscándose un Uber para volver a casa.
-Hey! Moulin Rogue latina... - la llamó una voz masculina sobre el pasillo
-se... señor Lawrence?
- vas a Resseda?
- si, por...
- vamonos, niña. Llevare a Miguel y... él no deja de preguntar por ti
- yo... ya voy.

Todo el camino fue en absoluto silencio, excepto por los quejidos de Miguel, quien viajaba recostado en el asiento trasero mientras su cabeza reposaba en las piernas de Mía. Ella todo lo que hacía era decirle una y mil veces que el estaría bien, que ella lo iba a cuidar y siendo ahora ella quien se disculpaba montones de veces. Ver al trigueño malherido le movía demasiados recuerdos dolorosos.

- y... ustedes dos... son novios o algo así?
-... no, señor Lawrence. Miggy es mi amigo... y nada mas- respondió ella un poco triste a ese hecho. Ella sentía cosas por el latino, aunque al parecer no eran correspondidas del mismo modo.
- ya veo, aunque él te gusta, no es así?
- tanto se ve? Digo... yo no...
- es obvio, niña. Es el único chico que se a acercado a ti desde que tú llegaste aquí hace año y medio. Si, también me se la historia de tus nexos con el bajo mundo en México. Tú piensas que todos se tragaron el cuento de la transferencia laboral, pero no. Son más de los que piensas los que sabemos la verdad, o al menos una parte de ella. Se reivindicaron, salvaron sus traseros y acabaron en Resseda.  Vayabaventura, eh?- le explicaba el mayor, mientras conducía.
- pues... para qué negar lo que aparentemente ya no es ningún secreto, no?
-y... no me digas señor. Tampoco soy tan anciano. - respondió Johnny secamente
- entonces....-empezó Mía, algo dudosa
- también dime sensei, como Miguel.
-pero si yo ni siquiera...
- descuida... Mía, cierto?
- ... si...
- como fue que conociste a Diaz?
- su primer día de clase aquí, yo venía caminando a la escuela, me alcanzó en su bicicleta, queriendo sacarme plática, resultó ir en mi misma clase en todas las materias, después... pasó lo del pepto y su auto y... lo ayudé a encubrir lo que había pasado. Desde ahí empezamos a llevarnos mejor...- relataba Mía, mientras jugaba un poco con el cabello de Miguel, cayendo en la cuenta de que el latino se había quedado dormido, producto del cansancio y de los mimos de la joven.
- has hecho demasiado por él para el poco tiempo que llevan conociéndose- dedujo el rubio
- fue el primer chico que se acercó a mi sin miedo, sabe mi historia y ni así se alejó... ha sabido ser mi amigo... sería una tonta si lo dejo ir o dejo que le pase algo por culpa mía, sensei... rayos. Es raro decirle así- comentó Mía, diciendo lo último para si misma especialmente.
- tú no solo lo ves como amigo, Moulin Rogue. O me equivoco?
- shhh lo va a oir- interrumpió la morena, avergonzada
- sigue dormido.... solo verifica que no esté muerto. - indicó Johnny
- nnno. Está... bien. Bueno, lo bien que se puede estar después de esa paliza que le dieron esos salvajes...
- Quieres a Diaz, si o no?
- sensei, yo...
- ...
- a él le gusta otra chica. Eso pasa... 😓 de hecho fue por ella que le pasó esto- comentó Mía, algo resentida con Sam Larusso. El crimen? Ser el objetivo de interés de Miguel
- y tú has hecho alguna jugada?
Mía bajó la mirada y la desvió a un lado, algo triste. Claramente era un no.
- ya veo...
- qué puedo hacer yo? Si es de esas chicas cool con bonitos autos y cuerpos de supermodelo...
- dejar los frinchos es un avance.... - soltó el rubio, observando la complexión de la castaña
- 🙄😒 algo que no implique sacrificar mis pringles y doritos. Porque no figura en mís planes el karate- espetó Hawtorne, seria.
- tampoco esperes que te quieran por esas basuras de la belleza interior y el amor verdadero... créeme que la experiencia me ha enseñado que esto no funciona así.
- ah no?
- no, niña...
Miguel volvía a quejarse, estaba totalmente adolorido; incapaz de quedarse completamente dormido. Mía seguía acurrucandolo y haciéndole cariños mientras le decía que estaría bien y que lo cuidaría.
-Mia...?- preguntaba Miguel, algo adormilado y observandola con los ojos entre cerrados.
- vas a estar bien, Miggy... yo me voy a hacer cargo... - le decía Mía en un susurro mientras jugueteaba un poco con el cabello del trigueño, que estaba todo enmarañado por la capucha del disfraz de calavera.
-Mia...- balbuceaba aturdido
- llegamos- interrumpió el mayor mientras apagaba su auto, bajó rápidamente para después dirigirse a la parte trasera y bajar a Miguel cargando, seguido por Mía, quien estaba más que consternada por el estado de su amigo
- vete a casa Hawtorne, no tengo ánimo ni energía para escuchar el griterío que es a veces tu departamento- ordenó Johnny, serio.
-... en verdad...
- si, las paredes, puertas y vidrios son delgados, se escucha prácticamente todo.  Discuten mucho en tu casa, no?
- si, algo así... - explicó Mía, algo triste ante ese hecho
- ... lo siento mucho, Mía. Aunque me he dado cuenta de algo, eres ruda. Tienes mucho potencial para explotar...
-sensei, hablo en serio. No pienso tomar karate... tengo... problemas con eso. No quiero hablar del tema, bien?
- de acuerdo... yo me encargo de Miguel, bien? Ahora, a dormir, ratón de biblioteca...

Al llegar a su departamento, Mía fue recibida por su madre, y un largo interrogatorio donde le exigió los pormenores de la fiesta, qué había comido y con quienes había convivido, todo mientras ella intentaba omitir elndetalle de que su amigo había sido tremendamente apaleado por sus bullys de siempre.

- Y Miguel?
- nos despedimos en la escalera- se apresuró a mentir
- pensé que te vendría a dejar, como vino por ti antes...
- no hizo falta, mamá. Yo le dije que no hacía falta.
- qué bueno, no puedes distraerte ni cosa parecida. Al menos no así, debes tener tu edu...
- si, como prioridad. Yo lo sé  mamá. 🙄
- que bueno que lo sepas. Es como siempre te he dicho, algo puede gustarte pero no significa que lo debas tener.
- es necesario el clasismo Enel discurso?
- no digas eso, Mía... no es así...
- si, si es así. Mamá reacciona! Ya no estamos en México y mucho menos en ese mundo de opulencia al que nos acostumbramos! Tenemos que acoplarnos a lo que hay, estamos aquí y estamos bien! Yo me siento bien estando aquí...
- lo dices por ese muchachito, verdad?
- no... en parte... aquí tengo amigos, de los de verdad! No tengo que aparentar nada con ellos... y si, quizá para ellos sea algo así como "la amiga rica" pero eso no es lo que les importa, me divertí tanto con ellos hoy... me sentí viva, mamá.
- Mía...
- sabes que? No importa. Déjalo así, me siento bien; y empiezo a estar feliz en California, como si ni papá ni Mau se hubieran ido... - espetó Mía, para después irse a su cuarto y disponerse a mensajer con sus amigos y saber qué había sido del nigromante y el cirujano.