In Your Arms (Miguel Diaz/Cobra kai)

87

- habiendo más dojos en el valle... y precisamente este 😪 bueno... por lo que veo habrá nuevos rostros por aquí. Y conocidos hasta eso!- empezó Mía, sonando más como resignada, pero a la vez, serena. A final de cuentas, no tenían la culpa de nada- hola chicos! Bienvenidos... supongo...
- Ow... Mía, verdad?- empezó a rememorar un chico de tez morena que Mía identificaba por el incidente del centro comercial
- qué pasa? Y tu secuaz? Está cumpliendo alguna diligenciade Schreder?- interrumpió Demetri, claramente sorprendido, y hasta indignado
- Demetri...- lo reprendió Mía por lo bajo.
- qué?! Tú sabes en qué andanzas estaban... - se defendió el azabache
- no tienen qué hacer aquí, un cobra kaisiempre lo es... y saben como son- atacó Robby
- chicos, es suficiente- interfirió Mía, ya fastidiada de las actitudes que estaban teniendo sus amigos hacia los nuevos chicos, aunque también algo dolida de lo que había dicho el rubio
- Mía... lo siento, linda yo no...- se disculpaba el rubio
- no, si sabias lo que decías... y el que hayamos terminado no significa que esté tan moralmente quebrado como... sabes que? Olvídalo.- seguía Mía
- chicos... puedo ayudarlos en algo?- saludó Daniel, aunque quedándose callado al percatarse de la tensión que se sentía entre los chicos- qué sucede?
- sucede que ellos...- empezó Demetri, aunque, también guardó silencio al sentir la mirada inquisitoria de la morena
- estamos apenados por lo que sucedió... y queriamos... bueno, disculparnos. Nos dejamos influenciar y...- empezó el chico más corpulento, que después Mía recordó haber oído que se llamaba Chris
- y que queremos aprender karate... de el bueno- añadió un chico más bajito, de ojos rasgados, comentario al que Daniel los miró primero con algo de duda, pero después  comprensivo, accediendo.

-lo ven? No entiendo muchachos... ¿por qué ser prejuiciosos con ellos cuando no lo fueron conmigo a pesar de mi pasado? Estuve involucrada en cosas turbias y crimen, por el amor de Dios. Y eso no me hace alguien malo... me costó aceptarlo, entenderlo y hablarlo! Pero ya no... porque eso no me describe. No es todo sobre mi, hay más cosas que me representan. Ellos se merecen la misma oportunidad...- Los defendía Mia ante la mirada de sus 3 amigos.
- Hawtorne, no es lo mismo...
- Mía, con lo tuyo... no fue tu culpa! Además, hace años de eso...- instaba Sam
- ah, o sea que si hubiera sido reciente, me habrían dado la espalda del mismo modo?- contestó Mía, molesta
- no, solo...- pero la ojiazul no pudo enmendar su error. Había hablado de más.
- disculpenlos, chicos. Ellos... no han entendido del todo lo que es estar en este lado de la balanza.- les dijo Mía a los nuevos aspirantes
- Mía, si las cosas fueran asi; y en Cobra kai realmente no fueran nada de eso... no crees que Miguel hubiera sido distinto contigo y todo wsto?- instó Robby
- Robby, déjala. No...- intervino Demetri.  Él sabía que para su bestie eso era cruzar los límites con ella.
- entiendo que tengas tus daddy issues sean tan grandes como el stapples center, pero... generalizar, y extender tu resentimiento a terceros es demasiado!- gritó la morena, más que molesta, tenía los ojos llenos de lágrimas. Podían pasar mil años y todo lo que involucrara a Miguel le dolía con creces, a pesar de todo; lo quería y le dolía.
- Muchachos, es suficiente...- Los interrumpió Daniel- Mía tiene razón, yo ya les dije la otra parte de mi historia, y tuve una segunda oportunidad; todos merecemos una. Además, las puertas de este dojo están abiertas para todo el que quiera aprender y requiera un balance.
- papá, nosotros...- intentaba disculparse, apenada y aún incrédula a lo que les acababan de decir del pasado de su padre
- le deben una disculpa a todos ellos, incluyendo a Mía.- los instó el mayor.
-...

El día en general había sido complicado, a prácticamente todos les estaba costando adaptarse al hecho de que aquellos con quienes habían tenido tantos problemas ahora eran "de su bando" por llamarlo de algún modo. Esos días los habían dedicado meramente a reparar todos los estragos que los cobras habían dejado a su paso, estragos que, ahora en el caso de algunos, les tocaría reparar a los propios que los habían provocado. Y problemas. Demasiados problemas.