Uno: Stranger In Moscow

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Es 29 de agosto.

Es una fecha de gran significado para mi. Es el cumpleaños de una persona que... por desgracia ya no está más con nosotros. Es alguien a quien nunca conocí, pero que amo con tanto aferro, como si hubiéramos vivido toda una vida juntos...

Dios, cuanto lo extraño...

Michael ha significado todo mi mundo desde que lo conocí hace varios años a través de su música y su arte. Pero las circunstancias de la vida me llevaron sólo a ser una fan más del gran montón, aunque siempre me he sentido orgullosa de formar parte de este fandom, siento que siempre va a quedar ese vacío en mi por no haber podido lograr conocerlo en persona antes de... ese 25 de Junio.

Al menos tengo el apoyo del Club de Fans de MJ Argentina. Los fans que conforman el grupo son las mejores personas que he tenido la oportunidad de conocer. Ellos siempre están llevando el legado de Michael a grandes niveles, compartiendo su arte y su pasión, para que muchos más conozcan sobre su humanitaria labor y su increíble don.
Además siempre suelen hacer eventos para los moonwalkers en días especiales en relación a la vida de Michael, como lo es ahora en su cumpleaños.

El club de fans organizó una fiesta en un salón de la ciudad, aquí donde vivo, en Palermo, Buenos Aires (aunque yo soy estadounidense, me crié aquí cuando nos mudamos hace quince años con mis padres, tenía cinco años. Ahora son veinte). El evento se trataría de ver todas las películas de Michael, algunos documentales también mientras cenabamos y luego, haríamos espacio en la pista para bailar hasta tarde todas las canciones de nuestro rey. Además, como única condición, los invitados debían llevar alguna vestimenta con temática de MJ, y un alimento no perecedero por persona, los cuales serían donados más tarde a una organización sin fines de lucros que trabajaba en conjunto con el Club de Fans contra la pobreza y la desnutrición en las zonas más desfavorables de Bs. As.

Pero este año en particular preferí quedarme en casa, ya que, había sido un año diferente a los anteriores. Generalmente, cuando las fechas especiales que conmemoraban a Mike llegaban, yo era una de las primeras en organizar de todo para el club de fans. Decoración, música, vestimenta, actividades, premios y más. Los moonwalkers se divertían y cada año se sumaban muchas personas más, lo cual siempre era agradecido. Me gustaba mantener vivo el legado de Michael y tratar de celebrar y recordarlo con alegría siempre, como le hubiera gustado a él. Aunque entendía que a veces, no era tan sencillo para todos los moons, sobre todo en Junio.

Pero como dije, este año fue diferente para mi. Rechacé la invitación, argumentando que debía trabajar, y me quedé sola en casa.
Este 2021 había sido muy intenso para mi. Acababa de mudarme de la casa de mis padres, buscando mi independencia. Había cumplido veinte años. Y todo en relación a Michael me afectaba el doble. No lo sé, estaba muy sensible. Supongo que fue porque ya se cumplían doce años desde su partida y uno en el fondo, todavía mantiene esa esperanza de verlo volver.
El 25 de junio lloré todo el día. Estaba triste, desanimada y como perdida también. Apenas y comí, no encendí la tele, y tampoco revisé mis redes porque sabía que eso lo empeoraría todo. Sin embargo, cuando prendí mi celular para llamar a mamá, revisé algunas notificaciones, y fue cuando vi todos esos mensajes tristes de amor, sus fotografías por todos lados. Las publicaciones sólo se trataban de él, y luego ver las publicaciones que sus hijos le dedicaron... fue suficiente.
Yo era toda una magdalena en mi cama, llorando como si acabara de perder a alguien muy unido a mi, y así era realmente, sólo que... pocos lo comprendían.

Por eso no me sentí bien como para salir y celebrar los, ahora, 63 años de Michael. Apagué la tele y el teléfono, no quería saber nada de nadie, estaba realmente mal. Lo quería muchísimo, no había manera de explicarlo. Sé que la gente me repetía una y otra vez que lo recordara con alegría y todo lo demás, pero yo no podía. Era demasiado lo mucho que lo extrañaba, no podía intentar sonreír si quiera. Así que no lo hice.

Por el TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora