Doce: It's My Birthday (Parte 1)

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Martes, 21 de octubre.

Y mi cumpleaños al fin había llegado. ¡Que emoción! ¡Juhu!

No, no es verdad.

Honestamente, los cumpleaños para mi perdieron la magia a medida que uno va creciendo. O sea, cuando se es niño, uno solo piensa en los regalos de tus papás y en lo especial que te hacen sentir todos por estar cumpliendo años, y la gente que te quiere viene a visitarte, y tus amigos te cantan el "Feliz Cumpleaños", y si te hacen fiesta, invitas al niño que te gusta, y por tres días comes cosas ricas que sobraron de tu cumpleaños. Eso es especial, eso era algo por lo que uno realmente se emocionaba. Hoy en día mi cumpleaños lo tomo como un día cualquiera, no es que tampoco no me gusten, pero ya... perdió el encanto.

El ultimo cumpleaños que recuerdo haber festejado y estar contenta por eso fue el de mis cinco años, y lo recuerdo muy bien porque me empaché de tanto comer y me largué a llorar porque alguien me empujó en la piñata y salí volando, al final no pude agarrar ni un caramelo. Pero fue un día genial. Ahora mis cumpleaños los pasaba con mis padres, y desde que me había mudado a vivir sola, solamente éramos yo y Mike. Me gustaba que fuera así. A veces salía con Daniel, o hacía algo con las chicas, pero un día después. Me gustaba quedarme en casa, tranquila. Y ellos lo entendían.

Y esperaba que este cumpleaños fuera igual a los otros, nada extravagante. Me conformaba con recibir algún mensajito de texto deseándome un feliz día, y comiendo algo rico que no comía todos los días. Con eso me bastaba. Pero se me olvidaba que las cosas habían cambiado mucho este año. Podríamos partir desde la llegada de Michael a mi vida.

Fue entonces cuando caí en la cuenta de que... estaba por pasar mi primer cumpleaños con Michael. Y no tenía palabras para explicar cómo me sentía con eso.

Como era martes, tenía que ir a trabajar temprano, sin importar que fuera mi cumpleaños. El primero en saludarme fue Mike, porque durmió conmigo. Estaba sobre mi pecho, lamiéndome la nariz y los cachetes.

—Ay, qué lindo... gracias, mi amor —Le sonreí, rascándole detrás de las orejas.

Se frotó contra mi mano, después se lamió las patas y bajó de la cama de un salto, caminando a la puerta cerrada de la pieza. Revisé la hora en mi celular, me había despertado diez minutos antes de que la alarma sonara, vaya sorpresa...

A pesar de que era súper temprano, ahí estaba el mensaje de mamá con bonitas palabras y deseos de cumpleaños, sonreí al borde de las lágrimas. Me dijo que me llamaría más tarde y que me esperaba en casa por si pensaba ir. Le escribí que le avisaría y revisé los otros mensajes del día anterior. Era muy temprano, lo sé, pero varios ya me habían escrito para saludarme, ... menos Daniel.

Suspiré, levantándome de la cama. Vamos, Sam, no le des importancia...

Busqué la ropa para trabajar y me cambié el pijama. Me ataba los cordones de las zapatillas, sentada a la orilla de la cama, mientras el teléfono a un lado mío no paraba de sonar. Eran mensajes de saludos y notificaciones de que me habían etiquetado en ciertas fotos. Respondí a todo mientras abría la puerta y pasaba para el baño, mientras Mike pasó directo al comedor, tal vez Michael ya estaba despierto.

Me lavé, después me peiné, normal. Revisé la hora, iba bien para el trabajo. Incluso alcanzaba a desayunar. Mientras iba a la cocina me pregunté si le había echado nafta al auto, yo esperaba que sí. Respondí a otros mensajes, y unos a Mariana, la futura novia. Aún no me lo creía. Mariana había sido una de las primeras que estuvo y vio nacer al club de fans. Es joven y madura, aunque también es divertida y muy simpática. Con Raúl llevan más de cinco años juntos, y es una pareja que, a pesar de no ser perfectos, se saben complementar bien. Y creo que van a ser muy felices juntos. Yo estaba feliz por ella, solo que... la voy a extrañar bastante. Y ya sé que su casamiento no es el fin del mundo, pero, ambas hemos sido muy cercanas desde que nos conocimos. Ella es una de las pocas amigas que saben con lo que acarreo y la manera en que eso me afecta, que me conoce bien.

Por el TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora