— ¿Cómo están las cosas en casa?— Xiao observó con curiosidad a su hermana menor, quien se cruzó de piernas.
— Bastante bien, la verdad. Ya sabes, nuestros padres siguen tan enamorados como siempre. Y a estas alturas ya no sé si sentirme afortunada de ver cómo la llama de su amor sigue brillando.— Venti soltó una risita.
— Vamos TaoTao, debes ser fuerte. Ya te queda menos tiempo allí.— La castaña apoyó su rostro sobre una de sus manos.
— Estoy bien en casa. Únicamente pido que se calmen un poco.— Suspiró.— Pero bueno, qué se le va a hacer.
— Tú también intentaste hacer cosas en mi casa incluso sabiendo que había riesgo de ser descubiertas. Tampoco te quejes mucho.— Intervino Yanfei, provocando un gran sonrojo en el rostro de su novia, quien empezó a golpearla en el hombro que quedaba de su lado.
— ¡Esas cosas no se cuentan!— Se quejó.
— Ni que fuera algo malo.— Se defendió la contraria, tomándola de las muñecas para que dejara de golpearla.— Por cierto, golpeándome no lograrás que ellos olviden mágicamente lo que dije.— Sus rostros habían quedado excesivamente cerca. Al darse cuenta de esto, la de orbes carmesí se separó resignada y desvió la mirada.— Por cierto, Ganyu, ¿no teníais algo que contar?— La mencionada pareció ponerse nerviosa de repente.
La cena estaba llegando a su fin. Llevaban ya algunas horas juntos, habían visitado distintos sitios y lo habían pasado realmente bien. La verdad es que pasar tiempo con la familia de Xiao siempre resultaba agradable.
— Cierto, cierto. Siento mucha curiosidad. ¿Qué ibais a contar?— Preguntó Venti con ánimo. El de orbes ámbar tomó su mano bajo la mesa, sin poder resistirse. Su novio entrelazó sus dedos, esbozando una suave sonrisa en el acto.
Les recordó al primer cumpleaños de Xiao que ambos pasaron juntos.
— ¿Es lo mismo que le contasteis a nuestros padres la última vez que los visteis?— Quiso saber Hu Tao.
— Efectivamente.— Keqing había decidido hablar por su pareja, quien por el momento no se atrevía a hacerlo.— Lo que queríamos decir es... Bueno, son dos noticias.— La de cabello celeste desvió la mirada con nerviosismo.
— ¿Buenas o malas?— Habló Xiao.
— Buenas.— Contestó.— Está bien... La primera es que Ganyu y yo vamos a casarnos.— Ni siquiera tuvo tiempo de decir algo más, porque los hermanos menores de la joven la interrumpieron.
— ¿Es eso verdad? ¡Ay, ay, estoy tan orgullosa de vosotras! Ganyu, ¿cómo es que no me habías comentado nada?— Decía la menor mientras se abrazaba de su hermana, quien reía con nerviosismo mientras intentaba responder. Entonces, Xiao también fue y la abrazó, siendo mucho más delicado que su hermana menor.
— Me alegro por vosotras. ¿Cuándo será?— Preguntó con genuina curiosidad.
— Pensamos que lo mejor sería esperar unos años para prepararlo todo.— Respondió la de cabello celeste mientras le pedía espacio a sus hermanos.— Porque además tenemos otra noticia.
— ¿Qué es, qué es?— Venti ya estaba emocionado desde la primera noticia, por lo que ahora esperaba con ansias a la segunda. Su pareja lo observó con una sonrisa.
— Esto... Estoy embarazada.— Cerró sus ojos con fuerza y bajó su mirada.
— ¿Oh? Espera, ¿le fuiste infiel a Keqing?— Exclamó Hu Tao, aparentemente aterrada.
— ¿Eres tonta o te lo haces?— Xiao frunció el ceño.— Obviamente no. Fue decisión de ambas.— Golpeó la frente de su hermana menor, quien se quejó antes de volver a tomar asiento junto a su novia.
— Exactamente. Quisimos tener un hijo y entonces organizamos todo. Decidimos que lo tendría yo.— Habló mientras tocaba su vientre. Llevaba poco tiempo, pues prácticamente casi no había crecido.— Queríamos que lo supierais ya y vimos esta la oportunidad perfecta.
El de orbes ámbar besó su cabeza.— Si alguna vez necesitas algo, puedes llamarnos.— Dijo. Su hermana mayor sonrió.
— Muchas gracias, Xiao.— Aceptó con cariño el abrazo que le ofreció antes de volver a tomar asiento al lado de Venti.
La cena siguió, la conversación centrada ahora en las dos nuevas noticias recibidas. Resulta que antes de casarse ambas querían tener a su hijo (o hija) y dejar que llevara los anillos al altar. O que al menos lo intentara.
Algo que llamó la atención de Xiao es que Venti no se había unido a la conversación durante el resto de la noche y lo único que daba eran respuestas breves, incluso torpes. ¿En qué momento sus ánimos habían decaído de esa forma?
Para empezar, ¿acaso le había sucedido algo para estar así?
Cuando llegó la hora de despedirse, Xiao abrazó una última vez a sus hermanas y a sus respectivas parejas, deteniéndose una última vez en Ganyu para contarle lo orgulloso que estaba de ella y besar su frente con cariño. Al terminar regresó con su pareja, quien observaba el cielo en silencio. Tomó su mano y lo arrastró hacia fuera del lugar, aprovechando la “privacidad” para preguntar.
— Has estado muy callado durante la cena. ¿Acaso sucedió algo?— Venti bajó su mirada e hizo una mueca.
— No...
— Eso suena a mentira. Y no me hagas la rima, por favor.— El de trenzas rio.— Venga, sé sincero conmigo. ¿Qué sucede?
Su novio apretó sus labios. Obviamente confiaba en él, lo amaba y siempre era lo más sincero posible. Ninguno quería que existieran muchos secretos entre ambos, así que se contaban todo lo que podían.
Por eso era extraña esa súbita inseguridad. Xiao se sentía preocupado por Venti, pues no comprendía qué pasaba.
Dejó escapar un suspiro y entrelazó sus dedos. No lo veía dudar así desde su adolescencia, cuando comenzaron salir.— No hace falta que lo cuentes. No te sientas presionado.— Susurró. El de orbes esmeralda lo miró en silencio y se detuvo de repente.— Solo quería saber si estabas bien.
— Sí, lo estoy, tranquilo.— Aclaró.— Es solo que...— Dejó escapar un suspiro. Las calles estaban desoladas, dándoles un poco más de privacidad.— Llevo un tiempo dándole vueltas a algo y esta conversación me lo recordó.
— ¿Qué es?— El de cabello corto alzó una ceja, interesado por aquello que su novio quería contarle pero no se atrevía a hacer.
— Y-Yo... Bueno, la verdad es... M-Me gustaría que tuviéramos un hijo.— Confesó, bajando su mirada con vergüenza.— Es algo que me hace mucha ilusión. Pero aún somos jóvenes y creí que simplemente no era buena idea.— Xiao lo observó sorprendido y sonrió. No lo pensó mucho antes de abrazar a su novio, quien correspondió rápidamente, ocultando su rostro en su pecho.
— Hablemos de esto más cómodamente cuando lleguemos a casa.— Pidió.— Pero puedes estar tranquilo. Créeme cuando digo que yo también quiero lo mismo que tú.
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Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen
FanfictionXiao aún recordaba aquel momento con claridad: él iba caminando tranquilo por el patio del instituto, cuando un joven de grandes orbes esmeralda y graciosas trenzas se le acercó corriendo con unas flores que había arrancado de por ahí y luego había...