— Me da miedo abrir eso.— Venti estaba en una esquina de su cama, con la cabeza apoyada en la pared. Las notas de los exámenes ya habían sido publicadas, y aunque realmente él creía haberlo hecho bien, el miedo simplemente estaba ahí.
— Venti, si dijiste que te había salido bien...— Xiao comprendía su forma de actuar, incluso a él le daba miedo revisar sus notas cuando sabía perfectamente que le había ido bien. Era algo completamente natural, porque en muchas ocasiones uno se llevaba un enorme chasco.— Y aunque no sea el caso, puedes recuperar lo que sea.
— Pero ya perdí demasiado tiempo durante esas dos semanas. ¡Quiero descansar!— Se quejó.
— Esconderte ahí no hará que la realidad cambie. Afronta lo que sea ahora, quién sabe, tal vez fue bien.— Trataba de convencerlo de que fuera de una vez a ver sus notas. Sin embargo, él seguía negándose.— Está bien. Entonces lo veo yo y te digo qué tal.
Su novio no reaccionó. Simplemente permaneció en su lugar, esperando algún tipo de reacción en el de orbes ámbar.
— Venti, ven a ver, anda. Todo salió bien.— Escuchó un par de minutos después, minutos que se sintieron eternos.— Aunque, ¿qué es este error? ¿Cómo pudiste caer en algo tan tonto?
— ¡Estaba nervioso, ¿vale?!— Se quejó mientras le arrebataba el móvil para ver sus exámenes. El alivio que sintió fue enorme, como si se quitara un gran peso de sus hombros.— Todos los errores que tuve fueron muy tontos. ¿Cómo se me ocurrió poner esto?— Su novio reía ante sus reacciones. La cosa es que había aprobado todo con buena nota y probablemente le daría para lo que quería estudiar; ahora solo faltaba Xiao.— Bueno, vamos a ver qué tal tú.
— Ah... Me da miedo.— Desvió la mirada con nerviosismo.
— Entonces haremos lo mismo. Déjame que vea.— Tomó la mano de su novio y se acomodó para que no pudiera ver lo que mostraba la pantalla.— Xiao, ¿cómo cojones te atreves a dudar tanto? ¡Mira esto!— Exclamó y le extendió el móvil, dejándolo a unos míseros centímetros de su rostro. El contrario hizo una mueca y lo alejó, tomando la muñeca ajena, quien se tensó por un instante.
— Ah... Me da que entro sobrado a lo que quiero.— El de mechas verdes sonaba relajado.
— ¡Y tanto que entras!— Hizo una pequeña pausa en la que dejó el móvil de su novio a un lado.— Y yo que temía que te hubiera salido mal, y a hora resulta que has sacado hasta mejores notas que yo. Mereces un castigo.— El de orbes esmeralda se acomodó encima de él antes de dictar.— ¡Voy a besarte hasta que te canses!
— Sabes que tus besos nunca me cansan.— Comentó con diversión el del tatuaje, divirtiéndose por la excusa tan tonta que había puesto su novio solo para besarlo.
— Entonces no te beso más.— Y se separó de él.
— No, me cansaré de tus besos. Sigue haciéndolo hasta entonces.— El de trenzas soltó una risilla y se acercó nuevamente a él para besarlo.
No pudieron estar mucho tiempo más así porque Hu Tao vino a interrumpirlos junto a Yanfei, quien iba atrás disculpándose con ellos. Estuvieron hablando con ellas durante un buen rato, hasta que decidieron que era momento de ir avisando a sus padres de que les había ido bien en sus exámenes.
Tras eso, almorzaron junto a la familia de Xiao y salieron un rato.
— Me alegro por vosotros.— Habló Xingqiu mientras le daba un sorbo a su bebida.— A mí también me fue bastante bien. Aunque me pregunto cómo le habrá ido a Yunyun...
— ¿Seguís peleados?— Preguntó el de orbes ámbar.
— Sí, sí. Desafortunadamente sí. De verdad, yo no sé qué hacéis vosotros para no pelear. Parecéis estas típicas parejas perfectas que salen en las series. ¿Acaso no os molesta nada del otro?— Sonaba irritado. Y es que llevaba razón, en todo ese tiempo no habían tenido ni una sola disputa, o al menos que sus amigos supieran.
¿Habían tenido discusiones? Desde luego, pero al final siempre encontraban una solución rápida. Así que no eran muy importantes, realmente.
— Son el tipo de pareja al que te entran ganas de golpear. Son unos osos cariñosos.— Intervino Kojou, quien también estaba ahí.
— Calla, perra de Kokomi.— Venti y ella se dedicaron miradas llenas de rencor. Ambos eran como mejores amigos que se llevaban mal. Era una enemistad curiosa.
— Nuestra relación tampoco es perfecta. Pero al menos no tuvimos discusiones muy fuertes.— Comentó Xiao.
— Afortunadamente.— Su novio se alejó de Sara para prestarle atención a Xingqiu.— ¿Podemos saber qué pasó?— El de cabello azul suspiró.
— No os preocupéis, no fue nada. Probablemente hagamos las paces pronto.— Se notaba que no quería hablar de ello, así que ninguno insistió. Buscaron cambiar de tema para que no se sintiera muy incómodo, imaginando que el que estaba enfadado era Chongyun, no él.
— Finalmente tenemos unas buenas vacaciones.— La pelinegra se estiró con descaro.— Voy a aprovechar todo este tiempo al máximo.
— Dices eso, pero luego probablemente te toques el coño todas las vacaciones.— Comentó el de orbes esmeralda.
— No, créeme. Al menos terminaré de leerme Crimen y Castigo.
— ¿Y los libros de filosofía que tenías?— Preguntó el de orbes dorados.
— Todo a su debido tiempo. Además, quiero pasar tiempo con Kokomi también.— Venti iba a hablar, pero su novio le cubrió la boca.
— Entonces organiza tu horario un poco. No atrases todo como este tonto de aquí.— Dijo Xiao, refiriéndose a su novio.
— ¡Oye! Luego vas a ver.— Se quejó.
— Mientras sea un castigo como el de esta mañana no le quejo, oye.— Bromeó, logrando avergonzar al contrario.
— Hey, no nos interesa saber mucho. Calma los dos.— Intervino Xingqiu, interrumpiendo su conversación.
— Vale, vale.— El de trenzas se recostó sobre su asiento.— ¿Cuándo llegarán los demás? Se va a hacer tarde.
— Un poquito de paciencia, Venti. Aún hay gente que debe asistir a clase.— Le recordó Sara.
— Cierto, ¿por qué Kokomi está tardando tanto?
— Dijo que debía hablar algo con sus tíos.— Respondió.— Probablemente llegue pronto.
Tal y como había dicho, la joven llegó pronto, acompañada por Kazuha y Gorou, quienes saludaron con ánimos a todos los presentes antes de acomodar unos asientos al lado de ellos.
— Lamentamos la tardanza, tuvimos algunos problemas.— Se disculpó Kazuha algo nervioso.
— No os preocupéis. ¿Qué sucedió?— Preguntó Xiao, genuinamente preocupado.
— Discutí con mis padres y vinieron a hablar con ellos. Nada más.— Gorou no sonaba muy animado. Su acompañante lo abrazó con cuidado para transmitirle su apoyo.
— Como pronto cumplirá su mayoría de edad, quiso encarar a sus padres. No salió muy bien, pero bueno... Pronto podrá irse de esa casa.— Explicó con brevedad el de orbes carmesí.
— Menos mal.— Suspiró el de mechas celestes. En algunas ocasiones su amigo había tenido que comer en su casa por no tener que ir a la suya.— ¿Y cómo es que Kokomi fue con vosotros?
— Ya os dije, iba a hablar con sus tíos.— Habló Sara, quien era abrazada por la mencionada.— Ella es prima de Gorou.
— Oh. Tiene sentido.— Xiao rio.
— Y pensar que somos amigos y aún hay tantas cosas que no sabemos de los otros.— Comentó.
— Bueno, ya es algo nuevo que sabéis.— Comentó Kaedehara.— En fin, ¿de qué estabais hablando?
— De cualquier cosa mientras esperamos a mis hermanos y a los otros.— Respondió el de trenzas.— Que hablando de eso, si Chongyun viene...— Miró a Xingqiu, quien tosió y desvió la mirada.
— Ya veremos.— Fue lo único que dijo.
Tratando de evitar a toda costa ese tema, los chicos siguieron conversando tranquilamente. Pese a todo, estaban seguros de que pasarían una buena tarde.
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Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen
Fiksi PenggemarXiao aún recordaba aquel momento con claridad: él iba caminando tranquilo por el patio del instituto, cuando un joven de grandes orbes esmeralda y graciosas trenzas se le acercó corriendo con unas flores que había arrancado de por ahí y luego había...