Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen

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— ¡Venti!— Primer día de clases, nueva etapa escolar, nuevos compañeros, un nuevo ambiente... El de trenzas se sentía en el cielo.— ¡Tu cabello está más largo! ¿Acaso te lo has empezado a dejar crecer?— El rubio cenizo tomó su trenza con sus manos, aún emocionado.

— Veo que tú también.— El joven de orbes esmeralda sonrió y agarró un mechón del cabello de Bennett, quien simplemente asintió.

— Razor dijo que le gustaba así.— Confesó, desviando la mirada.— Bueno, ¿qué tal te va?

— Bastante bien... Creo que finalmente encontré un lugar en el que sentirme cómodo.— Una gran sonrisa floreció en su rostro, siendo el regalo de bienvenida de Xiao, quien acababa de entrar en clase. Su corazón latió con desenfreno y el color rojo decidió hacer presencia en su rostro.

Temiendo ser visto en ese estado por su mejor amigo, agachó su cabeza y fue a sentarse en algún sitio libre, intentando ponerse lo más cerca posible de Venti.

— ¡Xiao!— Su emoción creció al verlo. Sus mejillas se colorearon de rojo, cosa que el rubio cenizo no pasó por alto, demostrándolo al dejar escapar una sonrisa traviesa.

— Buenos días, Venti.— Afortunadamente, su corazón había logrado calmarse tras aquel acelerón repentino. Sin embargo, algo llamó su atención: un desconocido junto a su mejor amigo.

— ¡Ah, cierto! Xiao, este es Bennett. Bennett, él es Xiao.— Los presentó el joven de trenzas con una gran sonrisa.

— ¡Es un placer conocerte, Xiao!— Exclamó con sinceridad y ánimo el de orbes jade.

El de mechas verdes intentó sonreír, pero había algo que le molestaba.— Lo mismo digo, Bennett.— Respondió con un tono un tanto peculiar, arrepintiéndose al instante. ¿Por qué había sido tan desagradable?

— Curiosamente,— el de mechas celestes interrumpió sus pensamientos.— estoy emocionado por las clases de hoy.

— Bueno, es nuestro primer año en bachillerato y además estamos juntos.— Mencionó el de orbes ámbar, logrando avergonzar al contrario.

— Tienes razón.— Asintió. El rubio cenizo analizaba en silencio la situación.— Siento que será un año increíble. Y además estará Benny con nosotros.— Xiao estaba algo extrañado, al ver las listas su mejor amigo no había mencionado conocer a ese chaval.

Pese a que ni siquiera debía prestarle atención a ese detalle, Xiao se sentía algo molesto, y eso hacía que se sintiera estúpido. ¿Realmente estaba celoso de aquel chico al que ni siquiera conocía? Probablemente fuera un amigo de Venti y ya.

Sin embargo, al verlos tan unidos a lo largo de ese día, y el siguiente, y así sucesivamente... Se sintió algo incómodo, debía admitirlo.

Obviamente no pensaba decirlo en voz alta, mucho menos frente a Venti. Era consciente de lo que sucedía, así que no necesitó hablarlo con nadie. Simplemente intentó encontrar una forma de apaciguar ese desagradable sentimiento que se había instalado en su interior y que parecía encenderse cada vez que veía a Bennett y a Venti juntos, a él no debería importarle eso, el de trenzas era su mejor amigo.

Y pese a ser consciente de eso, no podía evitarlo. Los celos simplemente aparecían súbitamente al verlos tan pegados y felices. Se sentía molesto consigo mismo al pensar así.

— Xiao, Bennett y yo quedaremos esta tarde, ¿te apuntas?— Le preguntó su mejor amigo mientras guardaba sus materiales en su mochila. El de mechas verdes pareció pensarlo.

— Lo siento, pero no. En otra ocasión será.— Venti se notó realmente apenado, pero decidió no decir nada y simplemente salió de la clase para su encuentro con Bennett.

Había notado algo raro en Xiao desde que había empezado a juntarse algo más con Bennett. Se sentía fatal, porque aunque quería llevarlo con ellos él se negaba y él simplemente no quería dejar a Bennett solo, aunque este ya le había dicho que no debía preocuparse, pues podía perfectamente pasar su tiempo en clase con otra persona.

— ¿No viene?— Preguntó el rubio cenizo al ver a Venti salir solo y cabizbajo. La respuesta era obvia, mas quiso cerciorarse.

— No, no quiere.— De repente alzó su mirada para ver a su amigo.— ¿Crees que le pase algo...? Lo noto extraño.— Bennett dejó escapar un suspiro ante la evidente preocupación del joven de trenzas.

— Probablemente esté celoso de que pases tanto tiempo conmigo.— El rostro del contrario se volvió completamente rojo.— Así que no te preocupes, el motivo por el que no viene he de ser yo, no tú.

— Pero, ¿por qué estaría celoso de eso...?— Preguntó algo confundido.

— No me conoce de nada y probablemente ni siquiera sabe qué soy para ti. ¿Me has presentado como tu primo?— Aquella pregunta pareció esclarecer los pensamientos de Venti.— Efectivamente, no. Me has presentado como Bennett. Y Xiao y yo prácticamente no hablamos desde ese día. Pero yo apenas te vi intercambiar muchas palabras con él, igualmente.

— Creí que estaba molesto, así que quise dejarle algo de espacio. No quería...— Antes de que pudiera terminar, el de orbes jade lo interrumpió.

— Por lo que escuché de todos vosotros, Xiao no es como esos “amigos” que tuviste. Así que si sucede algo, háblalo con él como se debe.— Le reprendió. El de trenzas asintió en silencio y bajó la mirada.— Venga, no estés triste. Vayamos a buscar a Razor y tengamos una buena tarde nosotros tres.— El contrario dejó escapar una risita.

— Mientras no quede de sujeta velas.— El de ojos jade negó con su cabeza.

— Tranquilo, no lo harás.

Afortunadamente, Bennett tenía razón. Los tres pasaron una buena tarde (que por cierto, se pasó volando para Venti), entre conversaciones y bromas.

Al regresar a su casa, Venti se dio una ducha rápida y se acostó en su cama mientras revisaba su móvil y abrazaba aquel peluche que había conseguido gracias a los tickets extras que Xiao le había dado.

Una idea cruzó por su mente y no dudó nada en realizarla. Con cuidado logró mantener equilibrado el peluche sobre su cabeza, aplastando su cola contra la pared para que no se moviera.

Antes de que se cayera se sacó una foto y se la envió a su mejor amigo junto a un mensaje en el que pedía (exigía) que hablaran al día siguiente en el instituto.

Una respuesta afirmativa llegó en poco tiempo, haciéndolo sonreír. Retiró su peluche de ahí y volvió a abrazarlo con fuerza.

“Entonces, nos vemos mañana.”