꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 17❜𖦹̫ꪳ𝆃

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Al regresar a aquel lugar e ir a la bolera, volvió el sofocante ambiente de antes. Sin embargo, ahora que estaban todos juntos resultaba más afable para el grupo.

Sobre la una de la mañana, todos ya estaban en la calle despidiéndose. Cada uno fue por su camino, excepto los hermanos y Xiao, quienes se quedaron en el lugar de despedida.

— Déjanos acompañarte a tu casa. Es peligroso que vayas solo.— Dijo Venti. El de orbes ámbar suspiró y accedió.

Los cuatro fueron en silencio hasta el hogar de Xiao.— Muchas gracias por lo de hoy. Realmente me divertí.— Confesó el de mechas verdes, con una sonrisa sincera en su rostro.

— ¡Oh, espera, Lumine, no grabamos eso!— Exclamó Aether de repente.— ¡Xiao nos acaba de agradecer por sacarlo a pasear! ¡Es un milagro!

— ¡Oye, no hables de mí como si fuera un perro!— Le gritó su mejor amigo. Mientras tanto, Venti reía en su lugar.

— Es que eres nuestro perrito.— Se burló la rubia.— ¿O acaso vas a negarte?

— ¡Me niego!

— Sé el perrito de Venti, entonces. Él te comparte con nosotros.— Comentó el rubio.

— No voy a ser su perro.
— No voy a ser su dueño.

Dijeron ambos al unísono. Los mellizos sonrieron.

— Buena sincronización, chicos.— Los felicitó el de trenza rubia con una sonrisa.— Ay, bueno, ya llegamos a casa. Xiao, cariño, aquí nos separamos.

— No me digas cariño.— Se quejó.

— Vale, mi amor.— Intervino Lumine.

— Eso mucho menos.

— ¿Cielo?

— ¡Xiao!— Les dijo, abriendo la puerta de su casa.— Y dejad las gracias para otro momento, por favor.

— Nunca, molestarte es nuestra afición favorita.— Le recordó Lumine con una sonrisa.

— Ah... ¿Puedo hablar con Xiao a solas?— Pidió el de orbes esmeralda. Sus hermanos lo observaron en silencio.

— Está bien.— La rubia arrastró a Aether con ella, alejándose lo suficiente como para darles privacidad.

Los mellizos empezaron a cuchichear y hablar sobre los otros dos, mientras estos se observaban en silencio.

— Pensaba darte esto el viernes, pero me olvidé por completo. Y sé que ya no es diecisiete,— habló apresuradamente para no ser interrumpido por alguna rima, acostumbrado ya a sus hermanos.— pero igualmente, felicidades.— Le extendió a Xiao un regalo que llevaba todo el rato guardando en su bolso.— Ábrelo cuando nos hayamos ido, por favor.

El de orbes ámbar lo aceptó y lo observó en silencio, para seguidamente alzar la mirada. Venti observaba tímidamente a su lado, cuando de repente pareció asustarse.— ¿Pasa algo?— Xiao dirigió su mirada a aquel lugar, encontrando a su gato. Se apresuró a cargarlo para hacerlo entrar en su casa, aunque el de trenzas no se salvó de estornudar.— Lo siento, Childe es así.

— No te preocupes, está bien.— El silencio reinó nuevamente. Ambos intercambiaron una sonrisa y se despidieron.— Quedemos pronto de nuevo.

— Por mí perfecto.— Y cerró la puerta de su hogar lentamente, viendo en silencio cómo el contrario regresaba con sus hermanos.

— ¿Ligue?— Preguntó Aether cuando vio a su hermano menor llegar.

— Ni de coña.— Dijo Venti avergonzado.— Venga, vamos a casa.

Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora