Xiao aún recordaba aquel momento con claridad: él iba caminando tranquilo por el patio del instituto, cuando un joven de grandes orbes esmeralda y graciosas trenzas se le acercó corriendo con unas flores que había arrancado de por ahí y luego había...
En un principio, como no sabía la aceptación que iba a tener esta pareja decidí dejar su relación más abierta, dejando este especial como “no relevante”. Sin embargo, al final, independientemente del apoyo recibido, no pude evitar hacerlos como pareja oficialmente, tal y como se verá más adelante.
Una vez aclarado esto, espero que disfrutéis de este especial <3
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I want you.
— Kazu, ¿puedo quedarme aquí algunos días?— Para Kaedehara ya no era extraña aquella petición. No viniendo de su pareja.
Lo observó con tristeza antes de lanzarse a abrazarlo con fuerza. El contrario correspondió, no pudiendo evitar prorrumpir en llanto. Estaba agotado, odiaba tanto a sus padres.
Kazuha sintió su corazón encogerse. Sin atreverse a separarse del contrario, se adentró en su propia casa con cuidado y cerró la puerta.
— ¿Qué sucedió esta vez?— Preguntó mientras lo cargaba con cuidado. Gorou enroscó sus piernas alrededor de su cuerpo y afianzó el agarre de sus brazos alrededor de su cuello.
— Lo han descubierto. S-Saben que estoy saliendo con alguien.— El de orbes carmesí frunció el ceño, confundido.
— ¿Cómo? Si lo hemos mantenido oculto.— El contrario se encogió de hombros.
— No lo sé... Simplemente saben que tengo novio. Y no se lo han tomado nada bien.— Kaedehara suspiró. Sabía que los padres de su novio eran muy estrictos y duros con su él, por lo que cuando escucharon que su hijo era homosexual, este tuvo que irse con él para poder escapar de la tensión de su hogar, simplemente para poder estar en un lugar en el que pudiera estar cómodo sin dos personas que constantemente lo presionaban hasta el punto de hacerlo llorar.
Desde aquel día habían empezado a ser más severos con él, llegando incluso a castigarlo, impidiéndole hacer cosas que le gustaban.
Entonces, al enterarse (de algún modo que ambos desconocían) de que su hijo estaba en una relación romántica con alguien, y que infaliblemente esa otra persona era un hombre, le retiraron la palabra. Por ende, aquel día el joven apenas había podido comer: no porque sus padres no le hubieran preparado nada (que no lo habían hecho, pero él podía apañárselas solo), sino por el nudo que se había formado en su estómago, quitándole las ganas de todo.
En el fondo aún quería a su madre. Y eso le dolía. Porque ella durante años fue tan benévola con él, lo cuidó con tanto amor que opacaba por completo la falta de cariño de su padre, y ahora al crecer le dolía ese cambio tan abrupto en su actitud. ¿Qué había sucedido? ¿Era él que había hecho algo mal? ¿Había sido su padre?
