Se encontraban ya en el restaurante, sentados en una mesa que había en el exterior, esperando tranquilamente a que la comida llegara mientras Hu Tao hablaba con Yanfei cerca de la puerta.
Ambas se veían felices. La familia de Hu Tao pude apreciar esto, pues estaban todos concentrados en ambas sin que estas se percatasen.
— ¿La invitará a una cita?— Preguntó Ganyu con curiosidad, esperando una respuesta por parte de su padre pelirrojo.
— Me dijo que iba a intentarlo, pero no sé si será capaz.— Respondió Tartaglia, observando de soslayo a ambas.
— Probablemente lo haga. Ya la conocéis bien.— Intervino Zhongli, dándole un sorbo al té que había pedido.
— ¿Acaso esta familia no sabe qué es la privacidad? Dejad de hablar de ellas por un segundo.— Pidió Xiao con hastío, harto de que la conversación girara completamente en torno a su hermana menor y su enamorada.
— ¿Qué, acaso estás celoso porque estás en tus quince y aún no has conseguido a nadie?— Se burló Tartaglia, consiguiendo una mirada amenazante por parte de Xiao.
— Cuidadito con lo que dices, que tú y yo bien no nos llevamos.— Le amenazó. Su padre le sacó la lengua.
— No digas esas cosas, yo sé que me adoras. Aunque no sea tu padre favorito, admite que en el fondo me quieres.— Se burló, aunque llevaba razón. El joven de ojos ámbar apreciaba y amaba a ambos de sus padres, todas las cosas que decía no eran más que bromas.
— ¡Hm, en tus sueños!— Exclamó, cruzando sus brazos sobre su pecho y desviando su mirada, sacándole una risa al pelirrojo.
— ¡Hey, hey, hey! ¡Taotao está de vuelta y trae buenas noticias!— No se habían dado cuenta de que Yanfei se había ido y Hu Tao había regresado hasta que esta habló y tomó asiento junto a su hermana.— Tengo una cita este martes.
— ¡Bien! ¡Ya iba siendo hora!— Celebró Tartaglia, antes de dirigir su mirada a su esposo, curioso por su reacción.
— Me alegro por ti, Hu Tao.— Dijo sinceramente, dedicándole una suave sonrisa que consiguió alterar el corazón del pelirrojo, aunque este trató de no demostrarlo (aunque falló, pues Xiao lo había notado).— ¿Tenéis ya una idea de lo que haréis?— La castaña negó.
— Qué va. Iba a sugerir algo, pero su tía la llamó de repente y nos interrumpió.— Se quejó, recostándose sobre su silla.— Ya lo hablaremos en otro momento, supongo.
— Qué te apuestas a que iba a decir el cementerio.— Le dijo el de mechas verdes a su hermana mayor, llamando la atención de Hu Tao.
— ¡Oye, no es mala idea!
— Es terrible.— Dijeron sus progenitores al unísono antes de intercambiar miradas en silencio, un suave rubor adornando el rostro de ambos.
— Qué asco los homosexuales y el amor.— Se quejó Xiao.
— Qué asco los enanos amargados.— El joven observó con odio al pelirrojo, quien sonrió con orgullo.
— Hey, hágase la paz. El camarero viene aquí.— Intervino Ganyu con tono tímido, esperando que los otros dos se detuvieran para así no tener que pasar otra vez por una escena vergonzosa provocada por una “pelea” entre su hermano y su padre (pues la última vez acabó con un chiste un tanto... privado, siendo dicho en público).
Para suerte de los otros tres miembros de la familia, ambos detuvieron su pelea para que el camarero no tuviera que presenciar nada extraño, y una vez se hubo ido, las cosas se calmaron entre ambos.
Durante la cena no faltaron más peleas, pero también hubo conversaciones civilizadas, donde hablaban sobre el futuro de sus hijos, sus amistades y amores, también hablaron sobre otras personas y sobre el resto de su familia, entre algunas cosas más.
Resultó una velada pacífica y amena, la verdad es que llevaban un buen tiempo necesitando algo así para unir nuevamente a la familia en otro lugar que no fuera su hogar (donde, generalmente, solían ir por separado).
— Y Xiao, ¿de verdad no hay nadie que te guste?— Preguntó con curiosidad Hu Tao, observando a su hermano de hito en hito.
— Es verdad, nunca has hablado sobre tus romances frente a tu familia. ¿No nos ocultas nada?— Quiso saber Zhongli, cuya curiosidad había despertado súbitamente tras el comentario de su hija.
— La verdad es que no. No estoy interesado en nadie.— Se encogió de hombros.— ¿Acaso es algo malo?
— ¡En absoluto! Es solo... Es extraño que aún no te hayas enamorado ni una sola vez.— Dijo esta vez Tartaglia, mientras cruzaba sus piernas.
— ¿Lo es?— Alzó una ceja, extrañado.— La verdad es que nunca he sentido nada más allá de la amistad por nadie. Tal vez simplemente el amor no es lo mío.
— Bueno, tal vez aún no encontraste a la persona adecuada.— Intervino Ganyu.— Y si no estás interesado en mantener una relación romántica, no pasa nada. Es algo normal.— Añadió.
— No, sí lo estoy, solo... No lo sé, nunca me ha gustado nadie, realmente.— Se encogió de hombros, sin saber qué más podía decir.
— Supongo, entonces, que algún día llegará. Solo ten paciencia.— Le dijo Zhongli, dando por finalizada la conversación.
Cambiaron rápidamente de tema, dejando a Xiao algo confundido sobre lo anteriormente hablado. Sin embargo, trató de olvidarlo pronto para poder formar parte de la conversación.
Pasado ya un rato, el ambiente había cambiado ligeramente. Hu Tao y Zhongli estaban dentro hablando con Yanfei mientras los otros tres permanecían en el mismo lugar. Ganyu y Tartaglia mantenían una agradable conversación, y Xiao simplemente observaba en silencio su móvil, hasta que algo llamó la atención de los tres.
— ¡Ay, mira ese perrito!— Exclamó Ganyu, señalando a un perro pequeño, de pelaje blanco y abundante, caminando cerca de allí.
— Es muy bonito.— Comentó Tartaglia mientras acariciaba su cabeza. Entonces, advirtió un collar en su cuello.— Probablemente se haya escapado. Deberíamos buscar a su dueño.
— Mejor esperemos a ver si viene alguien por él.— Sugirió Xiao, dejando su móvil sobre la mesa y estirando sus brazos.— Si se ha escapado, probablemente su dueño lo estará buscando. Tarde o temprano pasará por aquí. Simplemente no dejemos que se vaya.— Dijo, viendo cómo el pequeño animal se dejaba acariciar por su hermana y su padre, antes de ir en su dirección.
— Oh, parece que prefiere a Xiao.— Observó el pelirrojo, enderezándose en su asiento. Ganyu le siguió, sin despegar su vista del animal.
Este paseó cerca del de mechas verdes, dando algunas vueltas alrededor de sus piernas, cuando, de repente, se detuvo junto a una de ellas y se puso en pie.— No, dime que no va a hacer lo que creo.— En el rostro de Xiao podía verse el miedo reflejado. Entonces, antes de que pudiera alejarlo, el perro empezó a restregarse contra su pantalón, sacándole una fuerte carcajada a Tartaglia.
— ¡Y va y se pone cariñoso con el menos indicado!— Se burló, apreciando el rostro completamente rojo de su hijo.
— No voy a volver a usar este pantalón en mi vida.— A estas alturas, Ganyu también había empezado a reírse.
Aquel recuerdo quedó grabado en un vídeo que esa misma noche vieron entre risas los dos miembros restantes de la familia, mientras el de ojos ámbar, avergonzado, esperaba la llegada del dueño de aquel perro que había osado a ensuciar su ropa restregándose contra su pierna, mientras este dormía tranquilamente entre sus brazos.
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Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen
FanfictionXiao aún recordaba aquel momento con claridad: él iba caminando tranquilo por el patio del instituto, cuando un joven de grandes orbes esmeralda y graciosas trenzas se le acercó corriendo con unas flores que había arrancado de por ahí y luego había...