꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 34❜𖦹̫ꪳ𝆃

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— Buenas noches, Venti. ¿Dónde está Xiao?— Preguntó Ganyu al ver al chico cruzar frente a su novia y ella mientras bebía agua.

— Está dándose una ducha.— La de cabello azul notó que el contrario llevaba puesta la ropa de su hermano. No pudo evitar sonreír.

— Oh, así que él es Venti.— Habló esta vez Keqing. El de orbes esmeralda asintió tímidamente.— Es un placer. Yo soy Keqing.

— Ella es mi novia.— Aclaró Ganyu mientras se acomodaba en el sofá, dedicándole una suave sonrisa a ambos presentes.— Creo que Xiao te habló de ella.

— Sí, lo hizo.— Asintió.— Es un placer conocerte, Keqing.— Sonrió.

— Lo mismo digo. Yu me habló muy bien de ti.— Le devolvió la sonrisa.— Bueno, ¿quieres quedarte con nosotras mientras esperas a Xiao?

— ¿Qué estáis haciendo?— Preguntó mientras tomaba asiento junto a ellas.

— Ah, hablábamos de una cosa de la universidad.— Respondió la de cabello azul.— Pero ya terminamos.

— ¿De verdad? Si molesto puedo irme.

— ¡No, no! No eres una molestia.— Habló la de cabello morado.— Ya te dijo que terminamos de hablar de eso. No tienes que preocuparte.

— Cierto, ¿cómo te está yendo en el instituto?— Quiso saber Ganyu, quien se acomodó para poder verlo mejor.

— Bastante bien. Además, este año no estoy solo.— Dijo felizmente.— Afortunadamente estoy en la misma clase que Xiao y Bennett.

— Bennett era tu primo, ¿no?— Venti asintió.

— Exactamente.— Afirmó.

— ¿Entonces estás en el bachillerato de artes?— Intervino Keqing, buscando unirse a la conversación. El de mechas celestes asintió en silencio como respuesta.— Oí que es muy bonito. Espero que lo estés pasando bien.

Venti rio.— Todos son muy amables allí. Aunque hay pocos alumnos, es cómodo estar con ellos.— Admitió.— Recientemente me he estado juntando con una chica que se llama Kokomi. Por cierto, nuestra tutora también es increíble, tiene muy buenos gustos y es amable. Aunque a veces da miedo.— Sin darse cuenta se había puesto a hablar de más.— Ah, lo lamento. No quería hablar tanto.

— Tampoco fue tanto, cariño. Además, sigue hablando, es bonito verte emocionado mientras hablas.— Que Keqing fuera la que dijera eso lo animó un poco, y ni él mismo sabía por qué. Probablemente porque a ella no la conocía tanto como a Ganyu y le sorprendió que lo tratara bien.

— Ah...— Aquello lo había dejado sin palabras.

— Venti,— lo llamó Ganyu.— ¿cómo reaccionaron todos hoy?

— ¡Ah, es cierto!— El chico golpeó la palma de su mano con su puño. Había olvidado contarle a Ganyu cómo habían tomado todos la noticia.— Lo tomaron muy bien. Aunque se sorprendieron bastante. Estuve un buen rato hablando con Chongyun sobre eso. Y sé que cuando regrese mis hermanos no me van a dejar tranquilo.

Ganyu soltó una risa.— Suerte con ellos. Y ten paciencia.

— Venti, ya terminé.— Anunció el de mechas verdes mientras entraba en el salón, en busca de su novio. Lo encontró sentado junto a su hermana y su novia, a quienes observó con una expresión inquisitiva.

— Estábamos hablando con tu novio para saber qué tal le iba.— Aclaró su hermana, dándole un ligero abrazo a Venti.— Ya puedes llevártelo si quieres. O también puedes unirte a la conversación.

— Hablemos un rato. Si subimos probablemente acabemos jugando a cualquier cosa.— Xiao tomó asiento junto a su novio, con quien mantuvo cierta distancia.— ¿De qué estabais hablando?

— Venti nos dijo que os fue bien al anunciar vuestra relación.— Comentó Keqing.

El de orbes ámbar asintió.— Los mellizos intentaron robármelo, pero por lo demás todo bien.

Los cuatro siguieron hablando durante un largo rato. No fue incómodo, en absoluto, podían hablar tranquilamente sin ser interrumpidos (se notaba que Tartaglia y Hu Tao no formaban parte de la conversación) y el resto escuchaba atentamente, para luego añadir algún que otro comentario.

— Bueno, ya va siendo hora de que Venti y yo nos vayamos.— Xiao se puso en pie y se estiró. Su novio aprovechó para hacerle cosquillas.— ¡Oye!— Escuchó las risitas de su hermana y su novia atrás.

— ¡Ehe! Deberías tener más cuidado al estirarte así.— Veía con diversión el rostro sonrojado del contrario.— Quedas desprotegido y puedo aprovechar para hacerte cosquillas.— Él también se puso en pie.

— Igualito que Hu Tao.— Murmuró el de orbes ámbar, emprendiendo camino a su habitación.— ¿Ahora qué haremos?

— Lo que quieras.— Entró en la habitación de su novio, cerrando la puerta tras él.

— Eh...— El ambiente de repente se volvió algo incómodo. Ambos comprendían lo que pasaba, pero ninguno se atrevía a decir nada relacionado con el tema.— No sé qué hacer.— Mintió. Venti suspiró y se acercó a él.

— ¿Estás seguro?— Apoyó ambas manos sobre sus hombros, cortando toda distancia entre sus cuerpos. Sabía lo que su novio quería, pero la vergüenza le impedía ser sincero.

Él tampoco era libre de la vergüenza, pero al menos ahora tenía un poco más de confianza. Y no pensaba desaprovechar ninguna oportunidad.

Xiao desvió la mirada avergonzado, apoyando ambas manos sobre la cintura contraria.— Claro que no. Simplemente me da vergüenza.— Confesó.

— Y a mí también. Pero dijiste que debía haber confianza entre nosotros. Así que hay que tener algo de valor.— Frunció el ceño. Su novio suspiró y asintió.

— Tienes razón. Lo lamento.

— ¡No te disculpes, tonto!

— Está bien, está bien.— El de mechas verdes retrocedió, sin soltar a su novio, para poder sentarse en su cama.

Venti se sentó sobre sus piernas y lo miró en silencio. Ambos estaban tensos por culpa de la vergüenza, aunque eran conscientes de que probablemente acabarían como el día que empezaron a salir.

No querían apresurarse en ese momento. Lo mejor era ver cómo seguía avanzando su relación.— Xiao, te quiero.— Murmuró mientras lo abrazaba. El susodicho se recostó sobre la cama con cuidado mientras le devolvía el abrazo.

— La última vez dijiste que me amabas.— El rostro de Venti enrojeció.

— Me da vergüenza, ¿vale?— Xiao rio.

— Te amo, Venti.— El de mechas celestes se acomodó y miró nervioso la puerta de la habitación.

El día en el que empezaron a salir se sentía llevo de valor, probablemente producto de la emoción que le causó la confesión de Xiao. Pero ahora le daba tanta vergüenza que no sentía las palabras salir.

— T-Te...— Lo intentó. Pero por algún motivo no se atrevía.— quiero...— Murmuró con desilusión.— Xiao, lo s-— La risa de su pareja lo interrumpió.

— Tranquilo, no te sientas forzado. Si no te atreves no es necesario que lo digas.— Acarició su cabello con suavidad. Venti asintió y cerró sus ojos.— Yo seguiré aquí hasta el momento en el que puedas decirlo.

— Gracias.

— Deja de agradecerme.

— Está bien.— Hizo una corta pausa.— Tengo sueño.

— Duerme entonces. Yo seguiré a tu lado.— El de orbes esmeralda se acomodó sobre el contrario y cerró sus ojos.

Xiao sonrió y besó su cabeza con cariño, deseando poder pasar más noches así junto a él.

Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora