꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 36❜𖦹̫ꪳ𝆃

2K 276 304
                                    

Ambos se acomodaron sobre la cama mientras seguían besándose. En un momento, Venti quiso profundizar el contacto por primera vez. Xiao y él nunca se habían dado un beso con lengua, y la conversación con Sara aquella tarde le había hecho percatarse de ello.

Si le preguntaban por qué, su respuesta sería obvia: el miedo. Xiao era la primera pareja por la que sentía algo verdadero. La otra persona que hubo antes de él no significó casi nada para él y lo único que hacía era dejarse llevar.

Pensó que tal vez ese acercamiento a su novio no les haría mal. Porque ya consideraba que había suficiente confianza y quería experimentar cómo se sentía hacer algo más con la persona a la que amaba.

Pero para su sorpresa, el raro de su novio se separó de él y corrió a buscar una cinta adhesiva que colocó en el suelo, marcando una separación entre ambos, quedando él casi en una esquina.

— ¿Qué estás haciendo?— Preguntó el de trenzas, completamente confundido, mientras observaba a su novio. Su rostro estaba completamente rojo y parecía intentar procesar algo.

— Tú en ese lado, yo en este.— Ordenó.— ¿Qué fue eso?— Xiao evadió su pregunta.— ¡Sentí tu lengua dentro de mi boca!

En ese momento, el rostro de su novio enrojeció también.— ¡Se supone que es algo normal!

— ¡Y lo sé, pero es extraño! ¡Ni siquiera sé qué hacer!— Se quejó.

— Simplemente déjate llevar. Yo me encargo.— El de orbes ámbar frunció el ceño, mostrándose ligeramente confundido.

— ¿Acaso has besado a alguien más así?— Venti suspiró y bajó al suelo, donde se acomodó para quedar frente a frente, procurando no cruzar el límite marcado por su novio.

— Tuve un novio antes que tú.— Xiao sabía que era incorrecto sentirse celoso (otra vez, pues lo mismo le sucedió al leer el cuaderno), pero no pudo evitar pensar en eso. Le molestaba saber que no era el primero en probar los labios de Venti, pero era algo a lo que debía acostumbrarse. Además, podía conformarse siendo su primera vez en otras cosas.— Él me besó así en varias ocasiones, así que se puede decir que no lo llevo del todo mal.

— ¿Por qué lo dices así? Suena como si no hubieras querido besarlo.— Xiao observó con tristeza a su novio, quien desvió la mirada.

— La verdad es que no... No estoy seguro de si realmente estuve enamorado de él o simplemente me dejaba llevar.— Sacudió su cabeza.— Pero bueno, ya no importa. La cosa es que ya sé lo que quiero.— Ambos sonrieron.

La conversación se detuvo ahí. El silencio inundó la habitación, pero ambos sabían lo que querían.

El ambiente de aquel lugar cambió rápidamente. Ambos regresaron a la cama mientras se besaban, dejando atrás aquel estúpido límite que Xiao había marcado.

Al llegar al lugar consabido se tumbaron sin cuidado, no queriendo separarse.

Venti era el que hacía todo, mientras su novio simplemente se dejaba llevar.— O-Oye.— El de mechas verdes se separó jadeando, logrando sacarle una risita al contrario.— No te rías, maldito.— Frunció el ceño.— Siento curiosidad por algo.

— ¿Qué sucede?— El de trenzas se abrazó del cuello de su novio y cerró sus ojos.

— ¿De qué hablaste con Yae antes? Si no te molesta contármelo, claro.— El de orbes esmeralda suspiró.

— Te lo contaré en otro momento. Actualmente es un secreto.— De repente abrió sus ojos y se puso en pie.— Cierto, hay algo que quería mostrarte.

— ¿Qué es?— El de trenzas soltó una risita y sacó algo de uno de los cajones de su habitación. Era una clase de nota musical con diseño de Kirby.

— Un otamatone. Es un instrumento que aunque toques mal es divertido de escuchar.— Dijo mientras tomaba asiento en su cama. Xiao se acomodó a su lado y lo miró con diversión.

— Nunca he escuchado uno.

— Pues ahora lo harás.— El ambiente era suave y tranquilo hasta que Venti tocó ese instrumento, sacándole una carcajada a su novio.— Mira, este eres tú cuando te asustas.— Movió su mano derecha para agudizar el tono y apretó con más fuerza la boca del instrumento, logrando emitir un chillido constante que resultó desagradable a los tres segundos.

— ¡Ya me quedó claro, déjalo!— El del tatuaje reía. Se sentía un tanto infantil.

— Mira, y este es Aether cuando intenta cagar y no le sale.— Empezó a juguetear con el instrumento. Ambos empezaron a plantear distintas situaciones utilizando a sus amigos y luego hacían sonidos con el otamatone.

— Ese es Chongyun cuando alguien le dice que los espíritus no son reales.— Venti rio.

— Xingqiu cuando alguien insulta a Chongyun.— Y seguían.

— Si estuvieran aquí nos matarían.

— Pero no están. Así que esto quedará entre nosotros.— El de trenzas seguía jugueteando con el otamatone. Xiao pareció quedar embobado de repente, mirando fijamente el rostro de su novio, quien no tardó en dejar lo que estaba haciendo para preguntar.— ¿Pasa algo?

— Ah, nada, solo pensaba en algo.— Sacudió su cabeza.

— ¿Puedo saber de qué se trata?— Sonrió y dejó el instrumento sobre el suelo. Luego lo recogería.

— N-No...— Desvió su mirada, completamente avergonzado. No se atrevería a decirle a su novio lo que acababa de cruzar por su mente.

— Bueno, está bien.— Se encogió de hombros.— Voy a tomar algo. ¿Quieres?— Xiao asintió.— ¿Zumo de melocotón?

— Exactamente.— El de trenzas rio.

— Eres tan predecible.— Se puso en pie rápidamente y se fue de la habitación, dejando a Xiao solo con sus pensamientos.

Se recostó sobre la cama y suspiró. No era momento de pensar en esas cosas y lo sabía. Aunque por un momento no pudo evitarlo.

No era nada lascivo. Al menos, no de momento, pues lo que le interesaba en ese instante era ver más de su novio. Conocerlo un poco más en todos los sentidos, y eso incluía conocer su cuerpo.

Al estar ambos solos en su habitación pensó en lo que le gustaría ver su cuerpo. Mas, se arrepintió al instante, tal y como ya había demostrado.

— ¡Mira! Quedaba algo de pay de manzana. ¿Quieres un poco?— Comentó al llegar, antes de lanzarle su zumo. El de orbes ámbar negó y atrapó lo recién lanzado.

— No, tranquilo. Cómetelo tú todo.— El de trenzas sonrió y cerró la puerta tras él.— De todas formas, no comas mucho. En un rato iremos a cenar.

— No te preocupes, siempre tengo espacio para la comida.— Comentó con orgullo — Y ahora que no tengo los brackets es hasta mejor. Ya no me tengo que preocupar por las molestias.

— Eso es bueno.— Abrió su zumo y le dio un sorbo.— Pero igualmente no comas mucho.

— Sí, sí, tranquilo.— Asintió reiteradas veces.— ¡Está tan bueno!— Exclamó de repente, haciendo sonreír al contrario.

— Ahora que lo pienso, nunca lo probé. ¿Me das un trozo?— Venti asintió. Su novio se inclinó para que él pudiera dejar la comida en su boca con más facilidad.

Cuando Xiao regresó a su posición original intercambió miradas con su novio y ambos se sonrieron antes de seguir comiendo en absoluto silencio.

Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora