Uno de los mayores miedos de Xiao siempre había sido el paso del tiempo. Muchas veces observaba a sus padres y sentía ganas de llorar, pensando en todas aquellas historias que había escuchado de sus bocas, dichas con aquel tono nostálgico que llegaba hasta su corazón. Es doloroso ver cómo sigues creciendo constantemente, cómo cambia todo y tú no podías hacer nada más además de aceptar ese paso del tiempo y observar cómo tu vida va avanzando.
En algún momento perdería a sus padres, a sus hermanos. En algún momento podía perder a sus amigos (cosa que, obviamente, llegó a suceder) y muchas cosas más. Y aunque al igual que esto también traía cambios positivos, él no podía evitar pensar siempre en aquellos males que este suceso traía consigo.
¿Por qué? La verdad es que no lo sabía. Tenía esa mala costumbre de encariñarse con su pasado, de aquello dejado atrás. Tal vez fue por culpa de la muerte de su madre, a quien ya sentía haber olvidado de alguna forma.
─ Cuando te escucho hablar sobre eso, no puedo evitar pensar en mí cuando era un niño.─ Habló Ajax, sin despegar su vista del álbum de fotos que estaba revisando junto a su hijo.─ No quería que el tiempo siguiera avanzando. Quería permanecer en mi juventud por el resto de la eternidad, quería preservar a mis amigos en ese momento por el resto de mi vida. Temía del futuro que me acechaba, aunque era consciente de que tarde o temprano llegaría. Y, por encima de todo...
─ Te daba miedo la muerte.─ El pelirrojo sonrió cómplice, su hijo le había robado las palabras.
─ La muerte era el principal motivo por el que no quería seguir creciendo. Y aún sigo temiendo de ella, pero he aceptado que forma parte de la vida, al igual que envejecer. Tarde o temprano, todo esto llegará. Y por más que llores por ello, no podrás evitarlo, y eres consciente de ello.─ Xiao hizo una mueca. Él ya se había dicho eso mismo una y otra vez, pero ni así podía escapar de las garras del miedo.─ La vida va pasando en pequeños momentos, Xiao. En vez de mirar con miedo hacia ese futuro tan lejano, espera con ansias esos días cercanos que anhelas sinceramente.
─ ¿Qué quieres decir?
─ Si no lo comprendes, no veo correcto decírtelo. En algún momento lo verás, créeme.─ El de mechas verdes dejó escapar un suspiro y se puso en pie. Ya había tenido suficiente por ese día.
El tiempo pasó. Desde su propio punto de vista, todo resultó algo más rápido de lo que él quería. Aunque, después de todo, el tiempo avanzaba constantemente, y nunca era más lento o más rápido. Pero en lo personal, a él no le gustaba ser tan objetivo.
Y antes de darse cuenta, se encontró frente al amor de su vida. Un encuentro fortuito que cambió su vida. Aunque en ese momento no fue consciente de ello, y tampoco lo fue durante un tiempo, incluso cuando su arte comenzó a cambiar por la aparición de ese hermoso chico en su vida.
Fue pocos meses después de conocerlo, cuando empezó a tomar un papel bastante importante en su vida, que sus cuadros comenzaron a cambiar lentamente. Aquello que antes era completamente negro ahora era de tonos verdosos, aquel rojo tan intenso que solía ser dueño de sus cielos se convirtió lentamente en celeste, y así pronto todo empezó a tornarse más suave y dulce.
Porque sin darse cuenta, se había estado enamorando de Venti. Y pronto el tema de sus cuadros dejó de ser aquella preocupación que aparecía de repente en cualquier momento, sino que se convirtió en aquellos sentimientos incipientes que él desconocía por completo.
Fue entonces que su futuro no se vio tan aterrador. Aquellas garras que representaban para él al futuro se convirtieron en el suave soplo del viento.
Porque ahora Venti formaba parte de su vida, y anhelaba que fuera parte de su futuro. Porque su padre, sorprendentemente, había acertado al decir aquello. Gracias a él, sentía como si su vida avanzara algo más lenta. Sus días se sentían más ligeros, y en cierto momento comenzó a desear que el tiempo fuera más rápido. Todo con tal de seguir avanzando, y ver cómo su relación con Venti iba cambiando.
Apreció con su corazón cada día, cada momento junto a su amado. Incluso cuando aún no era consciente de sus propios sentimientos.
Luchó por él cuando las cosas se pusieron feas, lo apoyó cuando estuvo mal, y aceptó su ayuda cuando él estuvo en mala disposición. Esperó con ansias cada cita, cada pequeño viaje organizado. Anheló crecer más para llegar al día en el que finalmente viviera con él, y cuando lo consiguió, anheló llegar al momento en el que formaran una familia.
Y antes de darse cuenta, había crecido. Pero no se arrepentía de la vida que había vivido, no se arrepentía de las decisiones tomadas, ni siquiera aquellas que consideraba erróneas.
¿Le dolía ser consciente de que cada vez le quedaba menos tiempo en ese mundo? Sí. Aún le aterraba. Igual que le aterraba cada vez que veía a sus padres, cada vez más cerca de lo inevitable.
Pero se había dado cuenta de que no merecía la pena preocuparse por ello. Ahora tenía otras cosas en las que pensar, y ya tendría otro momento en el que preocuparse vanamente de algo que no podía cambiar. Eso era algo que había aprendido gracias a su esposo, quien ahora jugaba entre risas con su hija mientras esperaba su llegada.
─ ¿Estás seguro de que quieres hacerte este tatuaje?─ Preguntó el de orbes ámbar, revisando minuciosamente aquel diseño que entre ambos habían hecho.
─ ¡Claro que sí!─ Exclamó, alejando a su hija de él.─ Quiero ir al conjunto contigo.─ Xiao rio.
─ ¿No crees que te arrepentirás el día en el que ya no estemos juntos?─ Cuestionó nuevamente. El de orbes esmeraldas dejó escapar un suspiro, claramente molesto.
─ Y dale otra vez con eso. Cielo, hace poco que nos casamos. Tenemos una hija. ¿Crees que es momento para pensar en casos hipotéticos que ni siquiera sabes si llegarán?─ Se cruzó de brazos.─ Además, confío en que nunca harás algo que me haga odiarte, y yo no planeo algo similar. Por eso, incluso separados, apreciaré este tatuaje. Porque incluso si dejara de amarte, tú has dejado una huella en mi corazón y mi mente. Sé que siempre te apreciaré.─ Hizo una corta pausa.─ ¿Estás satisfecho ahora? ¿Dejarás de preguntarme si estoy seguro, y me lo harás de una vez?─ Su esposo sonrió y se acercó para besarlo con cariño.
─ De verdad te amo.─ Acercó una silla al lugar en el que su esposo estaba sentado y empezó a acomodar todo, pidiéndole a Sayu que saliera a jugar con Hu Tao.─ Ya que es tu primer tatuaje advierto de que es algo que duele bastante. Así que no vale golpearme si te molesta, fue decisión tuya.─ El de trenzas soltó una carcajada.
─ Está bien, está bien. Aunque no prometo nada.— Su esposo sonrió y plantó un último beso en sus labios.
— Eres un imbécil.
— Y así tienes que aguantarme.
🌸
FINALMENTE PUDE ACTUALIZAR
Ya extrañaba mucho a estos dos 😭La verdad es que no recuerdo bien si mencioné que Venti tenía un tatuaje (creo que no se dijo, así que mejor), por eso espero no haberla cagado con el tema de la línea temporal.
En fin, cada vez nos acercamos más al final definitivo
:( Aunque igualmente, después de esta historia tengo un par más planeadas, que tengo que ver en cuál trabajo y la publicaré.
En fin, espero que os haya gustado.
¡Hasta la próxima!
ESTÁS LEYENDO
Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen
FanficXiao aún recordaba aquel momento con claridad: él iba caminando tranquilo por el patio del instituto, cuando un joven de grandes orbes esmeralda y graciosas trenzas se le acercó corriendo con unas flores que había arrancado de por ahí y luego había...