Flowers ❜𖦹̫ꪳ𝆃 XiaoVen

꒷꩜໋᪶˒꒰❛ 25❜𖦹̫ꪳ𝆃

Kazu <3
Venti, ¿cómo está Xiao?

Ventilador
Vivo.

Furro 🦊🦊
¿No podrías dar más detalles?

Ventilador
Se está quejando de que duele
Bueno, se ha quejado todo el rato
Ahora estamos esperando a que Albedo regrese
Klee no deja de hablar

Kazu <3
Bueno, cuando estéis más tranquilos nos contáis cómo fue.
Veo que estás un poco ocupado.

Ventilador
Sí, lo siento :(
Cuando regresemos a casa te llamaremos

Furro 🦊🦊
¿Te quedarás a dormir con él hoy?
uwu

Ventilador
GOROU POR FAVOR
Y sí, pasaré la noche con él

Furro 🦊🦊
Uuuuh
¿Por qué no aprovechas?

Ventilador
Te voy a acabar echando del grupo

Furro 🦊🦊
No, que KaeKae me extrañaría :(

Kazu <3
¿Por qué lo haría, si te tengo al lado?

Ventilador
LUEGO ME DECÍS A MÍ

Furro 🦊🦊
NO ES NADA RARO VENTI

Ventilador
📸📸📸📸

Antes de recibir alguna respuesta, Venti dejó su móvil y lo guardó en su sudadera. Observó de soslayo a su mejor amigo, quien mantenía lejos a Klee con algo de miedo.

— Klee, ven aquí.— La llamó el de trenzas, palmeando el asiento libre a su lado.— A Xiao le duele el brazo. Ten cuidado con él.— La niña asintió en silencio y fue a sentarse a su lado.— ¿Cómo te sientes?

— Quiero morir.— Venti dejó escapar una carcajada.

— Eso te pasa por ir a lo grande.— Tomó con cuidado su brazo y se acercó para inspeccionarlo.— Pero es muy bonito... No te culpo.— Esbozó una sonrisa. El contrario se sonrojó.

— Hey, par de tortolitos.— Los interrumpió el rubio mientras entraba en la sala.— Lamento la tardanza, me entretuve hablando con Sucrose.— Tomó asiento frente a ellos y le mostró a Xiao una crema.— Ahora, como supongo que ya sabes, debes cuidar durante un tiempo el tatuaje. Además deberás volver para repasarlo.

El de ojos ámbar suspiró.— Sí, lo sé.— Tartaglia le había contado lo que tuvo que hacer con todos sus tatuajes, así que ya sabía bien qué le esperaba ahora.

La noche ya había caído y el frío había aumentado notablemente. Lo notaron al salir del establecimiento.

Tras despedirse de los familiares de Venti y el resto de trabajadores, ambos se encaminaron hacia el hogar de Xiao, donde pasarían el resto del día.

— Tengo hambre.— Se quejó el de trenzas.— Xiao, vayamos más rápido.

— Está bien, está bien. ¿Qué quieres comer, a todo esto?— El joven llevó una mano a su rostro, pensativo.