Hela
Los ángeles que me acompañaron no dijieron ninguna palabra en todo el trayecto. Solo me miraban de reojo y señalaban el camino que ya conocía.
Se detuvieron cerca de la entrada del campamento y con una leve inclinación se despidieron. No sin antes asegurarse de que entrase.
Intemte ser lo más sigilosa posible mientas me dirigía a mí casa. Mi mente estaba en un estado de stock negándose a razonar. Todo se había vuelto tan complicado.
Volver a verlo había despertado muchos sentimientos encontrados. Y por más que no los quisiera reconocer, allí estaban. Empujaban desde adentro.
Por un lado, estaba la cuestión de que tenía una pareja, le pertenecía a alguien más y por el otro, la estúpida cuestión de que eso no me importaba, el deseo de tenerlo cerca, de verlo, era mucho más grande.
Me sentí completamente ridícula y fuera de sí.
Aunque para ser sincera, ultimamente no tenía nada seguro, mi vida había comenzado a derrumbarse de un día para el otro y quería tener algo a que aferrarme.
Él era ese algo.
Hades eran quien me traía seguridad, era un poco ilógico pensar que el dios del inframundo era el lugar seguro para alguien. Pero su forma de mirarme, la intensidad de sus ojos negros sobre mi pedían a gritos que dejara de correr que dejara de buscar lo que el destino me estaba dando en bandeja de plata.
Mi seguridad, ese lugar seguro, estaba nuevamente en la sala de mi casa mirándome con esos ojos oscuros que me encantaban.
Intente ocultar los celos que me surgían al recordar a la diosa de la cueva, pero me fue imposible y le agradezco a dios no haberme contenido.
Me imagine muchas veces lo que seria y sentiría al besarlo, pero jamás me imagine que fuese el paraíso. Sus labios se movían con delicadeza sobre los míos robándome los sentidos.
No quería que se apartara de mí, no quería dejar de estar cerca suyo, quería que se quedara para siempre a mi lado.
Nada es para siempre.
Me recordé.
El golpeteo en la puerta me sobresalto volviéndome a la realidad de que era peligro que estuviese por acá, los guardias lo estaban buscando con órdenes de atacarlo.
—Espérame en la habitación - le pedí y lo vi subir las pequeñas escaleras.
Me dirigí a la puerta con las manos temblorosas y...
—¿Por qué demoraste? - Hana me reclamo cuando le abrí.
Un alivio me recorrió el cuerpo al saber que solo era ella.
—¡Lo siento, no me sentía bien! - mentí.
—¿Qué te pasa? - pregunto.
Me sentí culpable al ver su preocupación, me apresuré a negar y a decirle que no era nada grave.
—¿En qué puedo ayudarte? – pregunto más calmada.
Hana era mi otra mitad y estoy segura que podría descifrarme fácilmente. Pero quería y debía guardame esto solo para mi. Dudaba que pudiese entenderme.
—Necesito que me prestes el libro que trabajamos el otro día, el que habla sobre las espadas de los dioses.
—Dame un segundo – digo. —Lo tengo en la sala.
Me adentro y busco lo que me pidió rápidamente. No quiero sonar mala, pero no quiero que entre y sienta al dios del inframundo.
—Aquí tiene señorita – hablo extendiéndoselo.
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Hela
FantasyElla era luz. Él era oscuridad. Ella era hija de un ángel. Él de un demonio. ¿Qué pasará cuando sus caminos se crucen? ¿Serán capaces de luchar contra el fuego que los quema? 🔥Trilogía Infierno 🔥+18 🔥Primera parte: Hela, la hija del arcángel (Ter...