Capítulo XI

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Hela

Después de volver del lago, tome una larga ducha caliente pensando como hacer para salir del campamento y buscar a Hades.

Debía advertirle que sabían que había estado acá y pedirle que no vuelva por el momento.

No temía por mí, sino por él. Por más que supiera que es uno de los primeros dioses de la existencia y que su poder es enorme, no deseaba que nada le pasase.

Opté por ponerme el vestido negro que me habían regalado el día de mi  cumpleaños mientras me debatía como salir sin que lo notarán.

Es una de las entradas al inframundo

Las palabras de mi hermano me hicieron sonreír al notar que ya sabía por dónde iba a ingresar.

La cueva, donde encontramos a la pequeña diosa estaba a tres horas de viaje por lo que tendría que salir sumamente temprano.

—Tranquila, Hela - me dije a mi misma. —Solo es una excursión al inframundo.

No pude dormir pensando como entrar a un lugar, que, de seguro estaba sumamente resguardado. Luego de dar vueltas en la cama por horas llegue a lq conclusión de que estaba completamente loca.

Si mis amigos se enterasen seguramente pensarían que he perdido la razón y quizás están en lo cierto.

¿Quién entra al inframundo por deseo propio?

Ha parte de mi hermano, claro.

Efesio era especial.

La mañana llego sin que pudiese pegar un ojo. Me escabullí por las caballerizas y prácticamente me secuestré a tormenta, la yegua de dos años que me había regalado Persio para mi cumpleaños.

El cambio de guardia me vino como anillo al dedo para salir del campamento sin levantar sospechas. Ajuste la espada en la corredera de mi espalda y suspire tomando un poco de valor.

El camino fue mucho más largo y pesado que la otra vez. Cada tanto debía parar para darle agua al pobre animal ya que las rocas estaban mucho peor.

Luego de tres largas horas por fin había llegado a la dichosa cueva ahora me tocaba la parte importante ¿Por dónde cornos tenía que ir?

Vagamente recordaba el lugar en donde estaba encadena Liv, pero después de ahí no sabía para donde agarrar. Fui lista al traerme una antorcha para alumbrar el interior del lugar.

Me sentia muy ridicula al imaginarme lo que buscaba.

¿Cómo sería la entrada?

¿Tendría puertas?

Un ruido me puso alerta obligándome a ocultarme mientras sacaba la espada que tenía guardada en la espalda lista para pelear.

Esta vez no iba a ser tan idiota y les iba a dar pelea a las sombras o a lo que fuese que intentara hacerme daño. Tenía un objetivo fijo en la mente e iba a cumplirlo a como diese lugar.

La ansiedad de saber que sentiría Hades al verme casi me hace cometer un grave error ya que el silencio fue interrumpido por un parloteo.

Intenté mirar en esa dirección, pero me era imposible no quedar a la vista al hacerlo, decidí que era mejor mantenerme oculta.

—¿Cómo lo averiguaste?

—Tengo mis trucos.

Reconocí la voz de Adrish y ¿Efesio?

—Diosa - murmuraron dándome a entender que no estaban solos.

¿Qué hacía mi hermano justo hoy acá?

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