Un hombre peligroso y otro prohibido.
Danisa Jansen ha tenido el privilegio de probarlos a ambos. Y, al mismo tiempo, ese privilegio se transformó en dolor.
Hoy, ella cuenta su historia a través de un libro, un libro que ha llegado a manos de ambos...
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La lluvia incesante, las ráfagas incontrolables que llevaban de un lado a otro la vegetación. Gael se limpió el rostro por enésima vez, observando el lodo en el que se enterraban un poco más a cada segundo. La noche había sido tortuosa, los desprendimientos de tierra alrededor, los gritos y llantos en medio de la oscuridad. Dos personas muertas más, dos heridos que los abandonaban y, dado que los insumos eran escasos, su presencia como médicos era inútil.
― No sé qué es peor, la tormenta de mierda o tu cara de angustia.
― Lamento no tener una sonrisa, Ariel ¿Sabes? Es difícil cuando la muerte te rodea.
Ariel se puso de pie y se quitó la camiseta, escurriéndola por la cantidad de agua que tenía en ella y se la volvió a colocar.
― Hay mantas secas todavía en las mochilas, si quieres...
― ¿Para qué? Si es lo mismo...
Gael asintió y observó a Gonzalo que dormía a metros de ellos.
― No entiendo cómo logra conciliar el sueño.
Ariel se rascó la barba de una semana y negó.
― Lleva más tiempo que nosotros aquí, está súper cansado.
― No puedo creer que hayamos terminado así.
― Con Arturo como jefe, era obvio.
Gael negó, con molestia.
― Ya deja de hablar mal de Arturo, es un excelente médico.
― ¿Qué pasa? Cuidado, ya te estás pareciendo a Gonzalo. Tienes la verguita que se muere por él...
Gael negó una vez más, pero, esta vez, con tristeza.
― ¿Qué dices? Me lleva 15 años, es un hombre abnegado al trabajo, buena persona.
― ¿Le has visto el bulto en los pantalones? Esa es la abnegación que tú y ese dormilón desean.
Gael bufó, estaba harto de escuchar las idioteces de Ariel.
― ¿Es en lo único que piensas? ¿Todo ronda en torno al sexo?
Ariel se sentó al lado del hombre y rio. Sus ojos verdes brillando con malicia. Bien, si él no la pasaba bien, al menos les jodería la vida a sus compañeritos.
― ¿Sabes porque Rodrigo te abandonó? ¿O el motivo por el cual tu relación con Adriano Alves fracasó? ¿O la razón por la que Damián Blake perdió a su mujer?
― Ilumíname...
― Piénsalo, a todos nos gusta que nos traten como reyes en la vida, pero, que nos jodan como perras.
